Por un lado, están los paseos, y por otro, las clases de canotaje. Las actividades se enmarcan en Caminos del Agua, un proyecto que pertenece a la Escuela de Canotaje Santiago Vázquez, que funciona desde 2008. Se trata de una escuela comunitaria formada a través de una asociación civil que tiene un carácter de cercanía con los vecinos, además de atender a población con algún grado de vulnerabilidad.

“Tenemos la actividad deportiva que hacemos con los chiquilines y también las actividades recreativas y sociales. A través de la escuela fundamos Caminos del Agua, que se encarga de hacer visitas guiadas por el humedal en canoa y kayak”, explica el guía y licenciado en Educación Física Guillermo Giorgi. Con este emprendimiento ecoturístico se sostiene el resto de las propuestas comunitarias, que atienden semanalmente a unos 400 niños y adolescentes de distintas instituciones sociales, clubes de verano, ollas populares o personas en situación de calle. En tanto, la escuela recibe a unos 70 alumnos de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores. No hay requisitos previos para aprender a manejarse en las canoas y los docentes buscan que los alumnos no se vean exigidos.

“Este emprendimiento de turismo activo vincula a vecinos de todo el departamento de Montevideo, pero también de los cercanos dentro de una reserva natural protegida, Humedales del Santa Lucía, a menos de 50 km del 80% de la población nacional; estamos muy cerca de localidades muy grandes de Canelones y San José”, subraya el profesor. Giorgi, quien es además técnico en canotaje, atleta y ha trabajado en turismo y recreación, destaca que dentro del área no hay propuestas similares: “Viene con una carga negativa que tiene que ver con la cárcel. Santiago Vázquez surge porque había producción ganadera, había un matadero, y después se vuelve turístico, hasta los años 1960 y 1970, cuando una buena porción de montevideanos vacacionaba allí. Decayó, porque otros destinos fueron creciendo; aparte hubo modificaciones en el pueblo, y ni hablar de la ruta”.

En ese sitio funciona un puerto deportivo con veleros y embarcaciones menores a motor, mientras que en la otra orilla, del lado de San José, hay un embarcadero mayor. “Santiago Vázquez es el último pueblo de Montevideo”, recalca Giorgi, “y conserva vestigios de los últimos 200 años de historia”.

El paseo que proponen en este caso es por agua y dura algo más de una hora. “Tenemos algunos recorridos marcados dentro de los arroyos que forman parte de la reserva. Navegamos los arroyos que bordean el Lecoq pero también el Melilla, que es la pista nacional de regatas, y parte del río Santa Lucía. Hacemos hincapié en el espacio natural, en cómo está conformada la reserva y en las especies de flora y fauna que la habitan, además de la importancia de la conservación”, relata. “Esto es lo que se llama una zona búfer, de contención del impacto. El Santa Lucía tiene espacios que están urbanizados, muy cerca del agua, entonces cada uno tiene una periferia que funciona como zona búfer”, explica.

“Lo que más abunda allí es el paisaje natural del bañado, con junco, pajabrava y cola de zorro, mucho ceibo nativo, hay algunos montes aislados que cuentan con un proyecto de conservación de los guardaparques, donde convive molle, tala, coronilla, anacahuita, mburucuyá, pero también abunda el monte mixto, donde se mezclan especies que no son de Uruguay, las exóticas”, describe. En cuanto a la vida animal, el visitante encontrará especies acuáticas de peces y moluscos, lo que más se ven son cangrejos de varios tipos y a veces el paseante corre con la suerte de cruzarse al menos con huellas de ciertos animales. “Incluso en las travesías, que a priori no es tan común, hemos encontrado en épocas en que está más frío y no hay mucho tránsito de gente ni ruido, algunos carpinchos, pecarí, mano pelada (en la noche), nutrias, tortugas de agua dulce, zorros y venados. El venado se ha escapado de la estación de cría del Parque Lecoq y circunda el parque”, cuenta Giorgi. En ese paisaje se avista una inmensa cantidad de aves, desde rapaces, como caranchos, chimango y halcones, hasta varias especies de garzas, viudita, alférez (un ave negra con el borde del ala amarilla). Entre los peces, mucha corvina, que en época de desove pasa por ese curso, junto a peces de agua dulce y agua salada: piraña chica, dorado, lenguado, dientudo...

“Se sale a pasear y se hace una interpretación, se conoce un poco, se trata de disfrutar del entorno”, resume el guía. La travesía se hace cuando cae el sol. “En esta época se empieza a acercar el atardecer hacia el puente, que es histórico, precioso, de hierro. Es único y tiene un atractivo particular. A esa hora se pueden apreciar muchas cosas”.

En invierno implementan visitas guiadas a pie que incluyen una interpretación histórica del pueblo y su entorno natural. También están tratando de promover trillos del oeste de Montevideo.

El recorrido de esta tarde comienza a las 18:00 y cuesta $ 400 (menores de 8 años van sin costo acompañados de un adulto responsable). Por más información: 091 335 990.


Concurso de fotos de Piriápolis

Destino Piriápolis lanza el concurso fotográfico Tu viaje a Piriápolis. Los interesados podrán enviar fotografías de paseos y vacaciones en el balneario hasta el 7 de febrero. Las fotos en formato JPG, ya sea de cámaras o celulares, no pueden ser alteradas; sólo se permitirán correcciones de color y luminosidad. Se aceptará una foto por participante, que debe enviarla a [email protected], indicando nombre y apellido, lugar donde fue tomada y título. Los concursantes deberán seguir a @destinopiriapolis en Instagram.

El jurado elegirá diez fotos finalistas. Luego, los seguidores de Destino Piriápolis votarán la ganadora a través de las historias, mediante el sistema de encuesta.