Con 118 películas en exhibición y 56 que compiten en las cuatro categorías habituales (mejor drama estadounidense, mejor documental estadounidense, mejor drama internacional, mejor documental internacional), este año el encuentro está pautado, según su director, John Cooper, por la presencia de artistas dueños de una poderosa voz individual, “ya sea que esa voz le diga la verdad al poder, reuniendo a otros en apoyo de ideas que cambian el mundo, o simplemente compartiendo una historia personal, iluminan el potencial de nuestra cultura. Como siempre, y especialmente mientras trabajamos para crear el futuro de Sundance, estos narradores nos animan e inspiran”.
Y entre los creadores que inspiran a organizadores y públicos se destaca el estadounidense Bryan Fogel, que llegó a Park City con el estreno de The Dissident, un documental (fuera de competencia) sobre el asesinato del periodista árabe Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul. Khashoggi llegó a la sede diplomática alrededor de las 13.30 del martes 2 de octubre, acompañado por su novia, que lo vio entrar al lugar y se quedó afuera esperándolo. Khashoggi, sin embargo, nunca salió, al menos con vida. Poco después The New York Times reveló que el periodista fue golpeado y torturado dentro del consulado, que le cortaron los dedos mientras estaba con vida y que luego fue asesinado y descuartizado. Fogel, ganador de un Oscar por Icaro (2017), apunta hacia el príncipe saudita Mohammed bin Salman como el autor intelectual del crimen y narra con ritmo sostenido una historia que combina negocios multimillonarios, conflictos políticos, espionaje y exotismo.
Entre los documentales que sí compiten se destaca Epicentro, un film protagonizado por niños cubanos y realizado por el austríaco Hubert Sauper. Epicentro toma como punto de partida el hundimiento del acorazado estadounidense Maine en 1898, con el que comenzó la guerra entre Estados Unidos y España por Cuba. El austríaco señala a la industria turística como uno de los elementos “más destructivos” tanto a nivel social como ambiental, y lo vincula con las muchas formas en que el imperialismo se manifiesta en estos tiempos. “Y es también una invasión, como una invasión militar. Los turistas que van a La Habana vieja con estas cámaras son como una armada que dispara y entra en una ciudad. El simbolismo es alucinante”, explicó a Efe.
En cuanto a la ficción, 16 films estadounidenses y 12 extranjeros compiten por el prestigioso reconocimiento que significa ser elegido en Sundance. De la región se destaca Marea alta (Argentina, Verónica Chen), protagonizada por Gloria Carrá, en la competencia internacional, mientras que Blast Beat, del colombiano Esteban Arango, y Charm City Kings, del puertorriqueño Ángel Manuel Soto, participan en la contienda como dramas estadounidenses.