“Adiós, Monica Vitti, adiós a la reina del cine italiano. Hoy es un día verdaderamente triste, muere una gran artista y una gran italiana”. Así despedía Dario Franceschini, ministro de Cultura de Italia, a la actriz que trabajó con Alberto Sordi, Michelangelo Antonioni, Ettore Scola, Vittorio de Sica, Mario Monicelli, Luis Buñuel y tantos otros directores de primera línea del cine europeo de la segunda mitad del siglo XX. Su última película, sin embargo, fue dirigida por ella misma: Scandalo segreto, de 1990.

Nació en 1931 en Roma, con el nombre de Maria Luisa Ceciarelli Vittiglia, luego acortado en Vitti. Llegó al mundo bajo el fascismo y vivió toda la infancia durante la guerra. Su primer papel en el teatro, a los 14 años, fue el de una madre anciana que había perdido a su hijo en combate. La obra, llamada La enemiga, tuvo una excelente recepción de público y crítica. Desde entonces se dedicó a la actuación. Era cómica y a la vez grave, hermosa y graciosa, intensa y algo desdeñosa, y se destacaba por su pelo rubio y su voz profunda. Aunque dicen que sus profesores de la Accademia Nazionale d’Arte Drammatica le auguraron desde el principio un gran futuro en la comedia, también se destacó como actriz dramática. Se la recuerda especialmente por la “trilogía de la incomunicación” de Antonioni (La aventura, 1960; La noche, 1961; El eclipse, 1962), quien fue su pareja durante varios años. En 1964 volverían a trabajar juntos en El desierto rojo, pero durante todo ese tiempo Vitti filmó también bajo la dirección de otros grandes. En mayo de 1968 renunció a su lugar como jurado en el Festival de Cannes, junto con Louis Malle, Roman Polanski y Terence Young, para apoyar a los manifestantes que llevaban adelante las protestas en Francia.

En los años 70 se consagró finalmente como actriz de comedia. Fue adorada por el público y premiada en numerosas ocasiones. La última, en 1995, cuando el Festival de Venecia le otorgó el León de Oro honorífico por su trayectoria.

Monica Vitti apareció por última vez en público en 2002. Desde hace años se sabía que padecía Alzheimer.