“Manuel Flores va a morir / Eso es moneda corriente; / morir es una costumbre / que sabe tener la gente”. Son los inmortales primeros versos de “Milonga de Manuel Flores”, de Jorge Luis Borges, poema incluido en el libro Para las seis cuerdas (1965), al que un jovencísimo Eduardo Darnauchans le puso música para abrir su disco debut, Canción de muchacho, publicado hace medio siglo. Así arrancaba la carrera de uno de los popes de la música popular uruguaya, único en su especie. El cantautor falleció en marzo de 2007, pero siempre es más luminoso recordar los nacimientos: el 15 de noviembre Darnauchans cumpliría 70 años y esa fecha redonda es una excusa ideal para diversos homenajes.

Entre ellos, el recital de este viernes en el teatro Solís, Darno 70, con la dirección artística del músico Ernesto Tabárez, que además se encargará de la voz y la guitarra, junto con Carlos da Silveira (guitarra), Alejandro Ferradás (guitarra y voz), Gustavo y Francisco Etchenique (batería) e Iván Krisman (bajo). Además, al escenario se subirán varios invitados –algunos, compinches de todas las horas de Darnauchans–.

En la fecha exacta de su nacimiento, el miércoles 15, en la sala Zitarrosa se hará otro homenaje –con entrada libre–, que tendrá de todo. Por ejemplo, habrá una escucha en público del disco Canciones de amor, que acaba de editar en vinilo el sello Little Butterfly Records, tomando una grabación en vivo del cantautor en el teatro Solís, del 11 de noviembre de 1992.

Además, se proyectará una versión condensada y mejorada del documental Sin / CON DARNO, de Marita Fornaro y Víctor Cunha. Luego, Sylvia Meyer, que compartió escenario con Darnauchans desde 1987, interpretará canciones del músico.

Testimonios

Fernando Cabrera será uno de los que celebrarán a Darnachans el viernes. Coetáneo de Darnauchans, compartió con él escenarios y grabaciones, de las que el disco Ámbitos es una gran muestra. Cabrera cuenta que cuando estaba en los últimos años de bachillerato conoció algunas canciones de los dos primeros discos de Darnauchans, por escucharlas en la radio, y recuerda sobre todo “Canción 2 de San Gregorio” y “Milonga de Manuel Flores”.

“Me impresionó, porque había un tipo que se animaba a hacer esos materiales tan extraños, tanto sea melódico como letrístico, y aun así conseguía que un sello discográfico se interesara en él, le grabara un disco y luego lo pasaran por la radio. Me pareció asombroso, me dio un empuje para las canciones que yo estaba empezando a pergeñar”, recuerda Cabrera.

Más adelante, en 1978, cuando salió Sansueña, el tercer disco de Darnauchans, Cabrera lo recibió de regalo para su cumpleaños y “alucinó” porque allí encontró “fórmulas aplicables” a lo que ya estaba componiendo. Y se dio cuenta de que el Darno y Jorge Galemire “estaban haciendo una muy buena utilización de ciertos aspectos del pop y del rock para elaborar un cancionero uruguayo, nuestro”. Así las cosas, tomó nota, “muy atentamente”.

Cabrera recuerda que poco después, en 1979, tuvo la suerte de conocer a Darnauchans y de inmediato se desarrolló un afecto entre ambos. Pasado un año, recibió lo que para él fue uno de los honores “más grandes” de su vida musical: el Darno le ofreció encargarse de cinco arreglos de canciones de su siguiente disco, que a la postre sería Zurcidor (1981).

“Para mí fue una alegría y un orgullo que él confiara en alguien tan desconocido y nuevo como yo nada menos que cinco temas de su nuevo disco. Fue una experiencia incanjeable”, recuerda. Entre las canciones que arregló Cabrera –y en la que también tocó la guitarra– está nada menos que “Pago”, una de las más grandes de Darnauchans, dedicada a su padre: “Yo le debía esta canción, doctor, / yo le debía esta canción a usted. / Yo le debía esta canción, doctor, / guárdela dentro de su maletín”.

La cantante y compositora Rossana Taddei también participará en el homenaje en el Solís. Recuerda que Darnauchans siempre andaba en la vuelta, y una noche, cuando ella recién arrancaba a presentarse en vivo, con su hermano Claudio, se le acercó el legendario cantautor y le pasó un pique sobre la jirafa y el micrófono, casi como una lección para incorporarla a la escena. “Cosas que en esa época eran gestos de generosidad de un músico a otro, cuando recién estás empezando; viene tu referente y te pasa una enseñanza”, señala Taddei.

La cantante cuenta que cuando empezó a interpretar alguna de las canciones del Darno comprendió las claves de su estilo, como “el registro tan amplio, los saltos de un lugar al otro, sus modismos y sus consonantes largas, como cosa única, un sello de él”. “Siempre que me meto con una nueva canción del Darno aprendo un montón de cosas relacionadas con la melodía, con cómo colocar la voz, y eso sólo se puede vivenciar tratando de hacer eso que hacía él. Es ahí donde se entiende la riqueza de su forma de manejar la voz”, subraya.

