La tarde del lunes, previo a sus próximos shows en Montevideo, los encuentra ensayando juntos en su casa de La Zanja. Así bautizaron a su ciudad natal, San José, cuando todavía no se movían demasiado lejos de la plaza y grababan rimas dentro de un ropero para hacerlas sonar tal como se les antojaba. De las épocas de aquel rústico pero efectivo experimento, todavía conservan su actitud pendenciera y provocadora, y ya han pasado 15 años. Hurakán Martínez y Don Felipe, sus socios fundadores, todavía jóvenes pero con una importante cantidad de tablas encima, mantienen su magia intacta. Sus marionetas se mueven con soltura y agilidad en los dedos habilidosos y huesudos de dos maniáticos de la palabra que llevan más de una década gastando tinta y cuadernos en su estado de permanente competencia.

En escena, a Hurakán casi no se le notan las marcas del tiempo, aunque ahora prefiere las ropas negras y abundantes; Felipe ha acentuado la curva de su columna, como si ya no le importara demasiado mostrarse abrazado solamente a sus rimas. “En el inicio de la cuarentena, con toda la paranoia inducida, me puse a escuchar black metal. Si vamos a morir todos, que sea en la peor; no sé, el caos apocalíptico me pegó para ese lado”, dice, cuando le preguntamos por sus últimos consumos culturales, a los que también suma lo último de Die Antwoord y Marylin Manson, y las “altas barras” del argentino Acru. Hurakán, por su parte, recomienda la lectura de Alguien controla los dados, del uruguayo Mateo Arizcorreta, y El filtro burbuja, del estadounidense Eli Pariser.

Sus fans más acérrimos saben de qué se trata y cómo, dónde existe La Zanja. AFC le reza en sus canciones, y arengas, Omar Gutiérrez (en su último gran highlight) participa del videoclip de su sencillo “Juana$”, y si bien Hurakán y Felipe viven en Montevideo, no pasan más de siete días sin tomarse una Cita de vuelta a casa.

Es parte de su identidad, algo marginal y outsider, que convive con su éxito, ya no tan nuevo, y la devoción de sus seguidores uruguayos y de otras partes del mundo que, en la tradición rockera de grupos como Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota, Motörhead o Kiss, se tatúan el logo de las tres letras en sus brazos, o se ponen sus camperas con parches de fraternidad para lucirlas con orgullo frente a la iglesia.

“Sí, yo siento que más allá de los tatuajes, o de cómo eligen demostrar su afición por AFC, me parece que hay cierto tipo de seguidores que se lo toman muy en serio. Como que es algo personal lo que tienen con la banda, y eso está de más. Habla de que realmente entienden lo que queremos transmitir y sienten amor por lo que hemos construido junto con ellos. Saber que contás con gente que siempre te va a ir a ver y te va a dar para adelante es una demencia. Y además te da cimientos para seguir construyendo”, dice Hurakán.

¿Están de acuerdo con que más allá de haber trabajado con artistas de diferentes géneros, músicos más veteranos y jóvenes, siempre parecen ir un poco al margen, o por su propio camino?

Don Felipe: Sí, puede ser que tengamos un comportamiento un poco outsider. Las primeras veces que vinimos a Montevideo a tocar, yo sentí una hostilidad del entorno. Eso, sumado a actitudes de superstar de gente de “la movida”, o algunos eventos desafortunados, como que no nos pagaran algún show, también puede haber influido. Además de los viajes, traíamos hambre encima, y pocas pulgas. Creo que simplemente hicimos la nuestra como modo de supervivencia en ese ambiente. Y también es real que las bandas del interior ya de por sí traen esa actitud independiente. Es un entrenamiento que viene de salir de lugares como La Zanja, donde nadie promovía lo que hacíamos. Creo que a esta altura simplemente es algo natural, y a la hora del vivo esas cosas se traducen.

Hurakán Martínez: Nos fuimos haciendo amigos de a poco en Montevideo, pero llegamos como outsiders, y eso también tiene que ver con que no nos interesa parecernos a nadie, y por buscar algo bien auténtico, uruguayo, maragato; tomando influencias de muchas cosas que no gustan pero siempre manteniendo nuestra personalidad.

En su último LP, Murgang (2018), y con la bendición artística de Abel Soria, le prendieron fuego al traje a un murguista para su portada, probaron un poco de trap y música electrónica, sin perder el minimalismo hardcore de base y sus rimas de mundos psicodélicos de mil palabras, con el súper productor Sebastián Peralta como parte de su equipo oficial.

A comienzos de 2019 fueron de los más destacados y festejados en el festival Montevideo Hip Hop, en el Teatro de Verano, y en medio de la pandemia lanzaron su show Desde La Zanja, que puede verse en su página oficial y también está disponible en formato EP en la plataforma Spotify.

“Estamos preparando un show bien variopinto que pasa por distintos lugares de la historia de AFC, desde lo más reciente a lo más antiguo. La idea es sorprender un poco con el repertorio, agregar canciones nuevas, de proyectos que quizás nunca hicimos en vivo, y darle a la gente algo distinto a lo que están acostumbrados a ver en nuestros encuentros. Y sobre todo hay muchas ganas de tocar”, cuenta entusiasmado Hurakán, y adelanta que el nuevo sencillo de la banda, todavía inédito pero pronto para estrenar, se llama “Terry”.