El edificio del liceo departamental Juan Luis Perrou de Colonia del Sacramento fue inaugurado en 1964. 60 años después, ese edificio resulta pequeño para la actual población de estudiantes, conformada por unos 2.200 alumnos, y presenta serios problemas de infraestructura que han afectado el normal desarrollo de las clases.

Actualmente está en curso un proceso de licitación iniciado por la Administración Nacional de Educación Pública para comprar módulos que funcionarán como salones de clases y que serán instalados en el patio de esa institución. En Colonia del Sacramento existen dos liceos públicos: el liceo departamental, ubicado en el centro de la ciudad, y el 2, que funciona en el barrio Real de San Carlos.

En diálogo con la diaria, el diputado Mario Colman (Partido Nacional) dijo que “hay una realidad: la superpoblación de alumnos que tiene esa institución” y “nosotros estamos detrás de esa licitación para la compra de módulos que funcionarán como salones de clases”. No obstante, el legislador nacionalista dijo que “la solución de fondo es la construcción de un tercer liceo en la ciudad”, que “estuvo planificado en el anterior período de gobierno y y que no se concretó”. “Ese proyecto debería retomarse, y si bien es difícil que se concrete en la actual administración debe ser considerado para implementarlo en el próximo período de gobierno”, señaló.

Para Colman, “existe una inequidad histórica a la hora de distribuir los recursos económicos por parte de las autoridades de la enseñanza”. Y dijo que “mientras en Montevideo la lucha actual es por un salón sindical en el liceo IAVA, en Colonia estamos luchando para conseguir mayor cantidad de salones para dar clases”. “Los políticos no debemos meternos en ese conflicto -que me parece sobredimensionado- y que se está dando con los chiquilines del IAVA, ni para un lado ni para el otro, porque siempre hubo conflictos estudiantiles y seguirán existiendo, y ahora las desocupaciones se desarrollan con una normativa que viene del gobierno de José Mujica (2010-2015)”, añadió.

Colman recordó que “siendo estudiante en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República fui activista y dirigente gremial, apoyé y participé en varios conflictos y ocupaciones, pero terminé dándome cuenta de que esas medidas terminaban afectando más a los estudiantes provenientes del interior, que debíamos pagar alquileres de pensiones o apartamentos”. “En este momento pasan cosas parecidas: mientras en Montevideo discuten por un salón sindical, aquí no tenemos lugares para dar clases”, dijo.

“El tema es de fondo: precisamos más recursos para construir un liceo nuevo, porque es un disparate que haya 2.200 estudiantes en un liceo que no fue concebido para recibir tanta cantidad de gente”, concluyó.