Su voz es un sello inconfundible en el universo murguero. Desde 1980, cuando en la Reina de la Teja apareció con el “Saludo a los barrios”, Luis Canario Pereira pasó a ser un solista de referencia para la categoría.
La vida y el carnaval lo llevaron a los parodistas, donde se lució en Zíngaros durante 11 años –hasta 2019– ganando primeros premios y menciones de manera habitual. Sin embargo, su tímbrica presencia en el medio de un coro de murga era algo que el público no olvidaba.
La última vez en la categoría había sido en 2008 con Momolandia, hasta que en diciembre del año pasado llegó la oportunidad de volver a su “primer amor” a través de una sorpresiva propuesta.
Previamente había arreglado con Sociedad Anónima, pero finalmente se decidió por no seguir en el conjunto de humoristas. Ya faltando poco para el carnaval, una llamada de Daniel Carluccio, el director responsable de Curtidores, lo convenció.
Jubilado, con 70 años, el Canario encaró entonces la rutina de ensayos, viajando todos los días desde Playa Pascual hasta Parque Batlle, ya que los Hongos salen desde el Club Unión de Ciclistas Veteranos, en el predio del Velódromo.
Este jueves Curtidores se presentó por segunda vez en el Teatro de Verano con Primitivo, espectáculo con fortalezas en la estética y fundamentalmente en lo coral, en el que destacan voces como las de Pereira, Rafa Bruzzone, Yoselin Sandoval y Sebastián Martínez.
“No digo que no voy a salir más. Uno nunca sabe. Hoy estamos, mañana no estamos, por eso estoy disfrutando de esto”, aseguró el artista respecto de los rumores de que este pueda ser su último año en carnaval.
Pereira tiene reservado para él uno de los puntos altos de la actuación, en la canción final, donde demuestra que su voz está intacta: “Me verán volver, con espinas en la piel…”.