El Centro de Fotografía (CdF) de la Intendencia de Montevideo puso a disposición del público 1.000 imágenes pertenecientes al archivo del diario El Popular, órgano de prensa del Partido Comunista del Uruguay (PCU) que circuló entre 1957 y 1973. Las imágenes, que se pueden ver en el sitio del CdF, incluyen registros de manifestaciones políticas, movilizaciones estudiantiles y también de la vida cultural y deportiva de la época.
En 1973, ante la inminencia del golpe de Estado, los negativos de estas fotografías fueron escondidos en el edificio Lapido, y tras ser recuperados fueron donados por el PCU para su preservación, digitalización, documentación y puesta en acceso.
Daniel Sosa, director del CdF, contó a la diaria lo ocurrido en este caso. “La donación de El Popular ingresó en 2006, en el contexto de la muestra homenaje a [el fotógrafo] Aurelio González. Se realiza el hallazgo por parte del equipo del CdF y se lo invita a participar en ese encuentro. Eran 84 latas y algunos negativos sueltos”, agregó. “El proceso de conservación, documentación y digitalización lo comenzamos en ese momento, dentro de las distintas cadenas de trabajo nuestras, y la puesta de acceso al público se dio ahora”.
“Primero hay que procesarlo”, explica Sosa con relación al material recuperado. “Identificarlo, contarlo, numerar cada tira, limpiarlo, reensobrarlo en unas fundas con un material especial. Después de eso, empezar a describirlo en general, luego seleccionarlo y digitalizarlo, y después de eso las imágenes digitalizadas se contrastan con los diarios. Eso lo hacen investigadores en historia que son parte del CdF, para empezar a tener información. Porque estos negativos, a diferencia de otros, no tenían ningún dato”. Debido a ello, el trabajo de documentación fue arduo. “Siempre es la parte más costosa del trabajo en tiempo, y en este caso aún más. Tenemos la suerte de que existan los diarios, en la Facultad de Humanidades, la Biblioteca Nacional y el Palacio Legislativo, que contra eso contrastamos”.
Con respecto a la digitalización, explicó que el área de Tecnología de la Información de la intendencia fue aumentando su capacidad de trabajo. “Han ido creciendo las posibilidades de tener herramientas para generar esto que tenemos ahora, que son imágenes en alta calidad en formato TIFF, que es un formato de archivo que no tiene compresión, no tiene pérdida”. La calidad permite descargarlas para su impresión o para verlas en detalle.
Este avance no significa que se descuide el material original, algo que Sosa explica con una prueba muy sencilla. “Si te digo: ‘Buscá un disquete de hace diez años’, probablemente no lo encuentres. Si te pido los negativos de tu abuela, probablemente los tengas. La preservación digital es mucho más frágil que la analógica, y lo que se pueda generar en el futuro también es importante. Lo que se pueda digitalizar en el futuro probablemente sea mejor que lo que estamos haciendo ahora”.
“También el archivo digital es más inestable. Se ha llegado a ese estándar que es el TIFF, pero es un código, es información guardada de determinada forma. No es la guarda de haluros de plata convertidos en plata en una emulsión de gelatina, es bien diferente, porque se precisa un software para poder decodificarlo, siempre. En eso la tecnología va cambiando y se va volviendo obsoleta. Como está hecho TIFF se entiende que eso va a seguir durando, pero veremos con el tiempo qué pasa”.
Las imágenes no pueden usarse con fines comerciales y deben citarse los datos de la obra y respetar su integridad. “En la primera semana vimos a mucha gente subiendo esas fotos a las redes con la información, porque no sólo podés descargar las fotos, sino que tenés toda la descripción realizada con base en una norma archivística que es la ISAD(G), que es una norma internacional. Al describir de esa forma, te asegurás de que quien mira tenga un montón de información que tiene que ver con el productor, con cómo fue ingresado, el formato, el estado de conservación, el tipo de película, cómo fue digitalizada y muchos datos más”.
Sosa adelantó que recibieron otras 59 latas pertenecientes al archivo de El Popular, y tiempo atrás Cyro Giambruno y José Luis El Gori Sosa donaron el archivo de su agencia de fotografía Cámaratres. “La dictadura en Uruguay generó casi un vacío de imágenes, casi no hay imágenes del 73 al 84 vinculadas a hechos. Cámaratres fue una agencia que comenzó al final de la dictadura a fotografiar y a venderles los servicios a muchos medios tanto de acá como del exterior, y también se puede buscar en el sitio”.
“Que ingresen nuevos archivos con nuevos períodos o nuevos objetos de sentido que tenían quienes realizaron esas fotografías ayuda a generar una diversidad en esas miradas que tiene el archivo y los contenidos que pueden tener. Van a seguir apareciendo cosas, que es parte de lo interesante de esta política, que se basa en que la ciudadanía ve en el CdF un lugar para poner en acceso y donarlo, con la posibilidad de que la ciudadanía vea. Eso es un gran orgullo para nosotros, para el equipo y para la organización en general”.
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