Hoy 24 de noviembre a las 20.00 la Sala Zitarrosa será testigo del Encuentro de Mujeres Músicas, aunque la mayoría de ellas estará presente sólo en forma virtual. Allí se exhibirá Terminal Norte, un mediometraje documental dirigido por Lucrecia Martel y protagonizado por la intérprete Julieta Laso, con ambas presentes en la sala.

Terminal Norte recoge una de tantas tertulias entre artistas sumamente diversas, cuyo arte es capaz de traspasar la pantalla y emocionar en cada una de las butacas. El encuentro fue filmado en Salta, donde Martel y Laso se radicaron aceleradas por el mundo nuevo y misterioso que comenzó a manifestarse en marzo de 2020.

“La pandemia atravesó la vida de todes, la mía también. Y el hecho de ir a vivir a Salta, que es donde está filmado Terminal Norte, tuvo que ver también”, contó la cantante a la diaria. “Si bien ya teníamos el deseo de irnos de la ciudad, en este caso de Buenos Aires, la pandemia lo reforzó mucho”. Y la cámara se convirtió en “ojo testigo” de encuentros que, según Laso, “se volvieron cada vez más necesarios”.

Sobre las músicas que aparecen en el documental, contó: “Muchas son amigas de hace muchos años. Mariana Carrizo es una gran amiga con la que hemos compartido millones de tertulias, reuniones, días de la Pachamama y encuentros de copleros. A B Yami la conocimos ese año yendo a escuchar alguna música y nos captó totalmente la atención. Lorena Carpanchay lo mismo. Hoy por hoy son todas queridas amigas”.

Tanto en la charla como en la gacetilla oficial se utiliza la palabra aquelarre para definir tanta magia junta, que en el caso de la protagonista fue además algo sanador. “Absolutamente sanador, casi que diría medicina pura. Para mí es muy poderoso ese encuentro musical que se genera donde canta una, canta otra [...]. Cuantos más diversos son esos universos, más interesantes se ponen, y en este caso era un panorama absolutamente diverso de géneros. Fue una fiesta, es un orgullo que después haya quedado ese resultado y es un privilegio tener a Lucrecia Martel en el ojo de la cámara dirigiendo. Fue todo mágico; una de las experiencias más maravillosas que viví en este camino de la música”, dijo quien entre otras cosas fue integrante de la Orquesta Típica Fernández Fierro.

“Me da una felicidad enorme que Terminal Norte se vea en Uruguay, un país que amo”, dijo sobre la exhibición. "Me da mucha pena ir sólo por un día, porque hace dos años que no puedo ir a Uruguay y amamos Montevideo, sobre todo. Es una alegría enorme”". Por suerte, su visita alcanzará para poder escuchar parte de su repertorio. “Canto canciones ajenas porque no compongo. Siempre estoy buscando canciones nuevas, compositores nuevos, muchas veces pido canciones un poco a medida y muchas veces canto viejas canciones que me siguen interpelando. Así que la idea en Montevideo es hacer un mix de canciones de mi último disco, La Caldera, y no nos vamos a quedar con las ganas de hacer unos clásicos tangos. Voy a ir acompañada por Fulvio Giraudo, que es un pianista increíble del Sexteto Mayor, así que no podemos no hacer unos clásicos tangueros”.

A la dirección

Lucrecia Martel también estará presente y participará en una conversación previa a la proyección de su obra. La directora accedió a contestar algunas preguntas de la diaria en forma escrita.

Uno podría imaginarse el momento en el que la idea de una ficción llega a su creadora y esta decide embarcarse en su realización. Pero ¿qué pasa con un documental? ¿Quién eligió a quién en Terminal Norte?

No diría que Terminal Norte es un documental. Me parece que sería un poco pretencioso llamarlo así. Estaría en la zona “Noticias del reino”. Con Juli nos fuimos a vivir a Salta. Nuestro domicilio principal, la biblioteca, los vinilos de Juli, las pilas, están allá. Por cuestiones de trabajo vamos y venimos de Salta a Buenos Aires. Pero intentamos que sea lo menos posible. Y Terminal Norte es un primer informe de nuestro reino. Suena un poco monárquico, por eso le pusimos Terminal Norte, para no equivocar la imaginación. Nos gusta conocer gente, hacer reuniones musicales, parece antiguo y a veces lo es. Conversar con personas que no conocemos. Es un experimento de retirarse de la gran ciudad para tener más tiempo para conversar. En este primer informe presentamos a algunas vecinas, no todas viven a la vuelta, pero casi. Siempre hablamos de un primer informe, pero no es que nos hayan contratado para hacer una serie o algo así. Sólo que pensamos que vamos a volver a desear compartir noticias del reino con el público.

¿Por qué deberíamos escuchar (y quienes ya lo hacen, escuchar más) a Julieta Laso?

Como te decía, no sé nada de música pero entiendo un poco de sonido. Una canción tiene infinidad de variables que podríamos identificar. Combinaciones de frecuencias con ciertos patrones de ritmo, las palabras y su sentido, en fin, materiales de muy distinta naturaleza. Y las consecuencias que produce la combinación de estas variables es una respuesta orgánica bastante misteriosa: recuerdos muy concretos, estados de ánimo que van de la exaltación épica a la aceptación del desamor, o el deseo loco de enamorarse, de viajar en auto, de enfrentar una tormenta, o simplemente ver germinar una semilla en primerísimo primer plano. También puede evocar un sentido de pertenencia, que puede ir del nacionalismo más mezquino a una simpatía por todas las criaturas del universo. Cuando escuché a Julieta la primera vez, cantaba un tango. El tango para mí era: “Radio del auto, domingo, mañana hay que ir a la escuela, qué triste”. Curiosamente, cuando la escuché a Juli, las frecuencias que enredaba, con ese timbre raro, me llevaron por unas calles de Buenos Aires que no conocía, por unos bodegones donde los obreros almorzaban al mediodía, evidentemente otra época, porque ya casi no hay obreros que puedan almorzar en bodegones. Y después seguir por las autopistas de una ciudad como Caracas, que no conozco, y despegar rumbo a un universo submarino plagado de sirenas y patrulleros lejanos. Terminada la canción pensé que era la primera vez que escuchaba un tango y tenía muchos deseos de comer queso cuartirolo con dulce de guayaba y de ir al carnaval de Oruro. Si alguien tiene curiosidad por este tipo de experimentos, le recomiendo acercarse a la sala Zitarrosa.

¿Cuánto sigue pesando el hecho de ver al público reaccionando en vivo a una de tus obras? Y de poder volver a hacerlo después de un tiempo.

Mi relación con el público en general está muy diferida del momento en que una película se proyecta. El cine se hace para conversar después. Es una excusa para tomar algo, conocer gente y salir a caminar con cierta desconfianza en todo lo que nos rodea.

Terminal Norte se presenta en el marco de Marea, el Ciclo de Mujeres y Disidencias de la Música y el Audiovisual de la Sala Zitarrosa. Las entradas están en venta en Tickantel, Abitab, Redpagos y en boletería de la sala. Hay beneficios para suscriptores de la diaria.