[Esta nota forma parte de las más leídas de 2019]
Antes que nada, le pido disculpas por mi pobre y torpe inglés. “No te disculpes, tengo suerte de que hables inglés, porque yo sólo tengo una lengua”, dice, pasada de amable, desde su hogar en Nueva York, Patti Smith. La legendaria poeta y cantante estadounidense marcó un antes y un después de entrada, en 1975, con el lanzamiento de su disco debut, Horses, en el que mezclaba poesía con un abanico de rock que iba desde el incipiente punk y el garaje hasta el reggae, con ecos de bandas como The Doors o The Velvet Underground –no en vano aquel primer disco fue producido por John Cale–. Pasaron 11 álbumes hasta llegar al último, el gran Banga, de 2012, dueño de un rock a secas que ya es el estilo patentado por Smith. La cantante y su banda se presentarán por primera vez en nuestro país el miércoles, en el Teatro de Verano, a las 20.30. Semejante cita fue la excusa para conversar con ella por teléfono.
Hace 45 años salía tu primer simple, una versión de “Hey Joe”. ¿Qué recordás de aquello?
Fue un simple publicado en forma independiente. Editamos 1.000 copias y las vendimos en la calle por dos dólares. Lo grabamos en Electric Lady, que era el estudio de Jimi Hendrix. Teníamos sólo tres horas disponibles, así que tuvimos que grabar las dos canciones en ese tiempo, que fue lo que hicimos. Elegí hacer “Hey Joe” porque amo a Hendrix, que se hizo famoso por esa canción. Y en el otro lado del simple había un poema, “Piss Factory”, que trata sobre cuando trabajé en una fábrica, de adolescente. Era una fábrica muy complicada. Estábamos orgullosos de ese simple.
Al escucharlo hoy me parece que ya se notaban los rasgos más característicos de tu estilo.
En esa época de mi vida estaba fusionando poesía y rock and roll, y aún lo sigo haciendo, sólo que empecé como poeta, no era una cantante. Escribo poesía desde que era muy joven, y básicamente pensé en mí como poeta que hacía cosas en público y en cierto modo también cantaba. El álbum Horses salió de ese concepto: estaba centrado en la poesía, y todos mis discos, incluso algunos cantados más como rock and roll o experimentales, también están centrados en la poesía.
¿Cómo te sentís como vocalista en la actualidad?
Creo que soy mejor cantante que antes. Cuando era más joven no sabía mucho sobre canto, pero ahora tengo más experiencia. De hecho, mi voz es más fuerte que antes, porque sé más sobre respiración y probablemente soy más saludable que cuando era joven, así que siento confianza con mi canto. No digo que sea una gran cantante, pero puedo cantar.
En los recitales de esta gira tiene un peso importante la canción “People Have the Power”, que suele estar en el cierre o el inicio. En ella cantás “la gente tiene el poder de redimir / el trabajo de los tontos”. ¿Tiene que ver con los tiempos que corren?
En mi país el trabajo de los tontos se está haciendo en la Casa Blanca, y tratamos de redimir eso; hay un impeachment en proceso que ojalá pueda hacer que la gente cambie esa administración con el voto. La gente en general está muy cansada de ser liderada por gobiernos corruptos a los que no les importa nuestro medioambiente, que no están interesados en la gente y su lucha por la vida. Por eso cada vez más la gente se está levantando, no por miles sino por millones, y en varios países.
¿No pensaste dedicarle una rabiosa canción a Donald Trump?
No, ni siquiera quiero mencionarlo o cantar su nombre. Si escribiera una canción no sería sobre él, sino sobre un mundo sin él. Siempre hablé en contra de él, pero no voy a crear arte en su nombre.
Siempre se te encasilló en el punk, pero musicalmente nunca estuviste cerrada en eso. El mejor ejemplo es “Redondo Beach”, que es un reggae. ¿Te molesta ese mote?
Nuestra canción más punk fue “Rock N Roll Nigger”, que es de 1976. Fue un himno punk, pero es una canción muy difícil en nuestra cultura actual porque la gente la malinterpreta. En realidad la idea era usar terminología que hiriera a otra gente, y así redefinirla. “Banga” también es una canción punk, pero no estoy interesada en ser algo determinado. Nunca pensé en mí como una punk, una cantante pop, una cantante mujer o lo que esa. No me gustan las etiquetas, sólo hago mi trabajo: escribo poesía, me presento en vivo, hago algo de activismo y escribo libros.
Ya hace un buen tiempo que el movimiento punk es parte del establishment, y hoy en día esa rebeldía se vende en camisetas. ¿Cómo viviste ese cambio?
Cada generación traduce las cosas de su propio tiempo. Realmente no me molesta que la gente joven lo entienda más estilísticamente, porque para mí el punk rock simplemente significa libertad. Así que tienen libertad para expresarse, y si quieren usar algunos aspectos de eso para expresarse para mí está bien. Nunca pensé que hubiese grandes reglas sobre lo que es el punk. Cada generación hace las cosas a su manera. Voy a cumplir 73 años, no voy a decirles a las nuevas generaciones cómo deben definir el rock and roll o el punk, deben hacerlo por sí mismos.
