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Israel Fuguemann

La familia Peña camina por las orillas del río Bravo, buscando la mejor opción para cruzar a Estados Unidos. Piedras Negras, Coahuila, 21 de junio.
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La bestia mexicana

Esta historia no comienza aquí en medio del desierto, bajo los rayos de un sol fulminante arañando los 50 grados centígrados en el termómetro; con la familia Peña en medio de un llanto contenido intentando cruzar el río Bravo, la frontera natural que divide México y Estados Unidos. Empezó 4.000 kilómetros atrás. Allí, a la par de otros miles de familias, los Peña iniciaron la larga travesía migratoria por el continente americano. Ese pasaje por la selva que va de Colombia a Panamá —extenuante paraíso— ya lo narramos en el número de julio de Lento. Este es el paso siguiente, entre los oxidados desechos de un mundo roto.
Fernando, un migrante venezolano, pide a Dios que le dé fuerza para continuar su viaje.
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La travesía del Darién

En los primeros meses de 2023, algo más de 80.000 migrantes cruzaron por el Tapón del Darién, la espesa y pantanosa selva tropical que separa América del Sur de América Central y Colombia de Panamá, cinco veces más personas que las registradas en el mismo período tan sólo un año atrás. Aspiran a llegar mucho más al norte, hasta Estados Unidos, y, si la tendencia continúa, el conjunto alcanzará este año la cifra histórica de 400.000 personas.
Joven migrante fumando bajo un puente en la ciudad de Melilla, España.
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La última barrera

El viernes 24 de junio miles de personas intentaron cruzar desde Marruecos a la ciudad española de Melilla saltando la valla de seis metros de altura que separa los dos territorios, y fueron reprimidas con violencia por la policía. Según números oficiales, 23 personas murieron, pero organizaciones sociales hablan de 37 y cuestionan la falta de transparencia en la información sobre lo ocurrido. Pocos días después, estuvo en ese lugar el fotógrafo Israel Fuguemann, que pudo ver de primera mano las dificultades que enfrentan los migrantes y también quienes quieren saber qué sucedió.
Una mujer en el campo de refugiados de Palanca espera por el autobús que la llevará a Rumania.
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La frontera vacía

Moldavia, el país más pobre de Europa, enfrenta una crisis humanitaria por la guerra en Ucrania. Allí estuvo el fotógrafo Israel Fuguemann, en una localidad que se adentra en el territorio ucraniano llamada Palanca.