Aunque desde hace un par de semanas trabajan en la catalogación de los libros recién incorporados, ayer quedó en actividad nuevamente el Castillo del Parque Rodó. “Estoy en el entrepiso que formó parte de la remodelación y veo gurises por todos lados. Para ser gráfico: ya hay dos bebés sobre el piso de goma intercambiando juegos en su idioma, hay gurises en el rincón de Ziraldo, otros revisando la literatura nórdica en español, cerca de mí, las mesas están llenas, y también hay otros más grandes donde están los autores uruguayos. En la inversión que se hizo ocupa un lugar preponderante la colección, que es nueva y consta de más de 1.000 ejemplares”. Así describía, el día de apertura al público, el coordinador del Castillo, Xosé de Enríquez, quien viene de trabajar diez años en temas patrimoniales en la Intendencia de Canelones, además de ser una persona vinculada al Carnaval, el periodismo y la escritura. De Enríquez, que desde noviembre está armando el equipo de trabajo, recordó que 1935 es la fecha de creación de la biblioteca pública infantil María Stagnero de Munar, la primera de su tipo en América Latina, si bien el castillo, que buscaba ser un atractivo orientado a los niños, empezó a construirse en 1895 y fue inaugurado en 1903 (el antes llamado Parque Urbano había quedado habilitado dos años antes). El proyecto original de José María Montero y Paullier, quien se desempeñaba como ingeniero en jefe municipal, se inspiraba en un castillo medieval francés.

El lugar estaba cerrado desde fines de 2013, en principio con el fin de hacer refacciones, ya que se llovía la sala principal y el espacio destinado a las clases de yoga llegó a inundarse. Pronto detectaron que la estructura presentaba otros problemas, ya que “no se le había hecho mantenimiento desde su inauguración, algo que ha pasado con varios edificios públicos emblemáticos; a algunos el paso del tiempo les pasó factura y no pudieron ser rescatados”, señaló el coordinador. Un estudio a fondo indicó que la puesta a punto del castillo demandaba una intervención mayor. Finalmente, las obras se hicieron en el correr de 2018 y tuvieron un costo de 13 millones de pesos provenientes de los fondos de la Intendencia de Montevideo (IM), puesto que, recalcó De Enríquez, “era un compromiso que [el ex intendente] Daniel Martínez, había asumido con los vecinos del Parque Rodó”. La inversión “implicó la puesta en valor del bien arquitectónico, respetando su condición de patrimonio –esto tiene que ver con la fachada, las ventanas, la torre que da al lago, los techos y pisos–, y ahora todos los sectores están en uso, hay aire acondicionado y cámaras de videovigilancia con sistema de alarma”. El presupuesto también incluyó el mobiliario, los insumos informáticos (tablets) y los más de 1.000 ejemplares comprados específicamente con destino a la biblioteca.

“Va a seguir siendo una biblioteca pública infantil, pero le vamos a dar un perfil de centro cultural”, señaló De Enríquez. Con ese propósito, en estos días, desde la página web de la IM, se convocará a interesados en brindar talleres en el lugar en actividades diversas, como ajedrez, danza, teatro, títeres, artes plásticas. Hay cinco salas de distinto tamaño que serán asignadas en función del público que haya para cada propuesta. Por el momento, la programación se reduce a un Taller de Lectura y Creación Literaria, fruto de un convenio con la Casa de los Escritores, que comenzará la semana que viene.

Hay que acercarse al castillo para inscribirse en forma gratuita y automáticamente se deviene socio del sistema de bibliotecas de la IM. En el castilllo hay disponibles mayoritariamente títulos infantiles y juveniles, si bien cuenta con un sector orientado a los lectores adultos, que se estima que estará disponible desde el mes próximo (los libros están en etapa de catalogación).

Horario del castillo: lunes a viernes de 9.00 a 18.00, sábados de 11.00 a 18.00. El miércoles 12 de junio comienzan los talleres gratuitos, para niños de seis a nueve años y de diez a 12 años (dos grupos a cargo de la profesora Luisita Rosas).