¿Extrañás algo de la época punk?
Lo que extraño es a mis amigos, a mucha gente que conocí y que murió; algunos son cantantes punk muy conocidos. El CBGB está cerrado... Pero estoy muy interesada en lo que está pasando en el presente, en la energía de la gente de ahora. Estoy preocupada por el medioambiente y el cambio climático. Lo que le pasó al punk rock no es la principal de mis preocupaciones. Experimenté grandes pérdidas en mi vida: muchos de mis amigos están muertos, mi esposo [Fred Sonic Smith] está muerto, mi hermano también... Perdí muchos amigos, y eso es lo que extraño, pero aún hago mi trabajo, y continúo creando y trato de vivir así.
En esta gira con tu banda tocan “I’m Free”, de The Rolling Stones. ¿Qué tiene de especial esa canción para vos?
Es que es una gran canción. “Soy libre de hacer lo que quiera, / en cualquier momento”. Es una canción muy divertida. Obviamente que no somos libres de hacer lo que queramos porque tenemos que darnos cuenta de cómo negociar nuestro mundo, ganarnos la vida y hacerlo responsablemente, pero la canción es una expresión de esos momentos en los que sentís que podés hacer lo que sea, que tenés el poder y la energía para hacer muchas cosas, y para mí es una canción alegre. Algunas de las canciones que hacemos son expresiones de energía positiva. Por otro lado, también tocamos “After the Gold Rush”, de Neil Young, que es una canción visionaria y también preocupada, una vez más, por el medioambiente, los sin techo, los sueños del futuro y la destrucción de la madre naturaleza.
A la canción “Gloria”, que abre Horses, le agregaste unos versos que se volvieron legendarios: “Jesús murió por los pecados de alguien / pero no por los míos”. ¿Cuál es tu relación hoy con el cristianismo?
Eso es de un poema que escribí cuando tenía 20 años. Pienso que Jesús fue un gran maestro, un gran revolucionario, y su mandamiento de amarse los unos a los otros es una de las grandes enseñanzas espirituales. Pero cuando lo escribí no lo hice contra Jesús, sino contra la religión organizada y la idea de que alguien tiene que ser responsable por lo que hice mal. Fue mi declaración de independencia. Estaba diciendo: “Moriré por mis propios pecados, no quiero que nadie tenga responsabilidad por mis errores”. Pero eso no quiere decir que no tuviera –aún tengo– un gran respeto por Jesús, uno de nuestros grandes maestros.
Hace un tiempo visitaste al papa Francisco. ¿Qué pensás de él?
Me gusta. Obvio que es un papa y vive con mucho del dogma de su religión, pero creo que es un buen hombre a pesar de eso; le importa el medioambiente, y se basa en las creencias de san Francisco [de Asís] acerca de la importancia de la naturaleza, que debe ser respetada. Él trata de hacer fuertes y positivos cambios con su religión, ama a los niños y es uno de los líderes políticos y espirituales más sinceros a la hora de hablar acerca de cómo son tratados los migrantes, acerca de cómo amarnos los unos a los otros y también sobre el cambio climático.
¿Qué sabés de Uruguay?
Lo que sé es que tengo que ir para averiguarlo. En toda Sudamérica las circunstancias son muy variadas, porque tienen países maravillosos y, como nosotros, tienen gobiernos muy problemáticos. Nunca he estado en Uruguay, así que lo único que sé del país es lo que leí en los diarios o revistas. Ahora voy a poder ir, y aunque sólo esté ahí por un corto tiempo, voy a poder conocer a la gente y ver las cosas por mí misma. No va a ser mi última vez, es mi primera visita y estoy muy entusiasmada. Quiero hacer un concierto que sea inspirador para todos y voy a hacer un repertorio diferente al de cualquier otro lugar. Voy a tocar canciones que pienso que la gente quiere escuchar.
¿Afuera de la sociedad es donde querés seguir estando?
Siempre estuve afuera de la sociedad, pero cuando era joven estar afuera de la sociedad significaba, por ejemplo, ser artista. Era un grupo pequeño de personas, pero ahora, como nuestro mundo es tan corrupto, hay más gente afuera de la sociedad. Casi todos estamos afuera de la sociedad y tenemos que unirnos globalmente y crear una nueva sociedad. Esa es la esperanza del mundo. Toda la gente que está afuera de la sociedad, sean pobres, desplazados, artistas, poetas, madres, todos debemos unirnos y encontrar la manera de tener una sociedad global que cuide a toda la gente, a todos nuestros niños, a la naturaleza y lo que va a pasar en el futuro, así que “afuera de la sociedad” quizás hoy tenga un significado distinto al que tuvo hace más de 40 años, cuando escribí eso.
Ciudadana Ilustre
La cantautora y poeta fue nombrada este miércoles de mañana Ciudadana Ilustre de Montevideo, en una ceremonia que encabezó el intendente Christian di Candia.