La cantidad de tierras destinada a la plantación de eucaliptos en el departamento de Colonia para la producción de celulosa prácticamente se ha quintuplicado en la última década. En efecto, actualmente hay más de 11.000 hectáreas forestadas, mientras hace diez años apenas eran poco más de 2.000.

Y existe una tendencia para que ese crecimiento se mantenga presente en los próximos años, a la luz de los pedidos para forestar campos que llegan a la órbita de la Intendencia de Colonia mediante la vía de la excepción. Esa situación es vista con preocupación por sectores políticos, sociales y también por la academia, donde se afirma que el modelo forestal pone en riesgo a los sistemas productivos preexistentes en tierras colonienses basados en la producción familiar.

Las directrices de ordenamiento territorial vigentes en el departamento de Colonia establecen que la Junta Departamental debe aprobar los pedidos de forestación de predios menores a las 100 hectáreas, siempre que el área de bosques no afecte a más de 8% de los suelos de la unidad productiva cuyo índice Coneat resulte mayor a 88, de modo que no compita con otras actividades productivas como la agricultura o la lechería. Asimismo, mediante el camino de la excepción y con la presentación de informes técnicos, los propietarios de tierra pueden solicitar autorización para forestar en otro tipo de predios, también menores a 100 hectáreas porque cuando supera esa extensión se debe requerir permisos al gobierno nacional.

La reglamentación establece que a la hora de conceder luz verde a los pedidos de excepción, el ejecutivo y la Junta Departamental de Colonia deben evaluar la concreción de ciertas “finalidades”, tales como “la integración con otros rubros productivos, que permitan un mejor resultado económico para dicha unidad, diversificar, permitir un desarrollo de sistemas silvopastoriles, diseños de cortinas de abrigo y sombra, generar sistemas que mitiguen los procesos de erosión del recurso suelo”.

Los proyectos en discusión

En 2021 la Junta Departamental, únicamente con los votos de la bancada del Partido Nacional (PN), aprobó un pedido de forestación que realizó el propietario del establecimiento El Negro, ubicado en las inmediaciones de Ombúes de Lavalle. La solicitud presentada por el dueño de esas tierras fue acompañada por un informe técnico que justificaba el desarrollo de la forestación en esa área. Allí se señalaba que la plantación de árboles en ese establecimiento permitiría el desarrollo del silvopastoreo -es decir, la presencia de montes de eucaliptos junto a pasturas que promoverían la presencia de vacunos en ese lugar-, que mantendría la diversidad productiva que ha caracterizado a esa región, y que las líneas de árboles plantados constituirían “cortinas de viento”.

En la discusión que se realizó en la comisión de Higiene y Ambiente de la Junta Departamental que abordó este tema participaron integrantes de la organización ambientalista Ecoasamblea Colonia, quienes presentaron un informe técnico que rebatía el trabajo elaborado por los técnicos de Eufores (Montes del Plata) para avalar el pedido efectuado por el propietario de El Negro.

El informe de Ecoasamblea fue redactado por especialistas en ciencias agrarias y sociales que asesoran a esa organización. Ese trabajo concluyó que los sistemas de plantación presentados en El Negro “no son sistemas de silvopastoreo, ni tampoco permiten actividades de pastoreo en la misma superficie”, sino que son “macizos forestales” con densidades que “oscilan de 1.200 a 1.500 árboles por hectáreas”, lo cual “no permite el desarrollo de pasturas en el sotobosque” ni la interacción con el ganado “de una forma funcional”.

Para Ecoasamblea, el proyecto que estaba siendo analizado por la Junta Departamental de Colonia no constituía “una diversificación productiva funcional, sino una diversificación de rubros económicos, ya que empresas como Montes del Plata arriendan cada hectárea a un valor en torno de 160 a 200 dólares por año”.

