Con Eliza Capai, directora de Espero tu (re)vuelta.

Sus buenas dosis de humor, experimentación narrativa y recursos de archivo hacen pensar que Espero tu (re)vuelta, que aborda el tema de las ocupaciones estudiantiles, es de las obras más frescas del festival.

Martes 6 a las 19.00 en la sala Zitarrosa.

Los tres narradores son activistas muy carismáticos. ¿Cómo los eligieron?

Cuando empezamos la película tuvimos ganas de dar un paso atrás para pensar. Sabíamos que iba a ser un documental sobre la generación que tomó la escuelas en 2015, pero queríamos comprender qué debería estar en el documental. Entonces entrevistamos a un montón de gente, miramos mucho material de archivo, cosas que estaban en internet, y también material de otros documentalistas, como Caio Castor y Henrique Cartaxo, que venían cubriendo el fenómeno desde el inicio. Comprendimos que uno de los ejes centrales era la disputa de la narrativa. O sea, quién debe contar la historia. De ahí nace la idea de que tres personajes se disputaran el relato. También era muy claro que el feminismo, la lucha contra el racismo, el feminismo negro eran temas, así como la cuestión de género y también la pelea que hay entre las entidades estudiantiles, o sea, los estudiantes que se organizan en grupos que están junto a partidos políticos y los estudiantes autónomos, que dicen que la lucha es de ellos por ellos mismos. A partir de esto, fui a buscar personajes que tuvieran estos temas en sus propios cuerpos. El primero al que llegué fue a Lucas Koka Penteado, que tenía algunos videos en internet; me pareció genial cómo ponía el arte, la música, el rap para discutir temas importantes y hablar de cosas muy duras y serias, como violencia policial, racismo, la propia lucha estudiantil, de una forma artística y divertida. Además de ser un chico negro, de llevar en su cuerpo todo lo que significa ser negro en Brasil, tiene todo ese componente de arte y de humor. La segunda fue Marcela Jesus, porque cuando fui a hablar con Cartaxo para que me diera la copia de su disco duro me habló de ella, de que se había transformado mucho en la ocupación, de que había adquirido otra comprensión de lo que significa ser mujer y negra en Brasil, de que el color de su pelo ahora era un símbolo de esto. A Nayara Souza la conocí primero, la había grabado en mayo de 2016. Me parecía muy interesante pero estaba siempre por detrás, más en la organización de la ocupación en la que estábamos. Cuando la encontré en 2017 en la ocupación de la Cámara Municipal de San Pablo ya era una líder, estaba muy distinta. Me pareció genial cómo hablaba con la Policía, cómo articulaba con los estudiantes, cómo discutía con los políticos. Al final los tres terminaron participando en el guion. Muchas cosas aparecieron desde la interacción con ellos. Por ejemplo, la primera escena, en la que debaten qué va a pasar, si va a ser una película en la clase, fue una broma que hicieron entre ellos. También la reflexión de Koka sobre el racismo viene de una situación real en el estudio, así que no son sólo personajes, sino también parte del equipo que ayudó a reflexionar sobre la película.

A su modo, la película ensaya una explicación de cómo las protestas de 2013 por el precio del transporte desembocaron en un movimiento anti Partido de los Trabajadores.

No teníamos ganas de explicar lo que pasó en esas marchas, porque creo que necesitamos mucho tiempo para entender lo que pasó, faltan muchas películas. Pero comprendí mientras hacía esta película que el primer contacto con las protestas fue en 2013, tanto para Koka, que participó en una gran marcha, como para Marcela, que la vio por la tele pero fue la primera vez que se sintió conectada con un montón de gente. 2013 tenía que estar de alguna forma en la película para comprender qué pasó con las ocupaciones de 2015. Además, la mirada de los autonomistas está relacionada con la de la gente que convocó las marchas de 2013 por el costo del transporte, y eso hace que sea una mirada distinta de la de los estudiantes vinculados a partidos políticos, que no fueron los responsables de organizar esas marchas. La película intenta mostrar las complejidades que hay en la izquierda misma en la mirada de 2013. Y me pareció que la elección de Bolsonaro, algo que jamás imaginé que pasaría, debía ser el fin de la película; es un arco narrativo que cierra de alguna manera ese 2013, desgraciadamente.

Hay una conexión con lo ocurrido en Chile durante 2006 que pasa por el cine: los estudiantes miran la película La rebelión pingüina (Carlos Pronzato, 2006).

