La asunción de Yamandú Orsi abre una oportunidad única para demostrar que la izquierda aún puede ser el motor de transformación social sin caer en la obsolescencia ni ceder el discurso del cambio a la derecha.
Recientemente, las redes se han llenado con la frase “No todos los hombres, pero siempre un hombre”. Lejos de generar más odio, como suelen acusarnos, la invitación es a la reflexión. La situación es desmoralizante, no han sido días fáciles. Pero créanme, la lucha sigue intacta. La verdadera pregunta es: ¿qué sigue ahora?
La homofobia, el racismo, la gordofobia o el clasismo no son experiencias aisladas, sino que se entrelazan, creando una red intrincada de opresión que debemos enfrentar.