Llevamos más de un año de pandemia mundial de coronavirus, lo que significa que incluso aquellas producciones audiovisuales que trabajaban con anticipación tuvieron que filmar cumpliendo con protocolos y bajo la amenaza constante de casos positivos que interrumpieran el trabajo y tuvieran consecuencias graves.
Al mismo tiempo, los productores y guionistas debieron decidir qué hacer con este virus que se convirtió en el asunto más importante de nuestras vidas durante un buen tiempo. En la balanza se pusieron la realidad y el escapismo, los pros y los contras de poner sobre la mesa un tema que modificó nuestro modo de vida o intentar ocultarlo bajo la alfombra y fingir, junto con el público, que el elefante no está ahí.
Los dramas médicos fueron los primeros en incluir al virus en sus tramas, ya que son protagonizados por personajes que ven sus vidas modificadas en forma drástica y súbita. Ocurrió en la más reciente temporada de The Resident (Star Premium), en donde la amenaza aparece en el primer episodio para luego mover la trama en otras direcciones. Más específicamente, hacia un mundo que ya superó la situación, según cuenta CNN.
Se tomó esta decisión considerando que el público podía estar cansado de un tema que se cuela en todos los discursos, pero, al mismo tiempo, evitando ignorarlo. Así, para ellos ya ocurrió lo que para nosotros continúa ocurriendo.
Muy distinto fue el caso de Anatomía según Grey (Netflix). La mismísima doctora Meredith Grey, interpretada por Ellen Pompeo, apareció en estado de coma debido al coronavirus. Un coma que los guionistas usaron para que ella se encontrara en una playa imaginaria con personajes de toda la historia de esta ficción que lleva 17 temporadas.
“Fui partidaria de comenzar [la temporada] en un universo con covid porque sentía que nuestro programa tiene una accesibilidad y una cercanía tan increíbles con la gente, que teníamos que estar con ella”, había dicho en noviembre el asesor quirúrgico de la serie, Naser Alazari. “Vamos a compartir tu frustración, tu pérdida... y también, quién sabe, quizás estemos ahí cuando todo esto termine”.
Prime Video acaba de incorporar a su catálogo los primeros 11 episodios de la cuarta temporada de The Good Doctor, serie protagonizada por otro residente, en este caso uno autista y con síndrome del sabio. Y desde el comienzo de esta nueva tanda, el coronavirus está presente entre los trabajadores del hospital Saint Bonaventure.
“Los episodios de The Good Doctor son una historia ficticia sobre una batalla real que todavía se está librando”, decía un mensaje en la pantalla al arranque del primer episodio. “Honra a los héroes... muchos de los cuales han dado sus vidas. Haz tu parte. Usa máscara”.
Como en el primer caso, aquí también hay un salto temporal, pero a partir del tercer episodio. Y de nuevo todo empieza con un mensaje: en esta oportunidad es el actor Freddie Highmore (el doctor del título) el que se dirige a la audiencia para avisar que ve un futuro esperanzador en el que nadie debe usar máscaras, pero anima a los espectadores a seguir protegiéndose hasta que eso suceda.
Fuera de la medicina, los abordajes son tan variados como las temáticas de las series. La aclamada This Is Us (Prime Video, Star Premium, Movistar Play) sigue a distintos integrantes de la familia Pearson, y en la quinta temporada habrá varios de ellos recluidos en sus domicilios, mientras que una cirugía importante deberá posponerse por asuntos relacionados con la covid-19.
Las comedias también se han ocupado del tema. Supertienda (Prime Video) es una típica sitcom laboral ambientada en un supermercado, por lo tanto sus protagonistas integran una parte de la fuerza laboral que más sintió el cambio. “Es un programa en el que el escapismo no tiene sentido”, dijo uno de sus guionistas a Vulture. La decisión fue dedicar un episodio a los primeros meses de la pandemia (marzo a julio), para luego concentrarse en contar la historia de un mundo en el que la nueva normalidad ya no es tan nueva. Y para eso hubo que testear toda clase de máscaras y determinar cuál traía menos problemas de sonido, iluminación y hasta maquillaje.
Infecciones oportunistas
Un capítulo aparte merecen las ficciones creadas ad hoc y que usan el aislamiento como elemento fundamental del drama. Tal es el caso de, justamente, Distanciamiento social. Esta antología estrenada el año pasado en Netflix cuenta ocho historias ambientadas en el annus horribilis y usa la estrategia de simular charlas a través de Zoom o programas similares para hablar de vidas modificadas por la pandemia.
El problema de ejemplos como este es que suelen abusar de la forma en desmedro del contenido y terminan convirtiéndose en gimmicks, artilugios puntuales que se desarman en la repetición.
La continuación de la pandemia durante 2021 obligará a tomar nuevas decisiones, mientras entre el público hay tanto espectadores hartos de ver tapabocas hasta en televisión como otros que ven a los personajes abrazándose y se sienten sucios, como si presenciaran un acto prohibido.
Más adelante, en el futuro, si es que logramos salir en buenas condiciones, aparecerán ficciones que “visiten” estos tiempos tan complicados, así como hay ficciones que se ambientan en la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos durante la ley seca o en cualquier momento histórico en el que las libertades y la vida “normal” estuvieron restringidas. Hasta podría reciclarse el título Los intocables.