Del viernes al domingo tendrá lugar Piriápolis de Película, un compacto festival de cine que se realiza anualmente en un solo fin de semana, en dos salas de exhibición dentro del vasto y precioso Argentino Hotel del balneario. Las funciones son gratuitas, abiertas a todo público y se suelen llenar de gente. La alegría de haber llegado a la 16ª edición se tiñe, este año, con la tristeza por la ausencia de uno de los idealizadores y fundadores del festival, quien fue desde siempre su principal programador, Jorge Jellinek, fallecido el mes pasado. Va a ser difícil reemplazar su presencia presentando las películas, convocando aplausos y homenajeando a los invitados, y debe haber sido complicado para los organizadores cerrar el evento sin el entramado de contactos personales internacionales que Jellinek cuidadosamente desarrolló en dos decenios como programador de festivales. De hecho, esta edición está dedicada a su memoria y abrirá con un homenaje, que incluirá, entre otras cosas, la proyección de un fragmento de La vida útil (2010, de Federico Veiroj), en la que él actuó como protagonista.

La programación de la sección principal consiste, como es habitual, en cine del Cono Sur (largometrajes de Argentina, Uruguay, Brasil y Chile). Entre ellos llama la atención la primera exhibición abierta del documental Amigo lindo del alma, de Daniel Charlone, sobre Eduardo Mateo y su música. Y se brindarán homenajes presenciales a dos actores argentinos: Juan Leyrado y Esther Goris.

Luego habrá microciclos (uno o dos largometrajes), algo ya habitual en este festival. El delicioso “Fantapiria”, coordinado por Alejandro Yamgotchián, se dedica al cine fantástico y de terror, e incluirá obras de Noruega e Irán. El siempre interesante “OtroCampo” se ocupa del cine experimental e independiente de Argentina, y, en este caso, constará de dos documentales sobre arte experimental, quizá realizados con criterio experimental.

La parte más activa del festival es la competencia iberoamericana de cortometrajes, que se complementa con tres funciones (por fuera de la competencia) de cortos de diversos países. Se reservan también dos funciones para el floreciente cine producido en Maldonado (la función llamada “Maldonado filma”, con cortos y mediometrajes de cineastas fernandinos emergentes, y una muestra de cortos de estudiantes del bachillerato en Audiovisual de la escuela de Arrayanes).

Finalmente, se inaugurará una sección nueva, llamada “La magia del fílmico”, con proyecciones en celuloide de clásicos del cine mudo de humor y de dibujos animados clásicos (de entre 1935 y 1966).