En estos días los habitantes de Rosario festejan los 248 años de fundación de esa localidad. Mientras tanto, los ojos de los pichoneros también están puestos en la preparación de las grandes celebraciones previstas para 2025, cuando se cumplirá un cuarto de milenio de la creación de esa ciudad coloniense.

En ese marco, y haciendo honor a una de las tradiciones más queridas para los habitantes de Rosario, un grupo de vecinos trabaja fuertemente en la reivindicación de las expresiones artísticas vinculadas al candombe y al carnaval.

En efecto, personas referentes en el ámbito cultural, social y educativo de la localidad se juntaron para crear “una comparsa de tambores que permanezca más allá del Carnaval”, que recupere y nuevamente instale el candombe en Rosario y que brinde formación a todos aquellos que quieran acceder a esta área de la cultura, tanto en lo musical como en lo artístico, según contó Edison Torres a la diaria.

La comparsa Rosario 250 -tal como fue bautizada esa nueva agrupación- está integrada por más de 100 personas, con edades muy diversas, desde niños de nueve años a adultos mayores de 60. Como referentes y creadores de este proyecto, aparecen Germán Suárez como coordinador; Adrián Lecor, luthier de la comparsa; Sofía Bidart, vestuarista; Ana Camejo en el área de comunicación; Pablo Corbalán y Edison Torres en la gestión, y Sergio Vergara como coreógrafo. Torres comentó que este proyecto sociocultural “tiene como objetivo revalorizar la cultura del candombe local y del carnaval”, promover “el desarrollo del activo cultural comparsa” e impulsar “nuestra identidad y el patrimonio intangible de nuestra ciudad”.

La comparsa se plantea “la promoción y apoyo de actividades que jerarquicen la relevancia del candombe” en la cultura local y que “evidencien esta presencia en sus distintas vertientes, ya sea con sus letras, sus músicas, así como el baile, el vestuario y el arte de fabricar un tambor”.

En este sentido, Torres explicó que este proyecto “da la posibilidad de realizar acciones que permiten la recopilación de relatos, historias y saberes que son parte de nuestra comunidad”, así como “la rica tradición oral”, que, si no se extrae y transmite a los jóvenes, “estaríamos ante la imposibilidad de contar con referentes”.

Más allá de los desfiles y corsos que se presentarán en las próximas semanas, el grupo principal de la comparsa pretende brindarle “una respuesta a la juventud y a los niños” y ofrecer “una formación cultural de manera gratuita con accesibilidad para todos”, dijo Torres, y recordó que en Rosario “hay muchas ofertas, pero de gestión privada, que tienen un costo”.

Si bien este grupo no depende de ningún organismo público, “hemos podido articular con organizaciones de la ciudad que han posibilitado la obtención de recursos” para brindar todos “los talleres y charlas que hemos venido realizando desde agosto” de modo gratuito. Además, hay “mucha dedicación del equipo de trabajo”, aseguró Torres.

Cada domingo la comparsa hace ensayos abiertos en la plaza Benito Herosa, donde la gente acompaña y colabora con la compra de comestibles y bebidas que el grupo brinda, con el fin de generar algún ingreso económico para apuntalar el proyecto.

En crecimiento

Rosario 250 está compuesta por una centena de personas: cerca de 60 tamborileros, más de 25 bailarines, estandartes, gramilleros y colaboradores, entre otros.

“La propuesta ha ganado muchos adeptos y hemos obtenido la confianza de la sociedad rosarina. Esto ha ido generando una alta demanda de jóvenes, que van siendo formados”, explicó Torres. La comparsa se presentará en el Desfile de Llamadas en Colonia el 4 de febrero, mientras que el 12 y 19 de ese mismo mes desfilará de local, en el corso de El Parque y en el desfile principal de Rosario. El lunes 20, se presentan en el Carnaval de La Paz Colonia Piamontesa. Si bien febrero será el mes con la agenda más cargada, “el proyecto pretende ser anual y que no comience y termine en la temporada estival”, destacó Torres. “Apuntamos a la promoción y planificación de llamadas de invierno y de primavera, como mojones que permitan la continuidad y proyección anual”, destacó.

Torres valoró “la convocatoria que tan espontáneamente se dio en la población rosarina, además de la integración multigeneracional que se ha dado” con la creación de esta comparsa. “Esto da cuenta de la necesidad que tenía la ciudad de contar con un proyecto de esta magnitud”, dijo Torres.

“Cuando hay motivos para hacerlo, los jóvenes se arriman y se involucran en los proyectos culturales”, concluyó.