“Amo este edificio vacío. El vacío y la luz, las sombras, crean un sentimiento misterioso, me encantaría caminar a través de este museo vacío, oír los escalones reverberar en la nada del espacio. Amo este edificio ocupado, creando siempre un sentimiento de celebración. Una celebración del arte y de la arquitectura”, dijo la historiadora Diana Agrest sobre el Museo Guggenheim, de Nueva York, la magnífica última obra de Frank Lloyd Wright.

Esa doble condición, casi estatuaria, de lucimiento estético, y a la vez de lugar de tránsito, no siempre ajetreado aunque de forzosa utilidad, es capturada en Líneas quebradas (Mar Dulce, 2021), de Leo Barizzoni y Carolina Villamonte. El trabajo, seleccionado por el Fondo Concursable para la Cultura, documenta fotográfica e históricamente una lista probablemente arbitraria y seguramente incontestable, en su imponencia, de escaleras de Uruguay. Este elemento de diseño concebido como un conector es aquí rescatado de su contexto, ya sea del ámbito público como del privado, de carácter antiguo o contemporáneo (una moderna bodega, una vieja estación de trenes, una residencia, un panteón, un palacio, una biblioteca, un mirador...), y presentado en su singularidad, en 31 maneras de subir y bajar.

Nexos de circulación

“En un proyecto arquitectónico, lo primero que hay que resolver es la ubicación de la escalera, por ser este uno de los elementos centrales; según donde esté, se definirá el resto. En definitiva, es el corazón que irriga, bombea flujo hacia arriba y hacia abajo. Junto con el acceso principal, conforman el aparato circulatorio del organismo arquitectónico. Por otro lado, la escalera es el articulador que vincula los espacios, por lo que, además de corazón, es también columna vertebral”, instruye este libro que dialoga desde su propia estructura con la idea de escalonamiento. La portada está marcada en relieve en tres zonas que se corresponden dentro con dos fascículos en papel algo más rústico ‒uno dedicado al sumario y al prólogo, otro conteniendo una presentación del proyecto, que avanza en el devenir del rol que sufrió la escalera (con utilidades extra como ver y ser visto, en el caso de las escalinatas de los teatros) y una descripción formal de sus partes‒ más el cuerpo mayor del volumen, que va caso a caso, a los edificios que albergan a las seleccionadas, a sus estilos, arquitectos y ocupantes.

Se deja asentado que la primera gran construcción de este tipo que se proyectó en el territorio fue la del Cabildo y Reales Cárceles, en 1804, para dar paso luego a un conjunto diverso de materiales y diseños que se han aplicado como manera de poner en valor determinados escenarios (roble, mármol, granito, hormigón, metal, caracol, con descanso, con alfombra, con pasamanos de hierro forjado, con barandas, volada, mecánica, prefabricada). El recuento de escaleras atraviesa decisiones atrevidas y alianzas provechosas, estructuras frágiles y portentos industriales, reciclajes y desidia.

“La composición, la manera en que la luz modela las formas, los colores, crean una geometría precisa que trasciende lo simplemente estético y nos permite jugar un poco con la imaginación”, propone desde el prólogo Panta Astiazarán, analizando las imágenes. “Por ejemplo, mirando la toma hecha en AFE me imagino la escalinata de mármol de un viejo palazzo italiano, majestuosa en medio del deterioro circundante. La realizada en el Museo de Antropología me sugiere una escalera que lleva al cielo, o al menos a un lugar cercano a este, mientras que algunas otras fotos, enfocadas desde arriba, podrían ser exactamente lo opuesto: pasadizos que conducen al infierno. La escalera de hierro del IAVA, rodeada de estanterías con libros y por otra escalera más modesta a un lado (¿una escalera aprendiz?), me recuerda una gran maquinaria en una de estas fábricas de la época de la Revolución industrial, y la del mirador de Sauce de Portezuelo me hace pensar en las ruinas de una antigua civilización, puede que incluso más avanzada que la nuestra, olvidadas en medio de un paisaje yermo”.


Asesoran sobre derechos habitacionales

La Intendencia de Montevideo, en coordinación con la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, ofrece asesoramiento legal de forma gratuita sobre derechos habitacionales.

Se trata de un servicio para quienes vivan en pensiones o viviendas alquiladas y se encuentren en situación de vulnerabilidad. Mediante este convenio se atiende miércoles y viernes de 10.00 a 13.00 en la Oficina de Rehabilitación Urbana (Pérez Castellano 1542 esquina Piedras).

Bicitour literario

Este sábado 12 de febrero, a las 15.30, parte un paseo desde los jardines del Museo Blanes para una propuesta cultural organizada en conjunto por Pradotours y Trip Uruguay. El plan es recorrer escenarios comunes a literatos del 900 y referentes de la literatura gauchesca en el Prado, mientras que el recorrido por Capurro será en clave Benedetti. Ofrecen completar el trayecto de dos maneras: o bien con rodado propio o con una bicicleta de Orange Bike. Por reservas y consultas: 094800930.