En julio de 2021, el titular del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Pablo da Silveira, luego de una reunión con la comisión de Diputados que estudiaba el proyecto de Rendición de Cuentas, fue consultado por la prensa sobre el cierre de los Centros MEC, red de 127 locales que la cartera tenía en todo el país. El ministro dijo entonces que el mencionado programa “tenía muchísimos problemas” y sería sustituido por “una estrategia que es más global, más ambiciosa y que además cambia la perspectiva”. “No queremos trabajar para el interior, sino con el interior. Eso significa desarrollar programas de otro tipo, en diálogo con los gobiernos departamentales y las comunidades locales de todo el país, y en eso estamos. Es un cambio para mejor”, agregaba. Este nuevo programa de centros culturales debió esperar varios meses más debido a la situación sanitaria.
Finalmente, el jueves se realizó la primera “nominación” de un Centro Cultural Nacional (CCN). El honor fue para el Complejo Cultural Municipal de Dolores, primer espacio que se integra oficialmente a este programa. Los centros estarán integrados a las políticas de la Dirección Nacional de Cultura y la diaria conversó sobre ellos con su directora, Mariana Wainstein.
“Era un proyecto nuevo que teníamos y que la pandemia nos complicó”, dijo. “Tuvimos que hacerlo más despacio, aceleramos cuando pudimos y ahora van a salir uno atrás del otro, porque trabajamos en silencio más de lo que hubiéramos querido y ahora se va a empezar a visibilizar”.
Wainstein explicó qué se busca con esta nueva figura: “Queremos ponernos de acuerdo en lugares interesantes, patrimoniales, con un espacio público interesante para la gente que quiera pasar horas de su vida ahí. Y hacer bibliotecas temáticas: que la gente viaje a tal lugar porque está la mejor biblioteca de gastronomía o la mejor biblioteca de periodismo. De lo que ellos quieran. No es una decisión tomada en Montevideo, es de común acuerdo”. En el caso de Dolores, el CCN tendrá una biblioteca especializada en la producción agropecuaria y la ruralidad. “Queremos llenar el país de centros culturales lindos, interesantes, con bibliotecas amenas, amables, hasta divertidas, si se puede. Que sea agradable estar sentado ahí, que no sea esa biblioteca rígida y aburrida. Para que la gente disfrute el tiempo ahí y también para valorizar la lectura”.
Cada uno de los espacios, que en esta primera etapa cuentan con la dirección de las diferentes intendencias, buscará contribuir, según las autoridades, a la descentralización del desarrollo cultural de Uruguay garantizando la accesibilidad a bienes y servicios culturales en coordinación con los cinco institutos artísticos nacionales (Cine y Audiovisual, Artes Escénicas, Artes Visuales, Letras y Música) de acuerdo a los intereses particulares. “Nosotros lo que entregamos es contenidos para que esos centros no paren. Todo lo que pueda hacer la intendencia lo hará, y nosotros les daremos lo que ellos quieran de un catálogo. Entre 12 y 15 cosas por año, dependiendo de la actividad del lugar, pero la idea es que haya más actividad cultural y que sea nacional. Pueden ser exposiciones, conciertos, talleres de literatura, lo que sea. Esto va a hacer que sea un espacio vibrante, atractivo para la gente, y que le mejore la vida”.
“En el boceto que presentamos en 2020 pensábamos en tres tipos de CCN: pequeños, medianos y grandes. Como se dieron las cosas aparecieron los grandes, que estaban vacíos. Se va a inaugurar uno en Maldonado Nuevo que está impecable, parece haber sido construido para esta idea. Tiene espacio para artes escénicas, biblioteca y otras actividades. Nosotros con lo que podemos apoyar es con contenido. Cada uno de los cinco institutos entregó un catálogo de actividades que cada año se va a ir renovando con base en convocatorias y llamados de los institutos. La intendencia pone más contenidos y administra con sus funcionarios, y si necesitan ayuda nos iremos poniendo de acuerdo”.
La directora destacó que el proceso se haya hecho “con prudencia, pensando cada detalle”, y dijo que se irá perfeccionando mientras los interesados en desarrollar un CCN se sumen y sean parte del circuito. “Tenemos esa convicción de que las instituciones culturales también derraman empleo, actividad y alegría en el lugar donde están”.
Centro por centro
“Siempre evité la comparación”, dijo Wainstein consultada sobre si los CCN eran una evolución de los Centros MEC. “No es la evolución, porque justamente el Centro MEC en general era un espacio reducido, poco atractivo para pasar horas de tu vida. Hacían una actividad muy interesante de ser como una especie de agencia de eventos; traían actividades culturales a los lugares y eso está muy bueno”, dijo. “Dejaron una enseñanza importante de que la gente quiere cultura, quiere actividad cultural”.
Sin embargo, Wainstein agregó que trabajaban en forma paralela a las intendencias, mientras que los CCN lo harán en conjunto, entre otras diferencias. “Es otro tipo de experiencia. El Centro MEC no era una experiencia en sí misma, era más bien un mediador de actividades culturales, y esto es una experiencia en sí misma. Son diferentes, pero es verdad que está la palabra ‘centros’ y quizá pueda confundirse”.
“Ojalá todos estén más contentos, que sume a la actividad cultural en el país, que salgan de ahí cosas interesantes y que sea una manera de circular cultura por el país de la manera más ordenada posible dentro del caos que necesita la cultura”.