Algunos dicen que fue de ahí que sacaron las ideas de las ocupaciones, otros dicen que vieron la película ya dentro de las escuelas ocupadas. Sin dudas es una referencia muy importante para ellos. Y para mí La revolución de los pingüinos, la película de Jaime Díaz Lavanchy, fue una inspiración, por cómo acompaña a los chicos y cómo la cámara entra en sitios y muestra el ojo del movimiento. También nos inspiró que fuera una película documental lo que inspiró a los estudiantes de Brasil; muestra el poder del documental para comunicar y dar ideas a la agente.

También lo hacemos por ellas

Sábado 3 a las 21.00 en Cinemateca.

Foto del artículo 'Gran vecino en problemas: cinco películas y un encuentro sobre la situación social y política en Brasil'

En Torre de las doncellas, varias presas políticas, entre las que se encuentra la ex presidenta Dilma Rousseff, recomponen la historia que les tocó compartir durante su tiempo de reclusión en el ala femenina de la cárcel de Tiradentes, en San Pablo, conocida precisamente como “la torre de las doncellas”. Del monumental ejercicio de memoria y reconstrucción surgen no sólo el relato de las experiencias extremas de la tortura y la cárcel y el de la solidaridad y el afecto entre mujeres, sino también el de las razones que tuvieron para enfrentar con las armas un gobierno ilegítimo.

Un operativo normal

Domingo 4 a las 19.00 en Cinemateca.

Foto del artículo 'Gran vecino en problemas: cinco películas y un encuentro sobre la situación social y política en Brasil'

El 28 de noviembre de 2015, cinco jóvenes negros que circulaban dentro de un Fiat Palio por Costa Barros, en la zona norte de Río de Janeiro, fueron asesinados a tiros por un comando de la Policía Militar, que disparó sobre el automóvil 111 veces. La situación de violencia no fue una excepción: diariamente la Policía Militar que actúa en las favelas dispara a matar contra los jóvenes negros que viven en esas periferias. Letal acompaña el caso de los cinco jóvenes asesinados en lo que se conoce como “la matanza de Costa Barros”, pero también la peripecia de las familias de otros adolescentes y jóvenes negros víctimas de una práctica de disciplinamiento de las favelas que cuenta con el respaldo y el estímulo de las autoridades políticas del estado.

Cómo llegamos hasta aquí

Jueves 8 a las 20.30 en la sala Zitarrosa.

Al filo de la democracia debe ser la película más notoria del festival, no sólo porque está disponible en Netflix, sino por su asunto: el deterioro de la institucionalidad y el manejo de la opinión pública que impidieron que Lula da Silva, el candidato más popular, se presentara a las elecciones de 2018. Contada desde un ángulo muy personal, en el que se mezcla historia colectiva y periplo familiar, la película tiene entre sus puntos altos la cercanía con Dilma Rousseff y Lula en los precisos momentos en que protagonizan eventos históricos, como su destitución y su apresamiento, respectivamente.

Si para muchos el film es conocido, lo especial será la oportunidad de dialogar con su directora, Petra Costa, tanto al cierre de la exhibición como en el encuentro que organiza la diaria.

Por la tierra

Miércoles 7 a las 20.45 en la sala Zitarrosa.

Foto del artículo 'Gran vecino en problemas: cinco películas y un encuentro sobre la situación social y política en Brasil'

Con ritmo tranquilo y firme, Suelo sigue a un grupo de militantes del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra en la ocupación de una hacienda en el estado de Goiás. Su forma de organizarse políticamente, su manera de encarar el trabajo agrícola, sus enfrentamientos con la Policía forman parte de este documental de Camila Freitas, que además instala conceptos no del todo conocidos, como el de que los sin tierra promueven el cultivo autosustentable, mostrando el costado ambientalista del movimiento.

Criminalizados por el gobierno de Bolsonaro, hoy dos de los militantes que aparecen en el documental se encuentran detenidos.

Panel especial con las realizadoras

Bajo la consigna “Brasil: miradas de la resistencia”, el martes 6 a las 16.00 la diaria organiza un encuentro especial para sus suscriptores con Petra Costa, Camila Freitas, Eliza Capai y Natasha Neri en el Centro Cultural de España (Rincón 629). La moderadora será Soledad Platero. Para anotarse, llenar el formulario en https://ladiaria.com.uy/UXD. La capacidad es limitada.

La programación completa del festival, que incluye obras de Argentina, España, Chile, Estados Unidos y Colombia, se puede consultar en docmontevideo.com.