La “Guía de concientización sobre la difusión de imágenes íntimas sin permiso”, que fue creada por la Oficina de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en Argentina junto a Faro Digital, profundiza en disyuntivas que se presentan ante quienes usan internet y entre adolescentes en particular. De allí que Plan Ceibal decidiera editarla en Uruguay, tras una reelaboración de sesgos idiomáticos y de usos locales que permitieran una mayor empatía. Está disponible desde mayo pasado en formato digital y se imprimieron 500 ejemplares que pueden ser solicitados por mediadores adultos, referentes docentes y familiares, para ser utilizada en los centros educativos e instituciones con el objetivo de aportar recomendaciones y acompañar a los jóvenes.

Para recibirla impresa en todo el país se debe indicar, por medio de un formulario que debe completarse en el portal, el proyecto en el que va a ser aplicada, para poder vincularla luego a las preocupaciones de docentes y estudiantes. Desde que la semana pasada se divulgó esta opción Ceibal recibió más de 100 pedidos. Junto con esta guía, los profesores pueden solicitar que se les envíe otra, “Pantallas en casa”, editada junto con Unicef.

Existe una base previa de trabajo que allanó el camino hacia la edición de esta guía. Así lo detalló Pablo Pagés, jefe de Desarrollo de Centros Educativos de Plan Ceibal: “El departamento lleva adelante acciones concretas de proyectos de inclusión digital en centros educativos. De ahí tenemos un antecedente muy fuerte en la educación media y han participado más de 90 UTU en el programa Aprender Todos. Eso nos ha permitido una cercanía con los docentes y con los estudiantes, y deviene de ese capital acumulado que, una vez que empezamos a enfocarnos en el desarrollo de la ciudadanía digital, de forma integral, trabajamos en la realización, junto con Agesic, de la estrategia nacional de ciudadanía digital”.

Este es el marco en el que empieza a confluir lo que llamó “un set de herramientas de apoyo a los docentes”, mediante “webinars que se hacen para facilitar la discusión, estrategias para el trabajo en aulas y, de hecho, lo que hicimos con la diaria con Reinformados, participando en el proceso y generando esa comunidad docente que pueda trabajar sobre propuestas que apuntan a la desinformación”. Con ese conocimiento y buscando debatir lo que falta para un abordaje más completo, “teníamos claro que el sexting era un tema que nos debía ocupar, como también tenemos pendientes, en el caso de ciberbullying y de grooming [acoso de un adulto hacia un menor]”.

Prevenir sin prohibir

Específicamente sobre sexting, relató Pagés, junto a Faro Digital ya vienen avanzando hace tiempo en dinámicas de talleres y cursos, así como en la colaboración para el diseño de emprendimientos formativos. A la par está el apoyo de OEI Uruguay en el enfoque sobre ciudadanía digital. “En la revisión de materiales, a veces vemos que no vale la pena reinventar la rueda”, explicó, ya que contaban con el acceso a este documento, hecho en 2019 en Argentina, entre OEI y Faro Digital. Les pareció un material relevante como para ser adaptado al contexto uruguayo. De manera que hicieron una revisión de los contenidos y se validó la versión local con una serie de especialistas. Así, con esta guía, acercan un abordaje que Pagés describe como “renovado”, puesto que corre la mirada de la postura prohibitiva que primaba en los colectivos de adultos y docentes y que dejaba a oscuras una cantidad de preguntas: “¿Qué pasa con la difusión? ¿Qué pasa cuando el sexting vulnera ese acuerdo entre las partes, que de forma consensuada comparten imágenes o videos de contenido sensual o sexual? ¿Y cuando un tercero accede a esos materiales? Esta guía busca hablar un poco sobre ese aspecto y apostar a la concientización”, señaló.

Lo innovador, en primer lugar, es que admite como legítimas prácticas como el sexting y desplaza el problema. “Si cada vez más nos informamos en medios digitales, nos capacitamos y accedemos a entretenimiento en formato virtual, ¿por qué la expresión de la sexualidad va a ir por otro carril, va a seguir anclada a un espacio físico determinado? Y cuántos de esos procesos aceleró la pandemia; los últimos datos son de 2019. Pero cuántos de esos procesos de inmersión de la vida en lo digital han tenido impacto. Sobre eso, la guía hoy aparece como una referencia muy ajustada a un contexto actual y creo que es relevante poder, por lo menos, problematizar, que sirva como disparador”, señaló. “No es un decálogo”, puntualizó el consultado. “Uno puede discutirla, quedarse con una perspectiva o con un aporte. Eso es súper válido. Pero teníamos la necesidad de generar un dispositivo que empiece a dar luz sobre ese tema”, señaló.

La guía, por un lado, habla de las consecuencias de la difusión en una red social, de “quién corta la cadena”, y sugiere tomar recaudos, como anonimizar las imágenes (que se pixelen rostros o no se muestren rasgos como tatuajes o colores de cabello distintivos, incluso del entorno físico). “Ante el deseo de practicar sexting necesariamente se deben conocer las consecuencias y el contexto. No lo estamos prohibiendo. Estamos problematizando qué pasa cuando ese acuerdo trasciende y se vulnera en algunos de los énfasis planteados en la guía”.

Pagés recalca que todos deben hacerse responsables: “La ley de violencia basada en género ampara y penaliza la difusión de imágenes de índole sexual. Hay ahora un marco que protege a las víctimas de esa difusión indiscriminada en medios virtuales. Las pena con seis meses a dos años de prisión. Eso es muy importante, como también saber que hay otros espacios para denunciar, en las propias plataformas, y si uno corre los riesgos y va a sextear igual, es necesario atender el cómo: que no haya elementos que puedan aportar al reconocimiento de la persona”.

Para descargarla en pdf: https://www.ceibal.edu.uy/es/articulo/guia-de-concientizacion-sobre-la-difusion-de-imagenes-intimas-sin-permiso