En la Sala Dorada de la Intendencia de Montevideo no cabía un alfiler. El domingo, poquitas horas antes del cierre de la 44ª Feria Internacional del Libro, se llevó a cabo la ceremonia de premiación del concurso Gigantes de la Lengua, que organiza Gigantes, de la diaria, junto a Ceibal y la Cámara Uruguaya del Libro. A la cita no faltó Gastón, el perro de la escuela 299 de Piedras Blancas que inspiró uno de los trabajos ganadores. El ambiente era de alegría y emoción entre niños y niñas premiadas y sus familias y docentes.
En esta segunda edición nuevamente se convocó a niños y niñas de cuarto a sexto año de primaria, en las categorías Literario, Científico y Periodístico, en forma individual o grupal. Martín Otheguy, director de Gigantes, contó que la idea del premio surgió “con el objetivo de que niños y niñas tengan una oportunidad similar a la que tienen los adultos a los que les gusta escribir: una instancia de concurso nacional de obras, con posibilidades de publicación en un medio de alcance nacional y una entrega de premios en el mismo marco que las de los concursos de adultos”. “Esto siempre dentro de nuestros objetivos generales, que son darles voz a los niños y niñas, hacer visibles sus aportes, inquietudes e intereses. Además, nos interesaba mucho estimular la lectura, la escritura y la participación; por eso no es casual que los esfuerzos sean en conjunto con Ceibal y la Cámara Uruguaya del Libro”, agregó.
Los anfitriones fueron Leandro Bustos, de Ceibal; Natalia Uval, directora periodística de la diaria; Dinorah López Soler, que integró uno de los jurados en representación de la Cámara Uruguaya del Libro; y Rosanna Peveroni, también integrante de la diaria y del jurado en la categoría Literario. Destacaron la participación tanto individual como de grupos escolares, la calidad de los textos, la importancia de dar lugar a la voz de niños y niñas, y el disfrute que significó leer las producciones presentadas al concurso, que daban cuenta de un trabajo comprometido de niños y niñas, respaldados por docentes y familias. Incluso era digna de celebrar la dificultad para elegir ganadores dentro de un corpus de calidad en el que quedaron afuera textos también valiosos.
Los ganadores
En la categoría Periodístico la ganadora fue Julieta Delgado Camera por su trabajo “Desaparece valiente aviadora”, sobre Amelia Earheart, en el que se destacaron una voz periodística sólida, un lenguaje informativo que facilita la comprensión de los lectores y un uso correcto de las citas respecto de las fuentes consultadas.
En la categoría Literario el primer premio fue a los cuartos años C y D de la escuela 299 de Piedras Blancas por Gastón. Diario íntimo de un perro escolar. El mismísimo protagonista, con una moña azul en el cuello, desfiló entre los dos grupos de asientos de la sala cuando se les estaban entregando las medallas y diplomas a las maestras. Las docentes destacaron el trabajo colaborativo que desarrollaron a lo largo del año, así como el compromiso de niños y niñas y de sus familias. También mencionaron el aporte del escritor Ignacio Martínez, quien fue fundamental en el puntapié inicial de la propuesta en una visita a la escuela, en marzo.
La primera mención en esta categoría le correspondió a Genaro Ares Bufo por Los pájaros de mi casa. La segunda mención fue para Agustina Pérez por Las leyendas pueden ser reales. Hubo, además, dos menciones especiales, para Francesca Luna Colli por 3 poemas, 3 amparos, y para la obra de teatro Media verdulería, de sexto B de la escuela 99 de Salto.
Los desafíos
La categoría Científico fue declarada desierta por el escaso número de textos presentados, un elemento que será insumo para fortalecer el trabajo en próximas ediciones. En este sentido, Otheguy comentó: “La pata que creo que está faltando es la participación de los adultos, ya que en las categorías de periodismo y divulgación científica, que requieren un estímulo y una guía adulta al tratarse de géneros con reglas más estrictas y que se aprenden muchas veces en la práctica y el oficio, no hemos tenido toda la participación que deseábamos. Creo que este tipo de concursos deberían ser vistos como una oportunidad para que niños, niñas y adolescentes y adultos trabajen juntos y aprendan juntos, y la elaboración de notas de divulgación o artículos periodísticos son ideales para ello. Esperamos que el año que viene estas dos categorías estén a la par de la literaria, que nos dejó muy felices”.
En cuanto a la categoría Literario, que fue la que contó con mayor participación, López Soler destacó la variedad de obras presentadas, que cubrieron un abanico amplio desde la poesía a la dramaturgia, pasando por la narrativa tanto en cuento como en novela, en textos que denotaban trabajo, buena escritura y autenticidad. “Por ahora la gran mayoría de las obras son individuales, pero nos interesa muchísimo fomentar también el trabajo grupal, porque los resultados de los pocos proyectos escolares enviados han sido espectaculares. El año pasado una clase de la escuela Bélgica realizó una nota periodística sobre la diabetes con un rigor y una cantidad de trabajo que se ve pocas veces incluso en el periodismo practicado por adultos. Y este año el primer premio literario se lo llevaron los dos cuartos de la escuela 299 de Piedras Blancas, que entregaron una serie de relatos unidos por la figura de un perro que vive en el local escolar, que muestra cuán rica puede ser la colaboración de niños, niñas y adultos en estas instancias”, destacó Otheguy.