La banda duraznense vuelve a reencontrarse a 30 años de su nacimiento y luego de 11 de su aparente disolución. En realidad, según sus integrantes, Graffolitas nunca dejó de existir, y su alejamiento de los escenarios no fue una decisión racional, sino que se dio naturalmente. Son graffolitos para siempre, dicen.

El reencuentro comenzó con una tan emotiva como alegre presentación en el Durazno Rock (especie de continuación del Pilsen Rock de hace década y media) el 18 de noviembre y continúa el jueves 30 en Sala del Museo.

Graffolitas, integrada por Claudio Cope Piquinela en voz, Nicolás Bessonart y Robert Chavo Chavat en guitarras, Gonzalo Pombo en bajo y Roberto Tito Colina en batería, tuvo gran auge en la escena del rock en la segunda mitad de los años 90 y fundamentalmente en la primera década de los 2000, cuando se volvió parte de la banda sonora de muchos y de la gran mayoría de los duraznenses.

“Volvimos a juntarnos en una sala de ensayo después de 11 años sin tocar y sentimos una sensación como que no había pasado el tiempo. Fue algo extraño, que nos dejó muy conmovidos y a la vez muy felices”, afirman ahora.

Dos de sus integrantes ya no residen en el país: Cope está en Barcelona y Pombo en Rosario, Argentina. Para ellos, el reencuentro hace resurgir cuestiones que van más allá de lo musical. Expresan que esta reunión destapó cosas bloqueadas en sus vidas, y de alguna manera la sienten “como un despertar, como un nuevo renacer que sacude la cabeza y el corazón”.

Cuando comenzaron con la banda estaban en otro momento de su vida: “Éramos como gurises chicos jugando con una pelota nueva”, cuentan. El reencuentro con el público en el Durazno Rock movilizó fibras internas no sólo en la banda, sino también en el público.

“Nos llama la atención el reconocimiento que estamos teniendo de mucha gente que se movilizó desinteresadamente en diferentes ámbitos. Vemos que consideran que este reencuentro es algo importante, y sinceramente no lo esperábamos, sobre todo por aquello de que nadie es profeta en su tierra, y ahora estamos sintiendo un cariño enorme y muy especial”, coinciden los de la banda.

A partir de la noticia del reencuentro surgieron iniciativas de personas cercanas que para los Graffolitas “son parte de la banda”. Una productora les ofreció filmar y registrar el toque del jueves 30 en Sala del Museo, y un equipo de realizadores duraznenses comenzó el rodaje de lo que será un documental sobre la historia de la banda.

Graffolitas surgió en Durazno en 1993 y, luego de un par de años de actividad a nivel local, comenzó un periplo de presentaciones cada vez más intenso en boliches de Montevideo, teniendo como principal epicentro en aquellos años el hoy extinto pub Amarcord. Participaron en el Pilsen Rock de la ciudad de Durazno en casi todas sus ediciones, enfrentándose a un increíble número de espectadores que fue creciendo en cada uno de los regresos del festival: de 50.000 personas en la primera edición de 2003 hasta cerca de 150.000 en la realizada en 2006.

En 2004, Graffolitas fue parte del recital contra el ALCA realizado en Montevideo en noviembre de 2004. En abril habían sido invitados por La Vela Puerca para acompañarlos en un recital organizado por ellos en Buenos Aires. Escenarios emblemáticos como el Teatro de Verano, el Velódromo Municipal y la Estación Central de AFE, entre otros, fueron parte de su recorrido, así como diversos locales del interior del país.

En noviembre de 2007 la banda fue invitada para abrir el show que brindó la banda navarra Marea en el boliche DoS. Además, fueron teloneros de bandas de renombre internacional como los españoles Reincidentes y los argentinos Attaque 77.

La discografía de la banda está conformada por cuatro discos: Graffolitas Banda (producción independiente, 2000), PobreS.A. (Koala, 2004), Mutuatatú (Montevideo Music Group, 2007) y El lenguaje de las flores (Montevideo Music Group, 2011). A ellos pronto se sumará otro, producto del entusiasmo del reencuentro.

Tienen previsto regrabar algunos temas viejos y, muy especialmente, grabar un tema inédito que han venido componiendo a la distancia desde que vislumbraron que el gusano que dormía desde hace 11 años empezó a moverse con ganas de despertar.

Graffolitas, el jueves a las 20.30 en Sala del Museo. Entradas a $ 600 en Redtickets.