Este 5 de diciembre se realizarán las elecciones internas del Frente Amplio, en todo el país. Pueden participar los y las adherentes mayores de 14 años y quienes se adhieran en el momento del voto, y se vota en los Comités de Base y locales de sectores políticos.

¿Pero qué está en juego realmente en la izquierda uruguaya y coloniense?

Formalmente, está en juego el Presidente a nivel nacional y departamental. Y la representación de los sectores y las bases a los Plenarios (departamental y nacional). Esa díada original de la izquierda criolla uruguaya, intentando ser partido político (entendido en términos sartorianos) y movimiento de la sociedad (en sentido independiente de los intereses sectoriales) es una cuestión muy difícil de comprobar en los últimos años. Dando entonces el resultado de seis elecciones en un mismo acto eleccionario. Sí, seis.

De todas formas, son elecciones poco movilizantes, menos que las internas (primarias) de los partidos políticos donde se desprenden los convencionales. Pero son las que realmente importan para el funcionamiento de la estructura orgánica de la izquierda uruguaya. Curiosamente los sectores más votados en estas elecciones no son los sectores necesariamente más votados en las obligatorias nacionales de octubre, lo que genera muchas veces algunos ruidos en decisiones de la vida cotidiana de dicha fuerza política.

En Colonia estará en juego también una serie de equilibrios y relaciones sectoriales que aportarán sus votos a la realidad nacional, pero no determinará -a mi juicio- fuertes cambios en la realidad política departamental. Sobre todo por los liderazgos y desafíos que aún resta por construir en el Frente Amplio de Colonia.

Ninguno de los candidatos arrastra un liderazgo previo ni características que aseguren potenciar un liderazgo posterior y con eso construir liderazgos hacia elecciones departamentales. Porque, ¿de qué se trata sino la política partidaria? Aunque los propios y ajenos, aseguren lo contrario, ese debería ser el objetivo a mediano plazo. ¿Dónde está entonces la construcción de liderazgo en la política departamental del Frente Amplio? ¿Se ha preguntado eso la fuerza política?

Repasemos los actores en juego.

Tres niveles son los que analizo. Analía Vila, favorita. Resultado del respaldo de los sectores mayoritarios y algunos no tanto. Aunque tiene un perfil poco político en términos caudillescos y poca experiencia en la vocería política de la representación popular, sí tiene mucho trabajo orgánico y hasta técnico, podríamos decir. Sería lo que en la ciencia política llamamos “un cuadro político” o, en términos técnicos, (aunque no lo es) una burócrata profesional de mando medio.

En un segundo nivel, pero con diferencias sustanciales (en contenido y forma) a Rodolfo Montaña y Miriam dos Santos. Apoyados por los suyos, sin mayores alianzas. Montaña con experiencia orgánica y de coordinación de ediles en tiempos turbulentos, con el plus de pertenecer a un partido más bien disciplinado y concurrente a votar en estas oportunidades. Dos Santos con experiencia sindical, con vocería muy visibilizada, amada por algunos y defenestrada por otros, por su perfil irruptivo y desafiante. Aunque con posibilidades de pescar votos en simpatizantes no orgánicos. Por último y en tercer lugar a Marcelo Dalmás, no tan conocido, con militancia mayoritariamente de base, apoyado por un grupo de sectores minoritarios y en cierto modo crítico y protestante del “establishment” frenteamplista y oficialista. Una candidatura que en cierta manera aglutina a los periféricos de los grupos mayoritarios. A mi forma de ver, por su perfil y características, sumaría votos a los dos anteriores en caso de no competir, aportando entonces, a la distancia entre Vila y los otros.

En suma

La candidatura de Vila aparenta ser la preferida el 5 de diciembre, lo que puede traer bastante renovación en los equipos de trabajo y en la orgánica del Frente Amplio (se la ve apoyada por la mayoría de los líderes jóvenes frenteamplistas) a no ser por la mencionada Dos Santos que compite.

Pero ninguna de las candidaturas proporciona un análisis sustancial de la lectura del poder real que podría representar ésta hacia futuras elecciones. Cuestión que la fuerza política puede ni siquiera plantearse con estas elecciones, pero que es el ABC de las elecciones y las competencias internas. Aún cuando se elige la conducción de un barco.

¿Donde está la clave del próximo liderazgo frenteamplista rumbo a las elecciones?

¿En la diputación del maestro Nicolás Viera? o ¿en la agenda del edilato? ¿Se plantea el Frente Amplio de Colonia, la construcción de un liderazgo, aunque eso cueste sacrificios o solo espera que en alguna elección de mayo el oficialismo del Partido Nacional le conceda el sillón amablemente?. O mejor dicho, ¿puede el Frente Amplio, además de elegir la conducción política de su fuerza en estas elecciones, utilizar ese mismo partido para la construcción de una candidato a Intendente?

Por otro lado, ¿podrá contrarrestar el Frente Amplio toda la gestión que ponga en consideración el Dr. Carlos Moreira en su probable último mandato, con un gobierno nacional afín y diez Municipios de su lado?

Maxi Olaverry Chiazzaro es licenciado en Ciencia Política, magister en Democracia y derechos humanos y docente de Ciencia Política en el CERP de Colonia(Departamento de Derecho)