Daniel Nono Cabrera acumula unos cuantos carnavales sobre sus hombros. Este jueves, después de 23 años, vuelven Los Buby’s, colectivo que revolucionó el humorismo en la década del 90, y el Nono, uno de los históricos del conjunto, aguarda con calma los minutos previos al desfile. “Yo llegué a ir hasta Minas”, recuerda sonriente, refiriéndose a un recorrido mucho más largo en otras épocas.

Más allá del regreso a 18 de Julio y de su conjunto en particular, Cabrera celebra la felicidad de “estar rodeado de tantos jóvenes”. Porque sí, en los Buby’s, que ganaron el primer premio del desfile con una especie de geriátrico móvil, se conjuga la vasta experiencia de algunos integrantes, y la juventud de unos cuantos más.

Los Buby´s, el 23 de enero, durante el Desfile Inaugural del Carnaval, por la avenida 18 de Julio de Montevideo.

Los Buby´s, el 23 de enero, durante el Desfile Inaugural del Carnaval, por la avenida 18 de Julio de Montevideo.

Una realidad que no es ajena para nada al resto de las agrupaciones, en las que cada vez más se ven caras nuevas, artistas de corta edad que llegan a renovar los aires de un carnaval (y de un desfile) que necesita de sobremanera que se abran sus ventanas para que entre gente nueva. Y si es joven, mejor.

Esa energía que atraviesa 18 de Julio desde la plaza Independencia hasta la plaza Cagancha fue sostenida también, desde atrás de la estática y en las veredas, por jóvenes y adolescentes que se arrimaron a alentar a sus grupos preferidos. Ni que hablar los niños, con sus aerosoles y caretas, jugueteando en el asfalto y aceptando por naturaleza la herencia de la tradición.

Desde temprano la gente se apelotona al pie del Palacio Salvo. En el primer tramo no hay sillas, y este año además hay un escenario en el punto de partida del desfile, donde los conjuntos de las distintas categorías brindan una breve presentación antes de salir por “la mimosa” a mostrar sus disfraces y propuestas para el carnaval que comienza.

Comparsa Valores.

Comparsa Valores.

Foto: Alessandro Maradei

Tras el paso de los fuera de concurso, la cachila de Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (Daecpu) y el carro alegórico, a las 20.00 en punto, Valores abre oficialmente el desfile. El primer bloque es para la categoría sociedad de negros y lubolos, y el público ávido de candombe acompaña en todo el trayecto con mucho entusiasmo. Un tamborilero en la previa, mientras pide dos panchos en un puesto, confiesa que las comparsas en 18 de Julio lo viven como “algo más comercial”, mientras que en Isla de Flores “está el sentimiento”.

A los costados de la plaza Independencia los conjuntos van preparándose para iniciar el ritual. Catalina O’Kuinghttons, bailarina de La Compañía, ensaya unos pasos y a su vez le sirve para “sacar el nerviosismo y que el cuerpo esté pronto para trasmitir mejor”. Ella es chilena, y 2025 será su primer carnaval. Su deseo a la hora de salir a la principal avenida es “poder mirar a los ojos a los que la han apoyado en estos cinco años desde que está en Uruguay”.

Adam´s.

Adam´s.

Foto: Gianni Schiaffarino

En la misma revista sale Jorge Pollo Medina, que reconoce con ironía –como tantos carnavaleros– que el desfile no es algo que lo motive demasiado: “Lo que más me gusta es cuando empieza y cuando termina”. Algo similar nos cuenta Rafael Bruzzone, voz emblemática de Curtidores, quien halla “sentimientos encontrados. En sí mismo no me cuelga mucho el desfile, pero igual me adapto. Es como el inicio de algo que preparaste mucho tiempo”. El Rafa va por su carnaval 34, y el vigésimo con los Hongos. Para él, “el intercambio en la plaza con los amigos de otras murgas es lo mejor, ver cómo andan y en qué andan”.

El mito entonces se confirma, aunque algunos como Fabricio Ramírez (La Gran Muñeca) encuentran la fórmula para venir y pasarla bien: “No es lo que más me gusta, pero ya con los años aprendí a disfrutarlo”. Para eso ayuda “tomar algo para distenderse”, comenta con un vaso de cortado con Sprite en la mano.

Asaltantes con Patente.

Asaltantes con Patente.

Foto: Pablo Vignali

Otros van por la vereda opuesta. Agustín Pittaluga, por ejemplo, que este carnaval está en Asaltantes con Patente, dice que lleva “cuatro años sin salir, casa nueva, recontracontento”. A una cuadra tiene a su familia y a su hijo, que lo esperan para saludarlo.

“Me retrotrae a mi infancia, cuando mi viejo me traía al carnaval y yo veía a pasar los murguistas, que eran como gigantes para mí”. Un rato antes, un nene de cinco años se acercaba a Pittaluga, contándole detalles sobre su carrera artística, las murgas en las que había salido: “Me llevó a ese lugar de nuevo, al de la felicidad, sobre todo para los niños”.

