Luego de meses de obras, con entrada por la tribuna América, la semana pasada abrió las puertas 1930, el nuevo lounge bar del estadio Centenario, diseñado por Estudio Toro Arquitectos. La concesión corresponde a la empresa Pellicer, en un proyecto a largo plazo inspirado en una “cocina patrimonial”, basada en un patio de fuegos equipado con diferentes opciones para asar –fogón, horno de leña, Kamado y parrilla– y sacar platos tradicionales reversionados (por ejemplo, lengua con pesto de tomates secos, salsa vinagreta y bocconcini, o provolone con chutney de pimientos, almendras y rúcula), en los que la carne previsiblemente ocupa un lugar destacado. Aparte ofrece cafetería de especialidad para desayunos y meriendas.

El restaurante también cuenta con un sector interior donde asistir al deporte a resguardo, el patio de fuegos para disfrutar las noches en Parque Batlle y la posibilidad de acceder al balcón de la América, para contemplar la torre de los homenajes y la rutina diaria del Centenario.

Anuncian que no tardarán en inaugurar una tienda AUFStore dentro del recinto, con merchandising, esto es, productos asociados a la selección uruguaya, su sitial futbolístico y al propio estadio.

En breve estará funcionando además la Experiencia Centenario, un paseo tras bambalinas para sumergirse en su historia, que terminará con una experiencia gastronómica en el bar.

1930 abre martes, miércoles y domingo de 9.00 a 17.00, y jueves, viernes y sábado hasta la 1.00. Toman reservas al Whatsapp 091 042 333. El espacio se puede contratar para eventos privados.

La dinámica durante los días de partido consistirá en cerrar el servicio al público general antes de que se abran las puertas para el evento, y en esos momentos permanecerá abierto para quien tenga localidad en el palco oficial del Centenario.

Para la noche de San Valentín, que se celebra el próximo viernes, 14 de febrero, ofrecerá un menú de cena en pasos a 1.380 pesos por persona. La recepción será con una copa, aceitunas marinadas, alubias y hummus de remolacha; de entrada habrá tortilla de papa y lactonesa de ajo negro, y como principal se podrá elegir entre matambrito de cerdo BBQ con boniatos panko y rib chop dry aged con manteca de chimichurri, mojo de pimientos a las brasas y papa dominó. Como postre, pavlova de frutas de estación o affogato con canela ahumada. Acompañarán vinos de Antigua Bodega. Paralelamente, estará disponible la carta con platitos, parrilla y tragos.

Del césped a las rosas

Desde el jueves pasado está abierta de martes a domingo, de 11.00 a 20.00, la Cafetería del Rosedal, una nueva propuesta que se ubica en una suerte de caseta en la calle Delmira Agustini, senda Clara Silva, pegado a la fotogalería. El menú comprende desde los clásicos dulces para acompañar el té o café hasta pizzas, bocatas, medialunas y empanadas. Toman reservas al 099 625 525.

En esa zona del Prado la Intendencia de Montevideo viene concretando una serie de mejoras, que incluyeron la recuperación estructural de la cubierta, que había sufrido daños significativos a lo largo de los años, así como refuerzos estructurales en la rosaleda. Para su nuevo uso se realizaron trabajos de tabiquería, instalaciones sanitarias y eléctricas en el interior del espacio.

La construcción original es parte del legado de Juan Antonio Scasso (1892-1973) en los espacios públicos de Montevideo. Parte de esa concepción quedó documentada en su libro de 1941 Espacios verdes, donde trataba el desarrollo de la ciudad moderna. Scasso, que integró la primera generación egresada de la Facultad de Arquitectura, donde fue docente y se desempeñó también como arquitecto municipal, dejó un conjunto de edificaciones emblemáticas, representativas de un estilo racionalista y depurado, como el estadio Centenario, las escuelas experimentales de Malvín y Las Piedras, el club Náutico de Punta Gorda o el exhotel Miramar.

El recinto del Rosedal se destaca por los muros curvos que generan dos volúmenes desfasados, cruzados por un muro recto en cada uno de sus accesos. La volumetría culmina con una cubierta horizontal suspendida, interrumpida por pilares cilíndricos. La adecuación del espacio para cafetería preserva el volumen original e incorpora nuevas aberturas, conectando el interior con el entorno verde.

Durante 2023 se trabajó en la restauración y conservación de la Rosaleda del Prado poniendo en valor sus características históricas, considerando su traza, su riqueza botánica y su riqueza plástica. Se realizaron trabajos en la pérgola, la puesta en funcionamiento de la fuente central y la modificación de pavimentos, así como el tratamiento de patologías de elementos de soporte y equipamientos.

Además, se consolidó la mejora de la iluminación, en el marco del programa Montevideo Se Ilumina, que aportó tecnología led al área delimitada por Buschental, Delmira Agustini, senda Jaurés Lamarque Pons, incluyendo la zona de la fotogalería del Centro de Fotografía de Montevideo, el monumento a los últimos charrúas, realizada en bronce por Edmundo Prati, Gervasio Furest Muñoz y Enrique Lussich, el Rosedal, y las esculturas dedicadas a Obdulio Varela y Delmira Agustini.