En la sesión que se desarrollará el martes 18, el plenario de la Junta Departamental de Colonia abordará un pedido de excepción para forestar realizado por el establecimiento rural Barbieri–Simich, ubicado en la zona noreste del departamento de Colonia, cercano a Florencio Sánchez.

A diferencia de lo acontecido con pedidos similares, las tres bancadas de ediles -Partido Nacional, Frente Amplio y Partido Colorado- de ese departamento se oponen a que ese predio rural se transforme en una zona forestal debido a que es “un tipo de suelo 5.4 cuyo índice de productividad es elevado, pudiendo llevarse adelante actividades agrícolas ganaderas”, según señaló el informe de la Comisión de Ganadería, Agricultura, Pesca y Bienestar Animal.

Además, también señalaron que un área de ese establecimiento que posee “el tipo de suelo 5.02b, a pesar de ser suelo forestable, en este momento está cultivado, por lo que también resulta ser productivo”.

El pedido realizado por los propietarios de ese establecimiento rural también cuenta con un informe contrario por parte de los miembros de la Comisión de Ambiente de la Junta Departamental, lo que hace prever que el cuerpo de ediles finalmente rechazará esa solicitud.

Procedimiento

Las directrices de ordenamiento territorial vigentes en el departamento de Colonia establecen que la Junta Departamental debe aprobar los pedidos de forestación de predios menores a las 100 hectáreas, siempre que el área de bosques no afecte a más de 8% de los suelos de la unidad productiva cuyo índice Coneat resulte mayor a 88, de modo que no compita con otras actividades productivas como la agricultura o la lechería.

Asimismo, mediante el camino de la excepción y con la presentación de informes técnicos, los propietarios de tierra pueden solicitar autorización para forestar en otro tipo de predios, también menores a 100 hectáreas, porque cuando supera esa extensión se debe requerir permisos al gobierno nacional.

La reglamentación establece que, a la hora de conceder luz verde a los pedidos de excepción, el Poder Ejecutivo y la Junta Departamental de Colonia deben evaluar la concreción de ciertas “finalidades”, tales como “la integración con otros rubros productivos, que permitan un mejor resultado económico para dicha unidad, diversificar, permitir un desarrollo de sistemas silvopastoriles, diseños de cortinas de abrigo y sombra o generar sistemas que mitiguen los procesos de erosión del recurso suelo”.

Miradas contrapuestas

En 2021 la Junta Departamental, únicamente con los votos de la bancada del Partido Nacional (PN), aprobó un pedido de forestación que realizó el propietario del establecimiento El Negro, ubicado en las inmediaciones de Ombúes de Lavalle. La solicitud presentada por el dueño de esas tierras fue acompañada por un informe técnico que justificaba el desarrollo de la forestación en esa área. Allí se señalaba que la plantación de árboles en ese establecimiento permitiría el desarrollo del silvopastoreo -es decir, la presencia de montes de eucaliptos junto a pasturas que promoverían la presencia de vacunos en ese lugar-, que mantendría la diversidad productiva que ha caracterizado a esa región, y que las líneas de árboles plantados constituirían “cortinas de viento”.

En la discusión que se realizó en la Comisión de Higiene y Ambiente de la Junta Departamental que abordó este tema participaron integrantes de la organización ambientalista Ecoasamblea Colonia, quienes presentaron un informe técnico que rebatía el trabajo elaborado por los técnicos de Eufores (Montes del Plata) para avalar el pedido efectuado por el propietario de El Negro.

El informe de Ecoasamblea fue redactado por especialistas en ciencias agrarias y sociales que asesoran a esa organización. En ese trabajo se concluye que los sistemas de plantación presentados en El Negro “no son sistemas de silvopastoreo, ni tampoco permiten actividades de pastoreo en la misma superficie”, sino que son “macizos forestales” con densidades que “oscilan de 1.200 a 1.500 árboles por hectáreas”, lo cual “no permite el desarrollo de pasturas en el sotobosque” ni la interacción con el ganado “de una forma funcional”.

Para Ecoasamblea, el proyecto que estaba siendo analizado por la Junta Departamental de Colonia no constituía “una diversificación productiva funcional, sino una diversificación de rubros económicos, ya que empresas como Montes del Plata arriendan cada hectárea a un valor en torno de 160 a 200 dólares por año”.

La cantidad de tierras destinada a la plantación de eucaliptos en el departamento de Colonia para la producción de celulosa prácticamente se ha quintuplicado en la última década, según organizaciones ambientalistas. Actualmente, hay más de 11.000 hectáreas forestadas, mientras hace diez años apenas eran poco más de 2.000.

Sin embargo, según fuentes de la empresa Montes del Plata consultadas por la diaria, la evolución de superficies forestadas que manejan las organizaciones ambientalistas “es incorrecta, ya que el punto de partida no es 2.000 hectáreas, sino 5.319 que había en el departamento en 2008 pertenecientes a Fanapel”.

En cuanto a la superficie actual, a enero 2021, la cartografía de Dirección General Forestal “establece 11.732 hectáreas afectadas a forestaciones: 3.350 hectáreas corresponden a bosques de Pinus (abrigo y sombra, ajenos a la empresa) y 8.382 a plantaciones comerciales de eucaliptus”. Y agregaron que en los últimos 13 años las plantaciones comerciales de eucaliptus crecieron 57,6% (unas 3.000 hectáreas), “por lo que la superficie, lejos de quintuplicarse, no llegó a duplicarse”.

Los voceros de esa empresa señalaron que desde la instalación de Montes del Plata a la fecha “sólo se aprobaron dos proyectos por la vía de la excepción: Las Acacias (una ampliación de 550 hectáreas) y El Negro (una ampliación de 169 hectáreas), todos ellos habiendo cumplido con los criterios contemplados para la excepcionalidad”. “En la actualidad, Montes del Plata maneja 3.698 hectáreas en el departamento, todas de eucaliptus”, añadieron.