Alberto Mandrake Wolf será otro de los invitados en el Solís y destaca a Darnauchans como “un gran melodista”. En cuanto a sus letras, recuerda que al principio musicalizaba a otros poetas y de a poco empezó a escribir. “Su lírica siempre la asocié a una parte de la vida, que es la muerte; está muy presente en sus letras y no es tan fácil hallar eso, él tenía ese feeling con la última parte de nuestra existencia. Pero, a pesar de todo, por las veces que hablé con él, era una persona muy cálida, afable y educada, y con muy buen sentido del humor; aunque no parezca, era un tipo muy divertido”, dice Mandrake.

El cancionero que faltaba

El Taller Uruguayo de Música Popular (TUMP) editó entre 1996 y 2002 una serie de cancioneros para guitarra, coordinada por Guillermo Lamolle, Ney Peraza y Guilherme de Alencar Pinto, que son indispensables para el acervo de la música uruguaya. Se trata de librillos con letras, diagramas de acordes, esquemas de mano derecha, tablaturas y partituras dedicadas a un cantautor o a un género particular, siempre con un repertorio que intenta ser representativo, y de yapa incluye comentarios de los autores de las canciones –muchos de ellos, tomados especialmente para la serie–. En aquellos años se editaron volúmenes dedicados a Eduardo Mateo, Jaime Roos, Cabrera, Alfredo Zitarrosa, Los Olimareños y Jorge Drexler, pero faltaba uno dedicado a Darnauchans.

Por estos días acaba de saldarse la deuda y se editó el cancionero del TUMP de Eduardo Darnauchans. Según se puede leer en su introducción, el cancionero se empezó a hacer en 2005, con el aval y la cooperación de Darnauchans, que llegó a brindar una primera entrevista con comentarios originales para ser incluidos, pero el proyecto se fue dilatando, y luego, con la muerte del músico, se truncó aún más. En 2019, por fin se empezó a hacer carne, cuando el músico y gestor cultural Martín Laco consiguió la financiación para terminar el proyecto y se encargó de su producción, con los 70 años del nacimiento de Darnauchans como fecha límite para su publicación. El libro incluye 31 canciones y están las más representativas de su obra, como “Balada para una mujer flaca”, “Cápsulas”, “Desconsolados 2”, “El instrumento”, “La noche está muy oscura” y “Pago”, entra otras tantas y geniales.

Darno 70, este viernes a las 20.30 en el teatro Solis. Entradas desde $ 700 a $ 1.500 en Tickantel.

70º aniversario Darnauchans el miércoles 15 desde las 19.30 en la sala Zitarrosa. Entrada libre.

Tres libros guía

Por estos días también aparecieron dos reediciones de material biográfico, a las que se puede sumar un testimonio sobre uno de los discos fundamentales del tacueremboense.

  • Darnauchans: entre el cuervo y el ángel es la biografía del músico editada originalmente en 2012 por el sello discográfico Perro Andaluz y ahora reeditada y ampliada gracias al apoyo de la Intendencia de Montevideo. El trabajo de Marcelo Rodríguez Arcidíaco es intensivo: además de entrevistas con Darnauchans y con personas cercanas, repasa un nutrido archivo de prensa en estricto orden cronológico, con abundancia de detalles. Entre ellos hay detalles gráficos llamativos, como la reproducción de algunas “transcripciones fonéticas” de versiones en inglés y pasajes sencillamente conmovedores, como la descripción que hace el músico de la reacción de su padre cuando le canta “Pago”, el tema que hizo para él.

Los textos escritos por Víctor Cunha, Macunaíma y Chichila Irazábal, primera esposa del músico, son en sí mismos documentos imprescindibles. Entre los pasajes agregados en 2023 hay un epílogo con las impresiones de varios músicos jóvenes sobre el impacto de la obra de Darnauchans en sus propias carreras.

  • Conversaciones con Eduardo Darnauchans: memorias de un trovador, de Nelson Díaz, es el producto de 22 horas de charlas con el periodista y escritor, que además fue su amigo y mánager durante parte de la década de 1990. Especie de “autobiografía guiada”, la historia está ordenada en etapas lógicas (infancia, juventud, hitos musicales). Es especialmente impactante conocer en las palabras del músico la descripción de los problemas de salud mental que lo aquejaron en buena parte de su carrera, así como el daño que le hizo la censura militar. Incluye textos de Alicia Migdal, de Coriún Aharonian y del poeta Eduardo Milán. El libro fue publicado en 2008 y reaparece ahora de la mano de Ediciones B.

  • Por su parte, Zurcidor, aparecido en 2021 como parte de la colección Discos del sello Estuario, es una colección de impresiones personales a cargo del artista visual Fidel Sclavo, que fue responsable de la tapa de ese y de varios álbumes posteriores de Darnauchans y comparte así su cercanía con el músico.