Posiciones políticas

A fines del pasado año, el proyecto forestal presentado por El Negro fue aprobado por la Junta Departamental de Colonia, únicamente con los votos del PN. El edil oficialista Sergio Bertón dijo a la diaria que la estrategia de su partido en este tema se basa “en analizar los proyectos que vayan llegando de forma individual, y si vemos que existen las condiciones para que se desarrolle la forestación los votaremos”. En el caso de El Negro, el PN resolvió aprobar el pedido de forestación “dado que existía un informe técnico confiable al respecto, y porque la bancada del PN contaba con la opinión de nuestros compañeros en la comisión de Ambiente e Higiene que son muy confiables”, argumentó el edil blanco.

Para Bertón, las directrices de ordenamiento territorial del departamento de Colonia “son buenas, porque, de modo general, no se puede forestar, salvo con la autorización del gobierno departamental”. El edil recordó que el gobierno coloniense impuso medidas restrictivas para la forestación en la primera década de este siglo, cuando desembarcó el proyecto de la empresa celulósica española Ence en Conchillas, que finalmente desistió del mismo y lo transfirió a la actual Montes del Plata.

Esas medidas se aligeraron en 2013, con la puesta en vigencia de las directrices de ordenamiento territorial. “Para plantar en predios mayores a 100 hectáreas debe contarse con el aval del gobierno nacional, y en menores a esa extensión debe pedirse autorización a la Intendencia de Colonia”, recordó Bertón. Y destacó que él no está dispuesto a votar “cualquier proyecto”. “Más allá de la calidad de las tierras, no se puede plantar árboles en cualquier lado, como en las inmediaciones de los centros urbanos o en lugares patrimoniales, por ejemplo”, aclaró.

En términos generales, la posición de la bancada del Partido Colorado (PC) sobre el desarrollo de la forestación en el departamento de Colonia está guiada por “el respeto a lo que establecen las leyes nacionales y la ordenanza de ordenamiento territorial”, dijo el edil Gabriel Gabbiani a la diaria. “El PC valora todo lo que tiene que ver con la forestación en el departamento y fuera del mismo, pero siempre y cuando no perjudique la producción agrícola, ganadera y hortícola, y mientras los controles que se realicen a estos emprendimientos estén actualizados dentro de los valores permitidos”. Entonces, “primero defendemos lo que ha sido la producción tradicional del departamento, y después la forestación siempre y cuando no perjudique esa tradición”, sostuvo.

La bancada del PC “votó negativo” el desarrollo de plantaciones de eucaliptos en El Negro “porque no había un informe técnico por parte de la intendencia”. Según Gabbiani, el ejecutivo “tomó como propio un informe técnico realizado por Montes del Plata y siguió el trámite hasta que llegó a la Junta”. El edil recordó que la Dirección Jurídica de la comuna coloniense “observó” esa situación, por lo cual “posteriormente el ejecutivo amplió un poquito su informe, pero siguió tomando como base el informe de Montes del Plata”. “Nosotros pedimos que la intendencia realizara su propio informe y no lo hizo, y por eso votamos en contra”, resaltó.

Gabbiani adelantó que la posición de su bancada sobre el desarrollo de la forestación en el departamento de Colonia “tendrá el mismo criterio: vamos a ver cuáles son los estudios técnicos que vienen y cotejarlos con las opiniones de nuestro equipo de asesores sobre este tema”,

Los ediles del Frente Amplio también votaron en contra del desarrollo de ese proyecto forestal. Lo hicieron en función de “una mirada general, holística, pensando en los efectos de la forestación en el ecosistema”, según dijo el edil Fernando Vinay a la diaria. Según Vinay, el crecimiento del área forestada en Colonia “es un problema gravísimo”, porque “es un departamento tradicionalmente agrícola ganadera, que ha generado una numerosa cantidad de trabajo en el sector rural. “La forestación no sólo afecta al eje económico sino que tiene efectos muy negativos sobre el ecosistema, afectando la cantidad y calidad de las aguas y de las tierras”, aseguró.

