En enero, la ópera prima de Lucía Garibaldi (1986), Los tiburones, fue la primera ficción uruguaya en estrenarse en Sundance, el festival más importante del cine independiente. Muchos pensaron que ese sería su gran salto, pero los escualos arrasaron con todo: si bien en setiembre habían tenido su primer golpe de suerte, cuando ganaron el premio Cine en Construcción del Festival Internacional de San Sebastián, lo que implicó que a las productoras Montelona Cine (Uruguay) y Trapecio Cine (Argentina) se sumara la española Nephilim Producciones, en Sundance obtuvieron el consagratorio premio a mejor dirección, en el festival de Guadalajara se quedaron con tres galardones (mejor actriz debutante, mejor guion y premio especial del jurado), y la semana pasada recibieron el gran premio del festival de Toulouse. Esta semana Los tiburones sigue su recorrido por los festivales internacionales, y mañana llega al emblemático encuentro cinematográfico del Río de la Plata: el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici).

Esta obra protagonizada por Romina Bentancur y Federico Morosini se ambienta en un pequeño balneario antes de que despunte la temporada, en el que el rumor sobre la llegada de tiburones comienza a infundir un temor extraño. Desde Panamá, la directora que decidió explorar las aristas movedizas del universo adolescente dijo a la diaria que para hacer películas en Uruguay es necesario coproducir, y que la coproducción natural siempre es con Argentina. “En mi caso, era algo muy orgánico coproducir con ellos porque tengo muchos amigos y colegas argentinos, y logramos poner en funcionamiento una maquinaria perfecta. Estrenar ahora en el Bafici es muy importante, y como el estreno comercial en salas [de Buenos Aires] será el 2 de mayo, esta exhibición previa es muy importante, ya que se convierte en el gran puntapié inicial. Es un festival muy querido, y al que muchos fuimos desde chiquitos. De hecho, fue el primer festival al que fui, y era una locura sacar las entradas, porque es uno de los pocos festivales de grandes audiencias. Así que estamos muy felices de estar aquí, y también implica comenzar a cerrar una etapa, porque todo comenzó por ahí”, expresó. Para su productor, Pancho Magnou, el Bafici es “como estrenar en casa”, además de que será la primera vez que Los tiburones se exhiba en el Río de la Plata, y “ver cómo funciona la película acá para nosotros es fundamental”.

Desde hace un tiempo, la industria del cine argentino se enfrenta a duros recortes presupuestales y a reestructuraciones del sector (de hecho, el año pasado una de las consignas del festival fue “Sin cine independiente no hay Bafici”), por lo que, para Garibaldi, también es significativo poder acompañar y ser parte del festival en este momento crítico: “Para nosotros es importante poder entenderlo y vivirlo en carne propia, ya que no sólo afecta al cine argentino, sino también a las coproducciones y, por ende, al mundo, porque se está produciendo muchísimo menos”.