El 3 de febrero se desarrollará el segundo encuentro Estación Tarariras, en la localidad homónima. El acto de presentación de ese evento se realizó el martes 9 en la Intendencia de Colonia. Allí, integrantes de organizaciones civiles de esa localidad, junto a representantes del municipio tararirense y de la comuna de ese departamento, adelantaron en qué consistirán esos festejos. En ese evento que se desarrollará en la vieja estación de trenes habrá tres áreas destacadas: gastronomía, exposición y venta de artesanías y espectáculos artísticos.

Los organizadores no adelantaron cuáles serán los artistas que se presentarán, pero comentaron que lo recaudado en la plaza de comidas beneficiará al Club de Leones, la Escuela Técnica de Tarariras, la subcomisión de Fútbol Infantil del Club Pompeya, Caminemos Juntos, el Club Semillero y el Rotary Club de Tarariras.

Una estación muy especial

El crecimiento de Tarariras guarda una directa relación con el desarrollo del ferrocarril en Uruguay. Por ello, resulta menester efectuar una breve síntesis de la historia de ese medio de transporte en Uruguay.

En 1866 surgió la industria ferroviaria en Uruguay con capitales nacionales, a partir de la creación de la sociedad anónima Ferrocarril Central del Uruguay. El Estado otorgó la concesión a esta empresa para el desarrollo de un tramo de 17 kilómetros entre la estación Bella Vista, en Montevideo, y Las Piedras, en el departamento de Canelones.

Sin embargo, la empresa nacional fracasa en el desarrollo de esa iniciativa y es apuntalada por capitales británicos, a los que el Estado uruguayo les aseguraba una ganancia superior a la que podían obtener mediante operaciones mercantiles en Europa. Con la financiación de la casa Baring Brothers, avanza el tendido férreo.

Así, en 1872 se inaugura el tramo entre Las Piedras y Canelones, y en 1874 el tren unía Montevideo con Durazno a través de un tendido de 205 kilómetros. En 1878 el ferrocarril finalmente pasa a manos de una sociedad anónima inglesa, The Central Uruguay Railway (CUR), que controlará hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial, que retorna a manos del Estado uruguayo.

Cabe consignar que el gobierno uruguayo mediante un decreto de 1866 estableció el régimen e itinerario de los primeros tramos, lo que permitió la continuación de la red ferroviaria hasta la frontera con Brasil, donde llegó en 1913. El avance del tren, entonces, fue lento pero a un ritmo bastante constante. El concepto de planificación a escala nacional y la conexión de los sistemas de comunicaciones de Uruguay con los países limítrofes se delineó en las leyes ferrocarrileras aprobadas en 1884 y 1889.

Por ello debe subrayarse que el primer ferrocarril construido al amparo de la Ley de Trazado General de los Ferrocarriles de 1884 fue el denominado “del Oeste y Puerto del Sauce” (actual Juan Lacaze), cuyas líneas fueron transferidas a la compañía Extensión Oeste del Ferrocarril Central del Uruguay en 1889.

En tanto, la ley del 1º de julio de 1886 agrega el ramal de Maldonado a Punta del Este; la ley del 30 de noviembre de 1888 amplía el trazado con el ferrocarril de Durazno-Trinidad, el ferrocarril a la frontera empalmando con el del Nordeste y el ramal Pando a Minas con derivación a Treinta y Tres.

La ley del 6 de setiembre de 1889 tendrá un fuerte impacto en el departamento de Colonia, ya que instaló una línea transversal en el interior que procuraba acercar los sistemas argentinos y brasileños y al complejo portuario terminal en Colonia, que estaba en construcción. Asimismo, la intención fue apuntalar la creación de colonias agrícolas a lo largo de una franja contigua a la vía del ferrocarril.

En ese marco, en 1901 se concretan las aperturas de la estación Tarariras y de otras como las de Cufré, Rosario, Barker, por ejemplo, que se conectaron directamente con los diferentes centros productivos del departamento de Colonia. En 1902, finalmente, se completa el tendido de la extensión Oeste del ferrocarril con la inauguración de la Estación Colonia del Sacramento, que también quedó unida a Montevideo.

Abelenda establece que, a partir de ese momento, se inició “una nueva era” para esa región. El arribo del ferrocarril permitió que la zona de influencia de Tarariras viviera “un auge notable” y se consolidara “como el centro económico administrativo en el centro del departamento” de Colonia.

A lo largo del tiempo, Tarariras desarrolló un sistema agroindustrial poderoso. Empresas lácteas de diferente porte, frigorífico, cooperativas, comercios, permitieron que la localidad se erigiera como el centro urbano de referencia para una amplia zona del departamento de Colonia.