Álvaro el Flaco Fernández ha sido un destacado volante de la selección uruguaya y de varios clubes locales y del exterior. Hoy, a los 35 años, vive “feliz y contento” los últimos años de su carrera profesional.

Desde hace casi dos años juega en Plaza Colonia, en esa misma ciudad de la cual partió hace década y media para iniciar el recorrido profesional. “Estoy cerrando un círculo, más allá de que no sé si terminaré mi carrera en Plaza. Es como volver a casa, porque antes de empezar en el profesionalismo jugué en Juventud y en la selección de Colonia [2004-2005]”, dijo a la diaria.

Agregó que esta etapa “resulta importante porque después de unos cuantos años he podido volver a mi casa y estar cerca de mis amigos y de mi familia, entonces se hace todo bastante llevadero”.

El futbolista, nacido en la pequeña Agraciada, recorre todos los días el trayecto que separa su casa, en Carmelo, y Colonia del Sacramento: “Son 75 kilómetros, ida y vuelta. A veces me canso, pero igual disfruto mucho estar acá”.

Fernández jugó en Uruguay Montevideo, Atenas de San Carlos, Wanderers, Nacional, Rampla Juniors, y tuvo un largo trayecto internacional en clubes de México, Argentina, Chile, Portugal, Estados Unidos y Catar. “He disfrutado mucho de mi carrera y he conocido lugares increíbles gracias al fútbol”, cuenta.

El Flaco también fue jugador de la selección uruguaya en el recordado Mundial de Sudáfrica 2010, bajo la dirección técnica del Maestro Óscar Tabárez, y elogió el proceso desarrollado por el técnico celeste: “Existe un antes y un después de Tabárez; ha hecho un trabajo impresionante. Ahora es normal que Uruguay clasifique a todos los mundiales; antes eso no era así”.

Fernández resalta algunas condiciones que Tabárez establece con sus dirigidos: “Lo principal es el don de gente, ser una persona educada; eso es lo primero que se inculca en el Complejo Celeste. El Maestro cita jugadores, pero sobre todo cita personas. Él es alguien cercano, que sabe lo que pasa con la familia de los jugadores”.

En el centro de entrenamiento de la Asociación Uruguaya de Fútbol “se inculcan muchas cosas puertas adentro, y el Maestro no te deja salir de la línea, porque para mantenerte en la selección tenés que ser una persona seria y responsable con lo que estás haciendo”. “Ese es el perfil que el Maestro busca y los jugadores se adaptan, y son cosas que terminan siendo importantes para la vida de los deportistas. Son marcas que el Maestro va dejando y los jugadores las siguen al pie de la letra”, dice.

Fernández destacó la conformación de “grupos humanos muy fuertes” en el ámbito de la selección mayor de fútbol en el denominado “proceso Tabárez”. “Se hizo un grupo humano muy fuerte; todos buscaban mejorar, y en esa línea reclamamos cosas que creímos que nos correspondían, como el derecho de imagen, entre otras cosas”. “Formamos parte de una generación que también pensó en otras cosas que son muy importantes”, subrayó.

Fútbol y política

Además de levantar banderas vinculadas estrictamente a la actividad profesional, Fernández y otros jugadores de su generación marcan también postura sobre otros temas “que son más importantes que el fútbol”.

El jugador de Plaza Colonia opinó que lo sucedido la semana pasada en Colombia con los partidos de Libertadores y Sudamericana resultó “lamentable”. “Fijaron partidos en un país donde están pasando cosas mucho más importantes que el fútbol, donde hay gente que está muriendo. Fue una locura permitir que esos partidos finalmente se jugaran. La Conmebol pensó sólo en el negocio, en que la pelota siguiera rodando, y el fútbol deja de ser importante cuando hay otras causas que merecen mucho más atención que un partido de fútbol”, sentenció.

En los últimos días Fernández adhirió, a través de sus redes sociales, a las actividades que convoca la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos para la Marcha del Silencio del 20 de mayo. “Es un tema que a mí me llega, me involucra. Muchas veces se dice que el jugador no se compromete, pero yo tengo la esperanza de que cada año se sumen más jugadores, que haya más pronunciamientos, porque es bueno que los más chicos, que a veces no tienen idea de lo que significa el 20 de Mayo o la Marcha del Silencio, al ver que los más grandes se pronuncian sobre esos temas también empiecen a hacer preguntas”. “Es muy bueno que todos estemos involucrados con esta causa, porque es algo humano, que no tiene nada que ver con política partidaria, sino que es algo que le pasó a la sociedad”, reflexionó.

Fernández destacó que “de a poco se van sumando más jugadores a este reclamo. Me gustaría que fueran temas que recibieran un apoyo más unánime, porque nos involucran a todos, y no deberían funcionar los dobles discursos sobre esto”.

El compromiso de los deportistas con las causas vinculadas a los derechos humanos “es muy importante, porque el fútbol es una voz muy fuerte en Uruguay y en el mundo, y si se usa correctamente, está buenísimo”.

Al respecto Fernández destacó los pronunciamientos de algunos clubes, como Villa Española, Racing o Plaza Colonia. “Obviamente me gustaría que los dos clubes más populares del país también lo hagan”, agregó.

El Flaco destacó el pedido realizado por hinchas de Peñarol para expulsar a los represores José Gavazzo y Manuel Cordero del registro de socios de esa institución: “Está buenísimo lo que están haciendo los grupos de hinchas pidiendo la remoción de esas personas del registro de socios de Peñarol; ojalá los dirigentes les hagan caso y puedan sacar a esa gente del ambiente del fútbol, para ir cambiando esa historia”.

El volante de Plaza descarta que exista presión de los dirigentes de los clubes hacia los jugadores para que no se pronuncien sobre las causas vinculadas a los derechos humanos: “No creo que haya presión de los dirigentes para que no hablemos de estos temas; de hecho Sebastián Fernández el año pasado, cuando era jugador de Nacional, participó de la convocatoria a la Marcha del Silencio”.

“Existe un folclore futbolero que dice que no se puede mezclar política con fútbol que, de a poquito, va cambiando”, concluyó el Flaco Fernández.