Vinay cree que mediante la vía de la excepción llegarán nuevos pedidos para forestar por parte de propietarios de campos colonienses tentados por las propuestas económicas que realiza Montes del Plata. “La empresa arrienda el campo por veinte años, y hace el pago por adelantado. Además se encargan de hacer las plantaciones y de la mano de obra. Es un negocio muy tentador para los dueños de las tierras, porque durante ese tiempo no toman riesgos”, detalló. Sin embargo, “nuestra discusión más importante con los dueños de la tierra radica en cómo quedarán los campos una vez que saquen los árboles”, dijo el edil frenteamplista.

Vinay adelantó que la Junta Departamental analiza otro pedido de excepción realizado por los propietarios de un establecimiento ubicado al norte del departamento. El edil tampoco descarta que “se sumen unos cuantos más, porque esa es la estrategia de Montes del Plata: tercerizar la forestación en campos cercanos a su planta industrial y convencer a los dueños de esas tierras”.

Posiciones divergentes

El pasado año, mientras se desarrollaba ese debate en la Junta Departamental de Colonia, la Sociedad de Productores Forestales del Uruguay emitió un comunicado dando cuenta de una “honda preocupación” ante “la reiteración de afirmaciones equivocadas sobre el sector, que hablan de un supuesto avance de la forestación sobre los suelos agrícolas de nuestro país”.

Según esa gremial, “las afirmaciones sobre el avance de la forestación” en los departamentos de Colonia y San José “son desmentidas categóricamente por la información del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP)”. “A la fecha Colonia posee 11.286 hectáreas forestadas, lo que representa un 1,8% de la superficie del departamento”, recordaron los forestadores. Y agregaron que en el trienio 2018 – 2020 la cartografía forestal del MGAP “muestra que en ese período el área forestada en Colonia alcanzó las 464 hectáreas”.

La Sociedad de Productores Forestales también señaló que “los suelos agrícolas no son buenos para la forestación”, porque “son más densos, con mayor contenido de arcilla”. Asimismo, aseguraron que el desarrollo de la forestación “se apoya en el modelo de integración productiva”. “Así, los productores ganaderos han incorporado la forestación en sus establecimientos como un rubro complementario, con acuerdos asociativos, por los que en promedio afectan menos de un 18% de sus predios a la producción forestal”, indicaron.

Esa gremial estableció que “cuando se menciona” que en el departamento de Colonia existen “plantaciones fuera de suelos de prioridad forestal, se omite el hecho que la mayoría de dichas plantaciones son previas a la ley forestal de 1987”. “Tal es el caso de las 3.400 hectáreas de bosques que pertenecían a la empresa Fanapel y eran utilizados para el abastecimiento de su planta industrial” que funcionó en Juan Lacaze hasta 2016.

Igor Alexandro vive en una chacra ubicada en las proximidades de Colonia del Sacramento e integra la organización Ecoasamblea Colonia. Para Alexandro, el discurso “sobre las supuestas maravillas de la forestación” ha calado hondo en la población coloniense, promovido por las empresas dedicadas a la producción de celulosa “que buscan lograr consenso social y que organizan muy bien su lobby”.

El activista asegura que la forestación en tierras colonienses “ha crecido de modo exponencial”. Para sostener esa aseveración, Alexandro también se apoya en los informes que confecciona el MGAP. “Hasta 2009 teníamos 2.000 hectáreas forestadas en el departamento de Colonia y en menos de diez años se logra un salto a cerca de 11.500 hectáreas en la superficie forestada”. Si vemos esa progresión y la proyectamos en el tiempo mediante los pedidos de excepción que llegan a la intendencia, queda el camino abierto para el crecimiento exponencial del macizo forestal”.

Para el activista, el aumento de los pedidos de forestación llegarán de la mano del interés de Montes del Plata para obtener la materia prima en campos cercanas a su planta industrial, ubicada en Conchillas, “para reducir los costos de transferencia de la materia prima”. Eso provocará, según Alexandro, un cambio brusco del paisaje, afectando de modo muy determinante el modelo productivo preexistente que está preservado, a texto expreso, en las directrices de ordenamiento territorial de Colonia”. El ecologista dijo que la Junta Departamental no ha tenido en cuenta esos factores a la hora de aprobar los pedidos de excepción para aumentar las superficies forestadas. “Con esas aprobaciones tampoco se preserva el patrón jurídico de contemplar el bien superior”, agregó.

