La soledad, la tendencia al suicidio, su desencanto diario, el fracaso del amor y lo inútil, a veces, de la existencia, son constantes fácilmente identificables en la obra de Idea Vilariño. “Ya no”, uno de sus poemas más recordados (que dedicó a su amante, Juan Carlos Onetti, que nunca dejó de estar casado), se construye como un ensayo desgarrador y definitivo de despedida, que se transforma a medida que es leído. Esta contundencia directa, cotidiana y brutal inspiró a la cineasta María Angélica Gil: en su cortometraje Ya no (en el que trabajan Eli Almic, Bruno Pereyra y Leonor Courtoisie) retomó esta resistencia a las concesiones y decidió versionarla desde una historia mínima: la protagonista se vincula con un amigo, se confunde, descree de las relaciones, pero se anima a sospechar un futuro posible; queda embarazada y duda, pero en verdad sabe muy bien cómo resolverlo. El desarrollo de la historia y la lograda interpretación de Almic se acompasan con una destacada fotografía y un certero ritmo de la narración que, en apenas 16 minutos, trazan a un personaje al margen del sistema y sus mandatos.

Hoy, el principal mercado audiovisual –junto a la Berlinale– comenzará su 71ª edición: hasta el sábado 19, el Festival Internacional de Cannes contará con esperadas proyecciones, talleres y cientos de cineastas y artistas. El corto Ya no fue seleccionado en Short Film Corner, una sección dedicada íntegramente a esta categoría, que se presenta como un espacio de presentación de películas y de encuentro de cineastas, a la vez que se propone potenciar a los jóvenes creadores para que puedan transitar del corto al largometraje.

En cuanto a la programación, por la codiciada Palma de Oro competirán Le livre d’image, la última película del maestro francés Jean-Luc Godard; Todos lo saben, la primera película que filma en español el director de culto iraní Asghar Farhadi, protagonizada por Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín, que, a su vez, será la segunda película hablada en español que inaugure el certamen, después de La mala educación (en 2004); el premiado cineasta japonés Hirokazu Kore-eda vuelve a Cannes con Shoplifters, en la que presenta a una familia que sobrevive a partir de reducidos robos cotidianos, y que en un momento decide quedarse con una niña huérfana que encuentran en la calle, algo que evoca a la maravillosa y durísima Nadie sabe (2001), en la que unos niños debían sobrevivir, solos, en un apartamento de Tokio; también competirá Black Klansman, con la que Spike Lee retoma su apuesta combativa, esta vez adaptando la autobiografía del detective Ron Stallworth, alguien que se animó a enfrentar al Ku Klux Klan e impedir su plan de tomar Colorado Springs (ciudad de El Paso); en la misma sección oficial se encuentra otro iraní, Jafar Panahi, con Three Faces, pero a diferencia de Farhadi, el director de El círculo no podrá participar en el encuentro, ya que desde 2010 tiene prohibido salir de su país.

En las demás categorías se proyectarán Clímax, la nueva propuesta del siempre polémico Gaspar Noé; en The House that Jack Built, el también controvertido Lars von Trier narra la historia de un asesino en serie estadounidense de la década de 1970; Wim Wenders estrenará su nuevo documental sobre el papa Francisco (Pope Francis: A Man of His Word); y se exhibirá Cinco minutos afuera, de Constanza Gatti y Fernando Pino Solanas, quien también presentará una copia restaurada de su clásico La hora de los hornos (1968). Entre las actividades paralelas, Christopher Nolan presentará otra copia restaurada, pero en este caso será de su maestro Stanley Kubrick (2001, Odisea del espacio), y Martin Scorsese brindará una conferencia, luego de ser homenajeado con un premio especial por la Quincena de Realizadores. El enfrentamiento entre Cannes y Netflix –este año la plataforma quedó fuera de la competencia por no exhibir sus producciones en salas–, y la falta de acuerdo, implicó que el realizador mexicano Alfonso Cuarón no pudiera competir con su película Roma –con la que volvió a rodar en México–, que ya había sido seleccionada.