Simon Johnson

Desde cualquier punto de vista, Estados Unidos –y, por ende, el mundo– se encuentra actualmente en medio de un intenso auge especulativo en IA. Para evaluar si toda la inversión que se está invirtiendo en la industria generará algo útil, es necesario abordar tres preguntas

David Ricardo, uno de los fundadores de la economía moderna a principios del siglo XIX, entendió que las máquinas no son necesariamente buenas o malas. Su idea de que si destruyen o crean empleos depende de cómo los implementemos y de quién toma esas decisiones no podría ser más relevante hoy

Si bien la inteligencia artificial podría convertirse en una herramienta poderosa para aumentar la creatividad humana e impulsar una prosperidad ampliamente compartida, eso no sucederá a menos que los trabajadores tengan voz sobre cómo se utiliza

A Daron Acemoglu y Simon Johnson les preocupa que la tecnología se implemente para reemplazar a los humanos en lugar de empoderarlos