Acaba de irse Alejandro Germán, uno de los más longevos y queridos poetas de Colonia del Sacramento, autor de una obra extensa y varias veces premiada.

Alejandro Pedro Germán Assandri nació en la zona del Real de San Carlos, Colonia del Sacramento, el 21 de setiembre de 1923. Su infancia y juventud transcurrió en el campo, cerca de la ruta 21, lugar que será transitado en muchos de sus poemas.

Su labor literaria arranca en su adultez, cuando en 1967 obtiene dos premios en la ciudad de Salto, en poesía y cuento corto. Ese mismo año participa, junto a los escritores José A. Oroná (“El Deschalador”) y Juan Antonio González, en la sociedad nativista “Bartolomé Hidalgo”.

Acerca de sus inicios literarios, en una entrevista con Luis A. Carro, publicada en La voz de la arena (2007), relata: “los primeros versos los escribí en broma, muchas veces – ya de más grande – para ser leídos en despedidas de soltero… Me tomé en serio lo de escribir recién a los 40 años, cuando la maestra Angela Pinasco leyó unas cosas mías y las publicó […] en el periódico La Colonia.”

Publicó los libros de poesía “Por qué te canto, Colonia” (1995), “40 poemas y uno más” (2006) y “Mojón 181” (2013) y la crónica histórica “Del Paraguay Heroico” (2006).

En 2020, por el sello editor Hurí dirigido por el Prof. Leonardo Lesci, apareció su último poemario “Dama de la Noche”. En el prólogo de este libro, Luis Carro, entrañable amigo del poeta, refiere: “Germán Assandri se autodefine como ‘Un soñador que envejeció soñando’, lo que patentiza en imágenes de intensa belleza, que atraviesan lo rural y urbano”. Empleando sobre todo los metros clásicos, como el soneto y la décima, Germán construyó un universo poético íntimo, lleno de evocaciones a paisajes y personajes de Colonia del Sacramento y el departamento en general. Su enunciación sencilla no eludía ciertos vuelos filosóficos o el compromiso social.

Tuvo una intensa participación en medios escritos y radiales. En el semanario Noticias hizo la columna “Garufa y yo”, donde en décimas conversaba con su perro, satirizando la política local. Participó también, con poemas y crónicas históricas, en las revistas Estampas colonienses dirigida por Heroídes Artigas Mariño, y González editada por Fredy González. Asimismo fue un asiduo colaborador del programa radial “De ida y vuelta”, que llevaban adelante Ana Erguiz y Luis Carro.

En octubre del año pasado se le realizó un homenaje a su trayectoria en la Casa de la Cultura. En lo personal lo conocí allá por fines de la década de los 90, mientras recopilaba información para mi “Antología de la poesía coloniense”. Desde entonces mantuvimos una cordial amistad. Destacaba por su humildad, generosidad y buen humor, teniendo la enorme capacidad de acompañar las diversas manifestaciones literarias, aún las que estuvieran en las antípodas de su estética. Alejandro siempre fue, y por sobre todo, un entusiasta de la poesía.

Compartimos un texto de su último poemario:

Dama de la noche

[Estrum Nocturnum]

Misterio de la sombra
que tiende por la noche
su manto de silencio.

Misterio de las horas
que inexorablemente
van bosquejando el tiempo.

Misterio de la nube
que de pronto parece
posarse sobre el lecho

del hombre que está solo
y en soledad escucha
la voz del pensamiento.

¡Oh dama de la noche
que sabes de mis penas
y guardas mi secreto!

¡Benditas sean tus flores
que con mágico aroma
consagran mis recuerdos!