El dramaturgo Andrés Caro Berta falleció ayer en Montevideo. La noticia fue dada a conocer por su hijo en la cuenta de Facebook del autor. No demoraron mucho en aparecer los comentarios doloridos y las expresiones de sorpresa ante la desaparición repentina de una persona especialmente activa que, apenas unos días atrás, el 19 de mayo, había recibido por segunda vez el premio Estrella del Sur de Oro por su trayectoria en el ámbito cultural.

La poeta Melba Guariglia recuerda que lo conoció en 2005, cuando la Casa de los Escritores, de la que era un activo participante y en cuya fundación había intervenido, no tenía aún un espacio físico. Luego compartió con él la comisión directiva de la institución, cuando ya estaban instalados en el local del Mercado de la Abundancia. “Era un hombre bonachón, siempre con una sonrisa, a pesar de los picaneos que yo acostumbraba a dar con mis opiniones algo radicales para esa época, y que no siempre terminaban bien. Él, en cambio, solía ser un hombre conciliador y aportaba ideas interesantes, aun en la discrepancia. Colaboraba conmigo, primero en la página web de la Casa, después incorporando la dramaturgia, el teatro y el cine a las actividades para los escritores, en su inmensa mayoría poetas y narradores. Dictó talleres, charlas y textos para la página; siempre contribuía desde su lugar con un aura de psicólogo poeta o de cinéfilo cauto, porque mostraba una serenidad que no sé si realmente tenía”.

Psicólogo clínico y sexólogo, Caro Berta fue presidente de la Federación Uruguaya de Sexología y de la Sociedad Uruguaya de Sexología, además de docente de psicoanálisis, psicodramatista y perito del Poder Judicial. “Para mí practicaba demasiadas actividades”, dice Guariglia, “yo le insistía con que tenía que elegir para estar más tiempo con nosotros, y él se reía”. En la década de 1990 condujo un famoso programa radial que se llamaba Estados alterados. Pero posiblemente las actividades por las que será más recordado sean la dramaturgia y la dirección teatral. Fue autor y director de Sade, el divino marqués (2004); La mejor historia de amor (cursi y con final feliz) (2006); El orgasmo de María (2007); La linyera (2010-2012) y El peor día de Freud (2013), varias de ellas presentadas en el exterior, y dirigió también piezas de otros autores. Fue especialmente recordada su puesta en escena de Marat-Sade en el Vilardebó (2008-2009), una adaptación de Raquel Lubartowski de la pieza de Peter Weiss, realizada en el hospital psiquiátrico de Montevideo en el marco de un proyecto de la cátedra de Arte y Psicología de la Facultad de Psicología de la Udelar.

Sus restos serán velados hoy, entre las 8.00 y las 11.00, en la empresa Previsión –Barrios Amorín y Durazno, Montevideo– y luego trasladados hasta el Cementerio del Buceo, en donde recibirán sepultura a las 12.00 en el panteón de la misma empresa.