Alexandro relató que concurrió a informar a la comisión de Medio Ambiente e Higiene de la Junta Departamental cuando se analizó el pedido realizado por El Negro. “Los ediles no nos escucharon mucho en realidad, porque hemos demostrado las falsedades que se exponen cuando el modelo forestal se autopublicita bajo la apariencia de vender progreso y prosperidad, aunque los datos reflejen otra cosa: pérdida de puestos de trabajo, migración en el campo, reducción de población rural a medida que avanza el modelo forestal, en una relación directa”.

El sociólogo Daniel Pena es docente investigador en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar) y asesor de Ecoasamblea Colonia. Pena también cuestiona el discurso que promueve el desarrollo forestal. Y lo hace en base a investigaciones que ha desarrollado junto a Soledad Recoba, donde enfrentaron “los informes de las empresas” con los datos aportados por diferentes organismos públicos y con aquellos insumos que han recogido en entrevistas realizadas a decenas de productores familiares que se han visto afectados por el avance del modelo forestal.

En el desarrollo de las investigaciones “hemos visto las transformaciones en los territorios que se generan con el avance de la forestación”, dijo Pena. En general, “las empresas no hablan de la evolución del empleo y tienen el discurso de que la forestación es armónica con el desarrollo ganadero” y sin embargo “eso no es algo que hayamos visto en los territorios ni en los datos que brinda el Estado”, aseguró. El sociólogo aclaró que “todavía no existen estudios específicos” sobre el departamento de Colonia, pero “sí se han hecho investigaciones en diferentes puntos del país” que demuestran que “a medida que avanza la forestación crece la concentración de la tierra y eso desplaza a los productores familiares”.

El investigador detalló que a pesar de que ha aumentado la superficie destinada a la forestación entre 2007 y 2019 en el departamento de Colonia, en ese mismo período hubo un descenso de la cantidad de personas ocupadas por ese sector: “pasa de 815 a 565 personas, y esto es una tendencia que se observa a nivel nacional”.

A la luz de esos datos, “podemos asegurar que la expansión de la forestación no genera nuevos empleos y no hace un gran aporte en empleo a los territorios, y eso algo que contrarresta el discurso de las empresas y de los políticos”, sostuvo Pena. Y agregó que “cuando se realiza la discusión de la forestación en términos macroeconómicos, entramos en otro tipo de aspectos, donde hay que poner en discusión la existencia de las zonas francas y las ganancias que tienen estas empresas”.

Pena también cree que el discurso sobre los beneficios de la forestación esgrimidos por las empresas, acompañados por “los partidos políticos y algunos sectores sindicales”, “ha calado muy hondo”. “Se dice que hay que priorizar el trabajo sobre los posibles daños ambientales”, mientras “los productores familiares sufren los problemas por separado, se quedan sin vecinos para generar intercambios, sufren las plagas que trae la forestación”. Esa situación se ve agravada por el problema de la renovación generacional que viven las familiares en el ámbito rural, “que es aprovechado por las empresas forestales a la hora de hacer las ofertas a los dueños de las tierras”.

Para Pena, el avance de la forestación en el departamento de Colonia traerá aparejado “la reducción en la cantidad de personas que trabajan en el ambiente rural y de sus conocimientos específicos, así como la pérdida de la desconcentración de la tierra que hay en Colonia, que es un elemento insignia de este departamento”. El sociólogo también sostiene que “la vía de la excepción” que ofrece la normativa vigente puede determinar la profundización del modelo forestal en el departamento de Colonia. “Se trata de un negocio que solo beneficia a los propietarios de grandes cantidades de tierra, peo que no permite la sostenibilidad a lo largo plazo”, advirtió.