Por segundo año consecutivo la murga Mi Vieja Mula ganó el premio “por impulsar la igualdad y los derechos de las mujeres en el Concurso Oficial de Carnaval”, un reconocimiento otorgado por el jurado e impulsado por Pilsen en el marco de su campaña “noche de los aciertos”.

Rocío Goñi, integrante de la murga, este año encarna el personaje de Poroto, un viejo murguero que baja al público a seducir mujeres mayores, rol por el que está nominada a mejor actriz. Fue también quien habló cuando les dieron el premio durante una de las rondas de ganadores en el Teatro de Verano.

Goñi dijo a la diaria sobre el reconocimiento por promover la igualdad de género: “Fue una linda sorpresa porque entendíamos que había otras propuestas este año que también podían ganar. Este reconocimiento se incorpora al carnaval el año en que nosotros empezamos a salir, entonces entendemos que es cierto quiebre, cierta luz de cambio para el costumbrismo más arraigado del carnaval y nos parece súper interesante que nuestras propuestas se entiendan, que realmente sean aportes, eso es un privilegio de época, que con el tiempo lo vamos a poder valorar mucho más, vamos a ver sus consecuencias”.

A nivel personal entiende que es una “instancia comercial” y que en ocasiones sucede que “las luchas y el movimiento social son tomados por las marcas”, pero también considera “que hay una necesidad de visibilidad y reconocimiento a todos los niveles y en todos los temas vinculados al género que hacen que esta instancia esté buena. Esperamos que no sea siempre necesario”.

Mi Vieja Mula está haciendo historia: tanto en 2022 como en 2023 fue la murga con más integrantes mujeres sobre el escenario (siete de diecisiete componentes) y fue la primera murga con una directora escénica (Romina Repetto) en pasar a la liguilla del concurso. Además, el año pasado el conjunto hizo un cuplé sobre Varones Carnaval que tuvo gran repercusión.

Sobre la situación de las mujeres en las murgas, Goñi opinó: “Creo que hay un quiebre, somos más, se nota. En todos los escenarios se te acercan mujeres a felicitarte, a darte las gracias por estar, por ocupar esos espacios, o niñas que por ejemplo le decían a Roma “yo quiero ser como vos”, esta cuestión de la importancia de tener referentes”.

Sin embargo, Goñi contó que la murga vivió algunos episodios negativos durante este carnaval: “En un tablado a una de mis compañeras no le quisieron subir el volumen del micrófono y cuando uno de los utileros le pidió al sonidista, este le dijo: “Que aprenda a cantar”. Nos cruzamos con un conjunto escrachado que nos tiraba besos. Yo desde mi personaje de Poroto dije una de más en uno de los tablados y no nos contrataron más, pero siempre en el contexto y el marco de lo que Poroto dice, del contraste entre lo que sucede abajo y arriba del escenario”.

Por estas cosas la murguista afirmó: “Más allá de que estemos en un momento de quiebre, bisagra, creo que Varones Carnaval sirvió más para visibilizar y darnos cuenta de que tenemos que hablar entre nosotras, cuidarnos y decirle a las pibas chicas que esto pasa y que no está bueno, pero no hubo un eco tan grande hacia adentro de lo que yo siento que es carnaval, porque son conjuntos y personas que siguen estando ahí. Siento todavía esa impunidad patriarcal que tienen los varones”.

Goñi recordó que cuando Varones Carnaval apareció “había gente que decía 'le arruinaron la carrera' y no, eso no pasó porque están, seguimos compartiendo espacios con ellos. Decirlo o no decirlo te genera contradicción porque son impunes, pero la realidad objetiva es que estas cosas pasan. Aunque tengamos reconocimientos o cuestiones de género la cuenta no está saldada, la discusión no terminó y mucho menos el tema de tomar acciones al respecto”.

Sobre su nominación en la terna de mejor actriz, Goñi aseguró: “Fue tremenda sorpresa. Quiero agradecerle a mi colectivo, a Sebastián Mederos y a Romina Repetto que siempre confiaron en mis capacidades porque yo no tengo estudios de actuación, no soy actriz, es algo que me sale naturalmente, todo el colectivo estuvo diciéndome 'dale, sí, vos podés'”.

El personaje de Poroto apareció cuando la murga ya había arrancado los tablados “por una necesidad de sentir más cercano al público”. Una noche ella probó bajar del escenario para hacer más interactivo el espectáculo; la consigna era “vos andá y cargate a dos o tres viejas”, juego que la murguista entiende que fue posible porque ella es mujer y logró ponerse en esa posición desde un lugar en el que las mujeres sabían que “las estaba jodiendo, no era real”.

La nominación por el trabajo que hizo como Poroto fue para la murguista “un honor tremendo”. Resaltó la importancia de “lo grupal, de querer hacer las cosas colectivas” de Mi Vieja Mula, porque “la tarea de carnaval es compleja, hay que luchar contra el agotamiento de lo que se va acumulando” y en eso “el grupo es contenedor, queremos que sea parte de nuestra identidad”.