Desde el viernes al domingo, se realiza Emergen, el primer Encuentro de Creación e Intercambio en Danza en el departamento de Rocha. Con una grilla de más de veinte actividades de distintos formatos, la danza ocupa espacios públicos, teatros y centros culturales de La Paloma y Rocha. Llegan de distintos puntos del país más de 70 personas para participar de talleres, espacios de creación y presentaciones de obras.

Durante tres días se desarrollan de forma paralela diversas actividades: en la modalidad “Intercambio de prácticas” se realizan talleres de diversa índole, desde danza contemporánea, performance, composición e improvisación, hasta flamenco, danzas afro, danzas urbanas y aikido. Por otro lado se abrirán al público obras y procesos de creación, bajo las modalidades de “proyectos bebés”, “procesos de creación” y “obras inconclusas” en espacios como el Teatro 25 de Mayo, el Centro Cultural MEM, el Cine Teatro La nave y la plaza principal de Rocha, y la Casa del Mar, la Sala Serena, Cabito Bar y espacios públicos de la Paloma.

El encuentro se llama “Emergen”, apelando a un verbo que se convierte en sustantivo; la palabra, indica pero no asume una determinante, se abre en el tiempo presente, a la vez como si ya hubiese sido, como si estuviera a la espera de hacerlo o incluso como si estuviese sucediendo en este momento. Emergen pareciera un nombre que se escapa a la afirmación temporal y se diluye en la pretensión de estar siendo ahora, mañana, ayer. Emergen, como indicativo de algo que viene sucediendo y precisa un espacio para suceder, entonces.

Las organizadoras del encuentro opinan que esto pasa con muchas prácticas de danza, especialmente en el interior del país y en la población joven: “hay una pujanza constante”: gente estudiando –en la universidad, en el profesorado, en escuelas o academias–, creando –ensayando aquí y allá–, gestionando –escribiendo proyectos, proponiendo actividades–, gente moviéndose. Aunque imperceptible, en ese intento constante ya hay un hacer, una apuesta permanente. Todo este movimiento precisa ser indicado, observado. Todo lo que emerge ha venido sucediendo a hurtadillas –imperceptible– y en un momento, cargado de insistencia, aparece.

Esta propuesta es llevada adelante por un grupo de nueve estudiantes de la Licenciatura de Danza que, habiendo ganado uno de los Fondos Concursables para la Cultura del Ministerio de Educación y Cultura, entre otros apoyos autogestionados, generan un evento que abre preguntas al contexto de la danza y al contexto de la cultura en general: ¿Cuáles son los espacios que están habilitados para los artistas emergentes? ¿Cuáles son los espacios existentes, disponibles y posibles para el arte? ¿Qué posibilidades tienen otros lugares para ser circuitos culturales? ¿Qué lógicas imperan en el medio cultural para la llegada a la visibilidad? ¿Qué jerarquías, ataduras y decisiones se toman en la mediación y circulación? Como público: ¿A dónde vamos? ¿De qué otras formas nos vinculamos con el arte? ¿Qué vamos a ver y qué esperamos encontrar?

Más que plantearse la crítica, las personas que hacen Emergen quieren “salir del relato de la frustración” para proponer en el hacer. Entonces pasan a afirmar en seis ejes que guían la gestión del evento: Danza emergente, Danza y educación, Dinámicas colaborativas, Danza y contexto sociopolítico, Danza y territorio. Estos ejes se ponen en práctica con un evento que prima la participación por sobre la selección, propone espacios para abrir obras en proceso, se mueve por distintos lugares como callejones, plazas, parques, teatros y espacios privados de Rocha y La Paloma. Todo esto se concreta en una propuesta detallada en su página web, que se llevará a cabo en dos instancias: la primera el 22, 23 y 24 de octubre, y la segunda el 9, 20 y 21 de noviembre.

En la producción del evento, las organizadoras han visto como el propósito de Emergen se ha visto afectado por el contexto de pandemia. Se ha cargado con la sensación de emergencia, con la necesidad urgente de que salga a flote todo el trabajo que artistas, docentes, estudiantes y mediadores sostuvieron durante este tiempo de restricciones. Esta urgencia también está en la necesidad de habilitar otros circuitos culturales, otros públicos y territorios, y la necesidad imperante de visibilizar, valorar y dignificar las prácticas artísticas.

“Algo que está siendo pide un lugar”, afirman sus organizadores en entrevista a la diaria. Es necesario poner la vista en otros puntos, ir suavemente hacia el rabillo del ojo para ver otras cosas. En un mundo, un medio y un contexto que nos hace ver de frente –de cerca y con zoom– los ojos se agotan, el músculo se atrofia y privilegia el centro, la visión se hace cada vez más 2D, se hace rectangular mientras scrollea y nos acomoda a las anteojeras digitales.

Emergen afirma la certeza de que hay otras cosas sucediendo, latentes, a punto de modificar lo que hay.

Tal vez nuestro músculo atrofiado pueda todavía mirar hacia otros lugares. Puede que abrir la mirada a los contornos, además de nuevos paisajes, permita recuperar la profundidad, la distancia tridimensional, el espacio para que quepan otros.