La intención de este artículo es llamar la atención, y en lo posible corregir a través del próximo Presupuesto de la Intendencia de Colonia (IC), una serie de hechos que atentan contra el desarrollo de Colonia y que favorecen la especulación inmobiliaria.

En diversas zonas del departamento de Colonia hemos constatado dificultades de acceso a nuestras costas: caminos que llegan a la nada, sendas bloqueadas, alambrados que bloquean el paso a caminos de uso público, falta de señalización y cartelería destruida.

Los aspectos señalados afectan el acceso democrático a la costa y generan zonas de playas que, en los hechos, terminan siendo prácticamente privadas.

¿Por qué ocurren estas situaciones? ¿Distracción de la Intendencia, intencionalidad, falta de control o ausencia de planes de desarrollo?

Playas inaccesibles

El listado que presentaremos seguramente esté incompleto, ya que no resulta fácil ni accesible recorrer toda la costa coloniense. Sería interesante que un debate público sobre este tema motive a la ciudadanía del departamento a denunciar otras situaciones y a proporcionar datos y material fotográfico de otras situaciones que no pudimos registrar.

Comenzaremos un recorrido desde Carmelo hasta Colonia del Sacramento y desde allí hasta la desembocadura del arroyo Rosario al Río de la Plata. Dejaremos para un posterior análisis diversas situaciones irregulares que abarcan la zona de Nueva Palmira.

Así fue nuestro periplo en el intento de lograr llegar a la costa del departamento:

  • En Carmelo, la playa El Corralito está prácticamente desaparecida por desidia de las autoridades. Allí se registran robos de arena y se observa abundante basura.
  • La denominada “Playa Vieja” está invadida por juncos. El estado y falta de mantenimiento de las calles no colabora para que la situación se atienda como corresponde.
  • En la zona de Martín Chico observamos calles públicas cerradas (alambradas), por lo que se impide la circulación y por tanto no se permite el acceso a la costa. ¿Privatizaron la costa? ¿Quién se beneficia? ¿Quién autorizó lo señalado?
  • Camino a la Barra de San Pedro encontramos el puente La Catita sin protección. Las autoridades departamentales ni siquiera se preocuparon de colocar protección luego de que hace un par de meses murieran dos jóvenes ahogados tras el desbarranque de su auto en el puente, que sigue sin tener barandas.
  • Intentamos arribar a la Barra de San Pedro, pero nos encontramos con falta de accesos a una de las zonas más hermosas de la costa de Colonia. En la Barra de San Pedro desemboca el arroyo San Pedro al Río de la Plata. La única posibilidad de acceso es a través de la bajada Valdez, a la cual se accede por un camino destruido, imposible de transitar en días de lluvia. No hay acceso seguro a la playa y para acceder a la barra hay que efectuar un recorrido de dos kilómetros por la arena.
  • En la bajada Miorelli tampoco resulta fácil llegar a la costa, ya que no existe señalización en la ruta 21. Llama la atención que en ese lugar los cultivos de soja lleguen hasta el borde del barranco, lo cual atenta contra la sostenibilidad y estabilidad del barranco. ¿Quién controla esa producción?
  • Al recorrer la costa en sentido norte-sur, o sea dirigiéndonos hacia Colonia del Sacramento, encontramos tres caminos vecinales. Todos ellos deberían llegar a la costa, pero eso no sucede, y el resultado final son cinco kilómetros de costa a los que no tenemos acceso.
  • Cuando logramos acceder a la calle Solís -así figura en los mapas- imaginamos que, al fin, podríamos llegar a la costa. Comenzamos a transitar por un camino que, en determinado momento, deja de ser tal y llegamos al borde de un barranco: las Barrancas de San Pedro. La situación se repite: hay cultivos que llegan hasta el borde mismo del barranco. Nuestra frustración aumenta cuando nos topamos con un cartel que dice “Escalera Caracol”. No sólo está destruido, sino que tampoco existe la escalera. El resultado es que no se puede bajar ni a la playa ni al llamado Pesquero Caracol.
  • En síntesis, desde el último lugar con llegada a la costa hasta el siguiente acceso hay 7,5 kilómetros de costa a los que no podemos ingresar.
  • Entre la calle Solís y el camino a la playa La Arenisca hay unos 2,5 kilómetros de costa. Los mapas marcan allí un camino que debería llegar a la costa; sin embargo, culmina en un hotel. Está marcada una senda de paso de acceso que está cerrada por dicho hotel. En definitiva, por la vía de los hechos se privatizaron 2,5 kilómetros de costa, ya que los únicos ciudadanos que pueden acceder a la costa son los huéspedes del hotel.
  • Seguimos el recorrido hacia Colonia, en procura de ingresar a playa La Arenisca. Es posible ingresar, pero surgió una enorme frustración al llegar: las marejadas destruyeron al menos 50 metros de costa, al grado de que el pozo semisurgente que abastece de agua al club de pesca casi que desaparece, ya que se encuentra prácticamente al borde del barranco. ¿Y las autoridades? Bien, gracias. No han atendido los reclamos sobre el tema y ni siquiera consideraron el pedido de realizar allí una bajada de botes, a pesar de que es considerada una importante zona de pesca. En cambio, sí se ha construido una bajada de botes en otra zona por decisión de alguna autoridad. Y se realizó en una zona donde no hay mucha pesca, pero algún interés existiría. ¿Interés inmobiliario?
  • Al intentar luego llegar a la costa por la avenida Ruben Falero nos encontramos con una nueva frustración. La falta de conexión de esa calle a la costa asegura, por vía de los hechos, la privatización de otros cinco kilómetros de costa, ya que no resulta posible acceder a las playas salvo que se ingrese por el hotel Sheraton. Hasta aquí nuestro recorrido desde Carmelo hacía Colonia del Sacramento.

