Tras haber sido seleccionadas en la convocatoria del Fondo Concursables para la Cultura del Ministerio de Educación y Cultura realizada en 2020, la artista textil Pamela Allala y la psicóloga Valentina Muñoz iniciarán este sábado 4, en la biblioteca Rodó de Juan Lacaze, una serie de talleres que apuntan a desarrrollar un camino “de sanación de memorias” de los habitantes de esa ciudad vinculados a la desaparecida industria textil.

Allala es lacazina, hija y nieta de trabajadoras textiles, mientras que Muñoz es chilena, de Concepción, una ciudad “también dominada por las industrias, aunque creo que no han tenido tanta incidencia como en Juan Lacaze”, según aclaró.

Ambas mujeres, que se conocieron hace unos años en el desierto de Atacama, aseguran que las clausuras de las actividades que desarrollan ciertas industrias dañan algo más que los bolsillos de sus trabajadores una vez que cierran sus puertas. Aseguran que eso ocurrió en Juan Lacaze, sobre todo tras el cierre de Campomar y Soulas, primero, en 1993, y de las restantes experiencias que le sucedieron: Agolan y la Cooperativa Textil Puerto Sauce.

Por eso, ellas proponen “un proceso arteterapéutico mediante el acto de bordar como herramienta principal”. “En los talleres abordaremos el recuerdo de nuestras memorias individuales y colectivas de la vida obrera textil, el cierre de la fábrica y sus consecuencias”, dijeron Allala y Muñoz a la diaria. Y agregaron: “Comprendemos que la memoria es constructora de futuro y de que no existe tal memoria si no realizamos un sano proceso de duelo”.

A lo largo del recorrido propuesto por Allala y Muñoz se alternarán talleres terapéuticos donde, a través de las palabras y las evocaciones, saldrán a luz las memorias de los participantes y las sesiones de bordados en las cuales rostros, nombres, edificios, entre otras cosas, serán trasladados, aguja e hilos mediante, a las telas. Además, está previsto el bordado de “piezas más grandes”, como “un árbol de la memoria”, adelantó Allala.

Los talleres irán desde “lo macro hasta los procesos más íntimos, con análisis del territorio, sobre cómo se construyeron las relaciones entre las personas, cómo surgieron los espacios públicos y políticos y, desde luego, lo que ocurrió dentro de las fábricas en los variados contextos históricos”, explicó Muñoz.

Los talleres apuntan a “intentar generar cambios en la normativa en ese modelo tan paternalista” que impusieron los empresarios textiles vinculados a la empresa Campomar y Soulas en Juan Lacaze. “Es necesario iniciar un proceso de duelo, de ver lo que ocurrió, que fue algo bastante doloroso tras el cierre, quitar el manto de todo eso, y luego de allí en adelante generar nuevas alternativas para las personas y la localidad”, señalan.

Al final del ciclo de talleres, que se extenderán durante dos meses, participarán personas “que construyeron otras alternativas laborales y de vida en la localidad”. “Es necesario iniciar un discurso transformador de viejas prácticas y de frases que acompañaron la vida en el pueblo, para crear más comunidad, porque eso puede generar un proceso liberador de las personas. Apuntamos a rescatar lo comunitario, volver al biotiempo, mantener mejores lazos con el entorno”, concluyeron las especialistas.

Las talleristas

Pamela Allala es lacazina y se define “como heredera del hilo, por ser hija de un linaje de obreros y obreras textiles; los hilados y las agujas siempre fueron parte de nuestras vidas cotidianas en casa. Allala estudió diseño textil, dirección de arte y vestuario: “Esas carreras son parte de mi recorrido académico formal, pero me cuestan las etiquetas”.

Se considera “una mujer ritualera, buscadora constante”. “Tras un largo viaje por este continente, logré reenamorarme de la esencia del hilo y la aguja y de la importancia del tiempo y todo lo que sucede en él mientras 
lo usamos de forma consciente”, señala. Para Allala el bordado “no sólo consiste en producir algo bonito, sino, también, algo simbólico, donde la magia y los rituales conviven con la intención y la acción, porque cuando bordamos con una intención le estamos abriendo la puerta al inconsciente y esto es transformador”.

Valentina Muñoz, psicóloga chilena, trabaja con niños y mujeres víctimas de violencia, desde un enfoque social y comunitario. Decidió involucrarse en este proyecto al conocer los efectos de la industria sobre la población lacazina. Acompañará los talleres desde Chile con una participación en línea. Por informes, consultar en Facebook o Instagram: @elhilodelamemoria.