Y ahí están de nuevo los herederos. Como los de la murga Jorge, grupo debutante en carnaval, que vive con mucha ansiedad los minutos previos. “Para nosotros, es como jugar en ligas mayores. Sinceramente, no encuentro palabras”, dice Killy Rodríguez, alma mater del conjunto.

La misma emoción que mostró Abril Pereyra, la sobreprima de La Gran Muñeca, señalando que para ella el desfile “es de las instancias más disfrutables. Incluso lo hacía antes con amigos que salían en otras murgas”.

La Gran Muñeca.

La Gran Muñeca.

Foto: Gianni Schiaffarino

En la vuelta del mausoleo hay muchas sillas plegables. Gente que se arrima a ver la antesala del recorrido por 18 de Julio. Una vendedora de espuma plast picada busca por dónde moverse. Tiene 100 paquetes y cuestan 60 pesos cada uno. Una chica que vende empanadas se reubica de a ratos, ya que los inspectores de la Intendencia andan en la vuelta.

Un Título Viejo se saca la tradicional foto en la escalinata del Radisson Victoria Plaza, así como lo harán varios conjuntos más. Los Choby’s preparan su dinámica de “Juegos Olímpicos”, todos caracterizados como atletas antiguos, salvo Pacella y el Bicho Yuane que hacen las veces de relatores.

Seba Fontes, uno de los movileros de TV Ciudad, va de un lado para el otro incansablemente, generando contenido para las redes del canal. Por allí andan también las autoridades de Daecpu, satisfechas por cómo va saliendo todo pese a algún pequeño retaso en el horario, que más adelante se ajustará.

Cayó la Cabra.

Cayó la Cabra.

Foto: Gianni Schiaffarino

Después de las 23.00, la intensidad y cantidad de concurrencia ya empieza a bajar. El tremendo calor de la jornada comienza a jugar su papel y en el tramo Convención-Julio Herrera, el menos iluminado además, se observan unas cuantas sillas vacía.

De todos modos, la efervescencia sigue arriba para quienes están por salir todavía. Cayó la Cabra se apronta para desfilar y Maira Sepúlveda se muestra con “mucha ansiedad. Es un proceso relindo que venimos trabajándolo desde julio, así que este momento es muy emocionante”. La artista dice que al momento de salir a la calle “intentás mostrar la alegría, disfrutar del encuentro con la gente. Cuidarte también, porque la fiesta es larga. Pero siempre traer ideas para divertirnos y divertirse con la gente”.

Se viene el bloque de parodistas. Un ómnibus dobla por Florida hacia la puerta de la Ciudadela y se arriman decenas de personas. La escena es similar a la de un clásico cuando llega la delegación del equipo local. Son los Zíngaros, que a su llegada a la plaza mueven un gentío. Muchos de sus hinchas lucen la camiseta violeta con el título del espectáculo de este año: Historias rotas.

La arenga de Denis Elías segundos antes de poner un pie en 18 es ambiciosa y motivante. “Tenemos los mejores trajes, los mejores actores, los mejores cantantes. Arrancamos cinco puntos arriba de los demás”, lanza desde su micrófono, y ofrenda un nuevo carnaval de los parodistas gitanos para Pinocho Sosa y Panchito Araújo, elevando sus sombreros al cielo.

Curtidores de Hongos, durante el Desfile Inaugural del Carnaval, en Montevideo.

Curtidores de Hongos, durante el Desfile Inaugural del Carnaval, en Montevideo.

Foto: Gianni Schiaffarino

Pasada la medianoche, el carro de Adam’s suena a puro Karibe con K. Cucuzú Brilka fuma un cigarro y dice estar contento por el llamado para salir en un conjunto al que siempre lo vio como referente: “¿Quién no quería salir en los Adam’s?”.

Para el último bloque de murgas hay bastante menos público durante todo el recorrido, pero de nuevo, la magia carnavalera hará lo suyo. La Mojigata sale a comerse el desfile, como siempre, y lo gana. Dinámica con megáfono, distintos personajes, carteles y, por supuesto, mucho juego con el público.

Cierra Sorda de un Oído. Plagada de juventud y en su primer carnaval, la murga baila y canta en el improvisado tablado como si fueran las 19.00. Su coordinador los apura y casi que se tiran del escenario para arrancar y llegar en hora.

Los herederos de la tradición. En uno de esos baches del tramo final, un niño algo cansado de corretear toda la noche se cae y se golpea fuerte en la rodilla. Va hacia la platea donde está su familia, sin parar de llorar. “Ya es hora de irse”, dice la madre, y es cierto. Cinco horas pasaron. Funcionarios de la Intendencia ya acomodan las sillas y barren las calles. El carnaval más largo del mundo ya está entre nosotros. Bienvenido.