En la fecha de cumpleaños de Idea Vilariño –nació el 18 de agosto de 1920–, quedó inaugurado el parque que lleva su nombre por voto popular. La poeta de la Generación del 45 fue elegida a través del programa Mujeres con Calle para denominar el sitio donde estuvo Isla de Gaspar, el mayor asentamiento de Montevideo. El terreno era antes conocido como La Cantera de los Presos, ya que hasta mediados del siglo XX los detenidos eran la mano de obra para extraer el granito. Luego el enorme predio fue utilizado como vertedero, y rellenado con basura domiciliaria y, se presume, también industrial.

Para los vecinos de Malvín Norte, incluidos quienes fueron realojados en las proximidades, y para otros tantos que lo utilizan como lugar de tránsito, el espacio se redefinió. “Recuperamos un derecho a la ciudad”, afirma Shirley Pelusa Medina, una referente de la zona. “Me gusta ayudar, yo viví 43 años en un asentamiento y sé cuáles son sus necesidades, la falta de escucha y respuesta de las autoridades”, se presenta. Como testigo y partícipe directa, Pelusa sintetiza el largo proceso de regularización de las viviendas, que deriva por otro lado en el actual parque: “En 2011 se firmó el convenio para el realojo total de los vecinos, la última mudanza fue en setiembre de 2018 y en 2019 se empieza a hacer el proyecto de parque, durante la intendencia de Daniel Martínez. Yo lo viví muy de cerca porque me mudé a tres cuadras y, por lógica, esto es un pulmón para la ciudad. Se recuperaron siete hectáreas de terreno y, aunque falta todavía, es usado por todos los vecinos, no sólo los de la vuelta, sino que viene gente de todos lados a disfrutarlo: hay juegos para niños, hay canchas, podés salir a caminar. Lo que pasa es que ahora hay que empoderarse de él, cuidarlo y mantenerlo. Eso es lo principal. Faltan algunas cosas, terminar áreas de juegos, terminar con la forestación y canalización de las aguas”, explica.

“Ahora hay que empoderarse de él, cuidarlo y mantenerlo”, afirma Pelusa Medina, referente del barrio

La activista trabaja en el área de mantenimiento y limpieza de una empresa de impresión digital hace más de 15 años, y por otro lado trata de colaborar con las ollas populares consiguiendo donaciones. “Trato de organizar y acompañar a los vecinos”, añade Pelusa, quien terminó acercándose a la política partidaria a través del sector Magnolia (ver “La última en irse”, Lento).

Las obras

Luego del realojamiento de los habitantes de Isla de Gaspar, que implicó un total de 255 familias en distintos complejos habitacionales o como beneficiarias del programa de compra Vivienda Usada, un área de 68.500 metros cuadrados fue intervenida con obras de vialidad, veredas, tendido de alumbrado público, áreas verdes y saneamiento.

El sector de parque se construyó sobre la calle Larravide y hubo trabajos de recuperación y remediación ambiental del cantero central, ubicado entre las calles Isla de Gaspar, Minnesota y Azara. El presupuesto de 210.765.681 pesos fue financiado entre la Intendencia de Montevideo y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El parque cuenta con una pista de skate, una cancha polifuncional, aparatos de gimnasia, juegos infantiles, servicios higiénicos y vigilancia. Se proyectó además una ciclovía perimetral. La semana pasada fue también inaugurada la escultura, colocada meses atrás, en homenaje a la poeta. La pieza Idea en un papel, creada por Victoria De Álava, Maite Faguaga, Bruno La Buonora y Santiago Vera, resultó ganadora de un concurso de artes visuales organizado por el centenario de Vilariño. Representa un manuscrito con el “Poema V”, del volumen Poemas de amor (1965), calado en el metal.

Stella Coronel, que trabaja como empleada doméstica y vive frente al lugar, en Cubo del Sur y Larravide, cuenta cómo lo aprovecha: “La verdad que se necesitaba en el barrio un lugar como para salir a caminar. Me hubiese gustado que en el espacio verde que quedó sobre Isla de Gaspar se pudieran hacer, por ejemplo, unos parrilleros. Otra cosa que no tuvieron en cuenta, y es algo a destacar, es un estacionamiento. Quedó angosta la calle por Larravide. Lo demás me parece bárbaro. La plaza la usamos para ir a tomar mate, incluso cuando vamos para 8 de Octubre, por ejemplo, cuando vamos a la feria, agarramos todo por ahí, y la verdad que es un cambio rotundo. Ojalá que la cuidaran, porque al venir gente de todos lados, es una lástima, porque quedó preciosa”.


Estación Mal Abrigo.

Estación Mal Abrigo.

Foto: MEC

Mal Abrigo, en San José, fue distinguida como enclave de interés histórico

El sábado hubo un acto oficial en el kilómetro 124 de la ruta 23 (San José), ya que se declaró Monumento Histórico Nacional a la Estación Ferroviaria de Mal Abrigo. Esto es consecuencia de las iniciativas que desde hace unos años llevan adelante un grupo de vecinos para poner en valor el lugar y rescatar el patrimonio ferroviario. El enclave es hoy un punto de interés cultural y turístico gracias a ese trabajo comunitario, consideraron tanto el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, como el director de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, William Rey.

Una breve reseña del lugar señala que Mal Abrigo surgió como extensión de las líneas de ferrocarril que unieron San José de Mayo (capital del departamento) con las localidades de Rosario y Puerto Sauce en agosto de 1899. Tres años después comenzó la línea Mal Abrigo-Mercedes. Las tierras que ocupó la estación fueron adquiridas en 1898 por la compañía del Ferrocarril Central del Uruguay. En diciembre de 1899 se crearon las primeras cinco manzanas del poblado y las primeras calles. En 1907 comenzó a funcionar la escuela pública 60. En 1931 se instaló la Junta Local y en julio de 1935 se presentó al Parlamento un proyecto de ley por el cual se elevaba a la categoría de pueblo con el nombre Manuel Artigas (el proyecto fue aprobado, pero no fue sancionado). El pueblo se amplió gracias a las viviendas de Mevir en setiembre de 1977.

Estación Mal Abrigo.

Estación Mal Abrigo.

Foto: MEC

El origen del nombre Mal Abrigo ha sido erróneamente adjudicado al sacerdote Dámaso Antonio Larrañaga, precisa el comunicado ministerial, ya que en su Diario de viaje de Montevideo a Paysandú el prelado cita un paraje similar.