Uruguay es la incorporación más reciente del Mapa de barmaids y afines, una plataforma creada hace tres años por la periodista argentina Laura Marajofsky. La iniciativa cuenta con proyectos pares en Chile, México y Perú, y apunta a cubrir el resto de Latinoamérica.

“Es una plataforma de visibilización y empoderamiento de la mujer en el rubro gastronómico”, explica Romina Mazza, la coordinadora local, que desde abril está desarrollando el mapa uruguayo junto con la redactora Laura Pérez; en esa línea están convocando a embajadoras en los distintos departamentos para rastrear a otras profesionales (que estén o no ocupadas actualmente), conocerse y dar a conocer su carrera y su situación, además de detectar las urgencias del sector concentradas en una mirada de género.

El nombre del proyecto madre responde a que empezó por reunir a las trabajadoras de la coctelería, aunque no tardó en ampliarse a la cocina y a otras ocupaciones vinculadas (desde destiladoras a sommelières, baristas, embajadoras de marcas, dueñas de establecimientos, mozas), ya que la demanda era importante. También hay que señalar que estos mapas contemplan a mujeres y disidencias.

“Marajofsky se dio cuenta de que había un montón de interesadas y así esto fue creciendo”, apunta Mazza, que cuenta sobre la dimensión que cobró ese mapa inicial al lograr el apoyo de grifas y restaurantes. Lograron implementar campañas de concientización y contra la violencia machista en bares y obtuvieron el apoyo de instituciones estatales para realizar capacitaciones de género destinadas al personal de bares y otros establecimientos (las presenciales se hicieron en The Temple Bar y en el Centro Cultural Recoleta).

Brigada empoderada

Para poder transitar ese camino, la base de este trabajo es un formulario que ahora invitan a completar a nivel nacional, ya que con esos datos empiezan a hacer circular información, cursos, llamados, eventos. Sumar participación es el objetivo principal para fortalecer al colectivo en Uruguay, recalca la consultada. “Necesitamos que se anoten para pasar a la práctica”, dice. “Por algo Laura lo fundó en su momento en Buenos Aires, por algo esta movida acá: porque se precisa, porque no es un rubro fácil, está vapuleado y es muy machista, lamentablemente. No somos mayoría y no nos conocemos. Pero estamos y somos cada vez más, porque sola no se puede”.

A la vez, proponen una serie de encuestas que permitan adentrarse en el trato que reciben, el estado de salud y las condiciones laborales de las asociadas. El rango de preguntas abarca desde el cuidado personal, si sufrieron abusos en el trabajo o tuvieron accidentes que afectaron su integridad física (por ejemplo, cortes, quemaduras, caídas, descargas eléctricas, golpes), hasta si comen mientras están de servicio o cuál es su consumo de alcohol (estimado en número de tragos). Con los resultados, que se procesan de manera anónima, se planifican luego acciones en educación, salud y género.

Por ahora el podcast que se puede escuchar en Spotify es Comanda, que conduce Marajofsky, y traza perfiles básicamente de las colegas argentinas. No deja de ser un horizonte para la versión local de la plataforma, que recién está dando sus primeros pasos. El trabajo y las colaboraciones son voluntarias en todos los casos. Mientras el coronavirus no les permita sentarse todas a la misma mesa, las charlas y las reuniones entre las mapeadas en los distintos países se mantienen a distancia y por Zoom. Además del activismo, estas conexiones pueden ser útiles, por qué no, como bolsa de trabajo. “Tienen que ser conscientes de lo pesado que es esto. No voy a parar hasta que se den cuenta de que es una comunidad latinoamericana”, subraya Mazza.

Para unirse o seguirlas: mapadebarmaids.com.ar; instagram.com/mapadebarmaidsuy