En la nueva película del brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios, 2002; El jardinero fiel, 2005; Blindness, 2008) hay dos mundos que se enfrentan: Joseph Ratzinger y Jorge Bergoglio. Inspirada en sus trayectorias, Los dos papas sigue el vínculo entre el papa Benedicto XVI (a cargo de Anthony Hopkins) y su sucesor Francisco (interpretado por Jonathan Pryce, y, en los flashbacks a su juventud, por Juan Minujín). O, según la concepción del director, “un europeo conservador” y un “latinoamericano ‘progre’”.

Netflix (que la estrenará el 20 de diciembre) encargó la dirección de esta película a Meirelles, que vuelve a trabajar con el uruguayo César Charlone como director de fotografía. En un dossier, Cinemateca adelantó que Ratzinger se presenta como un intelectual de fuste, con la imagen de “conservador” que suele asignársele, y Bergoglio como el típico porteño: “Le gustan el fútbol y el tango, tiene otro sentido del humor y exhibe una mayor inquietud que su colega por la política y por algunas de las peores manchas que la iglesia ha exhibido en los últimos tiempos (o siempre)”, sin esquivar el tema de la pederastia.

A su vez, se observa que Hopkins ofrece matices “de inequívoca simpatía a su alemán, y Jonathan Pryce despliega toda su artillería actoral en su composición del papa argentino (va a pasar a la historia como el actor que ha encarnado a dos de los argentinos más famosos: Perón en Evita y ahora Francisco)”. Al margen de las polémicas político-religiosas, estos dos grandes actores son, entre el drama y la comedia, “casi todo el show”.