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Fernando Pureza

E. P. Thompson durante una manifestación contra las armas nucleares en Oxford, Inglaterra, en 1980. Foto: Kim Traynor, Wikipedia.
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La historia vista desde abajo

Cuando E. P. Thompson falleció, Eric Hobsbawm escribió un conmovedor obituario dedicado a su amigo para el periódico The Independent. Lo describe como un intelectual elocuente, amable y encantador, con presencia escénica, una voz maravillosa y “dramáticamente” apuesto. Más que todo esto, Thompson fue uno de esos casos del siglo XX en los que la intelectualidad y la militancia fueron de la mano, componiendo un marxismo vivo y poco afecto a la ortodoxia. Nacido en Oxford, Reino Unido, el 3 de febrero hubiera cumplido 100 años.