A comienzos de marzo, cuando se estaban elaborando líneas de investigación sobre el comportamiento de la covid-19, se encendió la primera alarma respecto del papel que podrían cumplir las mascotas en el desarrollo de la enfermedad. El Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación de Hong Kong hizo público el caso de un perro de raza pomerania, de 17 años, que había dado positivo en el test de coronavirus, igual que su responsable. Pero el animal nunca presentó signos clínicos y murió tiempo después por enfermedades relacionadas a su edad. La misma oficina anunció, a mediados de mes, que un pastor alemán de nueve años que vivía bajo el mismo techo que una mujer infectada por el virus también había dado positivo en el test. Durante el transcurso de las semanas el animal no ha manifestado síntoma alguno y el otro perro que integra el hogar dio negativo. Llegó abril y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos reveló que ocho felinos (cinco tigres y tres leones) del zoológico del Bronx, en Nueva York, dieron positivos en el test del SARS-CoV2, que se les hizo luego de que uno presentara síntomas respiratorios.

Se sigue investigando sobre el papel que cumplen las mascotas en el desarrollo de la pandemia, ya sea si pueden infectarse con el virus como si pueden contagiárselo al ser humano. Estudios realizados por el Instituto de Investigación Veterinaria de Harbin, China, sugieren que tanto los gatos domésticos como los hurones podrían infectarse y, por lo tanto, generar anticuerpos contra el nuevo coronavirus. Sin embargo, este trabajo ha sido tomado en cuenta en la sociedad veterinaria con ciertos reparos. Por ejemplo, el número de gatos utilizado es bajo: cinco animales, de los cuales dos fueron sacrificados en los seis días posteriores a la inoculación viral. Y sólo se encontró ARN viral en los cornetes nasales y las tonsilas, pero no en la tráquea ni en los pulmones. Los tres gatos restantes no desarrollaron síntomas clínicos y sólo uno de ellos realmente contrajo la enfermedad. Cabe acotar que la carga inoculada fue proporcionalmente más elevada que la infección que puede producirse en condiciones naturales y por eso existen dudas. Otro estudio realizado en perros descubrió que, al infectar a cinco de ellos con el virus, únicamente en dos se logró constatar la presencia del ARN viral, pero en ninguno se detectaron cargas capaces de infectar a otro animal.

El Departamento de Pequeños Animales de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República comunicó que, luego de hacer un breve repaso de los estudios disponibles hasta el momento, “se sabe muy poco sobre el comportamiento del virus en animales y, si bien hay indicios de que algunos animales pueden contraer el virus, no hay evidencia, por ahora, de que desarrollen la enfermedad”. También aclara: “No hay ningún trabajo que demuestre que el virus se transmite de las mascotas al ser humano. Además, es importante resaltar que desde la aparición de la enfermedad, en diciembre de 2019, se han infectado (al 10 de abril) más de 1.700.000 personas en todo el mundo y se han superado las 106.000 muertes. Las noticias sobre infecciones en animales son hechos aislados, que, más que aportar información, pueden generar dudas y temores infundados hasta el momento”.

El documento continúa con algunas consideraciones a tener en cuenta con las mascotas, basadas en artículos delineados por la Organización Mundial de Sanidad Animal, la World Small Animal Veterinary Association, la Animal Veterinary Medicine Association y la Asociación Veterinaria Española de Pequeños Animales. Si disponen del terreno suficiente como para ejercitarse y hacer sus necesidades, no sacarlos a la vía pública; en caso contrario, dar paseos pocas veces al día, el menor tiempo posible, en horas de poca aglomeración, y lavarse las manos antes y después. Al volver a casa, usar un paño con agua y lavandina para los zapatos; antes de entrar, lavarle las patas (incluso entre los dedos) con agua y jabón; no usar productos como hipoclorhidria o alcohol, y limpiar el pelo con toallas húmedas. Día por medio, bañarlo con champú seco y lavar frecuentemente sus utensilios. En el caso de gatos, evitar que el animal salga de casa. Quien no tenga alternativa debe limpiar el pelaje con toallas húmedas al regreso, utilizando guantes y posteriormente lavándose las manos. Si se trata de una persona infectada con coronavirus, se recomienda que no conviva con la mascota. A propósito, el Departamento de Pequeños Animales anunció que presentará un proyecto para chequear a los animales de los pacientes con covid-19.