Luego, en el recorrido rioplatenese desde Colonia del Sacramento hasta la desembocadura del arroyo Rosario -que incluye Riachuelo, Puerto Platero, Santa Ana y Artilleros- las posibilidades de acceso mejoran.

No obstante, hay enormes zonas donde no está garantizado el derecho de acceso a la costa, derecho plasmado en la Constitución de la República.

  • Entre Puerto Platero y Santa Ana hay tres kilómetros de costa donde, de alguna manera, se desarrolla el balneario El Ensueño. Además de caminos a la costa cerrados, es decir, alambrados por privados, allí encontramos construcciones sobre la costa de dudosa legalidad que, asociadas a la falta de acceso, generan playas privadas.
  • En el recorrido llama la atención que no se haya pensado conectar por la costa el balneario Santa Ana con el balneario Artilleros.
  • Entre Artilleros y Juan Lacaze hay un trayecto -camino La Balsa- de 14 kilómetros donde prácticamente es imposible llegar a la costa. No hay senderos hacia la costa, o están cerrados o inconclusos.
  • Entre Juan Lacaze y la desembocadura del arroyo Rosario sobre el Río de la Plata hay otros 15 kilómetros de costa. El único acceso es el camino a la Playa Cosmopolita.
  • En el kilómetro 135 de la ruta 1 nace un camino que debería llegar a la costa y no lo hace, ya que muere en tierras del Estado que están en manos de privados. Se trata de la arenera Indaré, un espacio de más de 600 hectáreas que ya no funciona como arenera pero que impide la llegada a la costa.
  • Indaré utiliza una propiedad que pertenece al Estado; durante la presidencia de Jorge Batlle (200-2005), el Estado y dicha empresa renovaron la concesión por un período de 50 años. La empresa dejó de funcionar como arenera, por lo tanto es natural que surjan preguntas: ¿cuáles fueron los motivos que llevaron a renovar ese contrato? ¿Qué interés se protege? ¿O dicha zona se reserva para futuros emprendimientos inmobiliarios en tierras del Estado?

Nuestro periplo culminó cargado de frustración y preocupación sobre el destino y el desarrollo del departamento. Al final de la jornada, nos preguntamos si la sigla IC quiere decir Intendencia de Colonia o Inmobiliaria Colonia.

Estos planteos serán presentados en la Junta Departamental de cara al futuro presupuesto, con la esperanza de que colaboren con la reflexión y nos ayuden a valorar los ricos recursos naturales que tiene Colonia. Recursos que, en rigor, no pueden ser disfrutados ni por los habitantes de Colonia ni por los visitantes. Lamentablemente, por la vía de los hechos, por inacción, por intención o por intereses se avanzó con la privatización de zonas importantes de la costa del departamento.

Son conocidos los versos del músico Jorge Drexler: “En esta orilla del mundo / Lo que no es presa es baldío / Creo que he visto una luz / Al otro lado del río”. Nuestra intención, como socialistas y frenteamplistas comprometidos con el departamento, es que los colonienses finalmente encontremos esa luz al otro lado del río, algo que vendrá de la mano de un mejor destino para Colonia y sus habitantes.

Michael Skafar es edil y secretario político del Partido Socialista de Colonia