El texto que acompaña la exposición es contundente: “Tras la llegada de los conquistadores, las poblaciones, culturas y paisajes nativos pre-existentes en nuestro continente fueron desplazados dramáticamente por un modelo hegemónico, blanco y extractivista”. Para la muestra Paisajes Culturales: Monte Nativo se pone el acento en estos cambios, que se abordan desde el arte, con obras pertenecientes al acervo del museo, a las que se suman creaciones de artistas invitados.

Según la directora del Museo Histórico Cabildo, Rosana Carrete, la exposición “aborda la conservación, no sólo del monte nativo, sino de otros biomas amenazados, incluyendo los cursos de agua”. Y así apunta también al hoy, donde nuevos modelos productivos continúan las transformaciones negativas: “No es casual que sólo un 5% de la población de nuestro país habite en el campo, ni que las consecuencias del deterioro de los ecosistemas lleguen hasta la ciudad”.

En su rol como curadora de esta muestra, Carrete detalla que quiso plasmar el vínculo que hay entre paisaje y población. Las obras del acervo del Museo Cabildo y de otros que aportaron piezas, como el Museo Nacional de Historia Natural y el Museo Zoológico Dámaso Antonio Larrañaga, sumadas a las de los artistas convocados, crearon una línea: “debían seguir la evolución histórica y transformación de estos paisajes, a lo largo del tiempo y del espacio, invitando a una experiencia sensible y significativa”.

Entre cantos de pájaros, animales autóctonos embalsamados, mapas amarillentos e imágenes detalladas de gauchos y de la vida en campaña, impresiona un amplio cuadro de Juan Carlos Figari con personajes casi sin rostro, difusos como a través de un vidrio esmerilado, que bailan mientras el monte parece inundarlos. Otro cuadro del mismo autor incomoda y asombra con un azul que se aproxima al turquesa, árboles rojizos que se elevan como figuras amenazantes y la luna llena reflejada en un charco.

En la muestra el monte aparece seccionado. Se piensa el todo, pero también cada parte: sus sonidos, sus habitantes, plantas, minerales y animales. Más allá de ver al hombre versus la naturaleza, la exposición permite pensar nuestra historia de conquistadores heroicos, los costos que implicaron y la incidencia de la tecnología. Los artistas invitados apelan al monte en lo que representan, pero también desde los materiales que utilizan y cómo interactúan con el espacio.

Las entrañas del monte

En Zzzabala, de Martín Verges, se repite la figura de un hombre con vestimenta de época que asumimos que se trata de Bruno Mauricio de Zabala, fundador de Montevideo, cuya imagen reconocemos por los populares caramelos. En el segundo cuadro que vemos se mezclan las texturas de materiales como la tierra y la yema de huevo, que le da un intenso color amarillo a la corona y el vientre de algunos pájaros. En medio de una vorágine en tonos de gris se distinguen, también, manos, ojos y espinas. Lo demás toma una forma abstracta compuesta por una variedad de trazos. Una confusión que invita a mirar con detenimiento.

Hay otras imágenes más figurativas, donde el personaje de Zabala aparece junto a un árbol vigoroso, formado por una multiplicidad de trazos, como pintado por alguien sin pulso. Otros segmentos están creados con tierra, donde la madera parece estar pudriéndose, mientras detrás las nubes se deshacen en el cielo como si fueran manchas de aceite en el agua. La aparición de la figura histórica de Zabala junto a los árboles y la utilización de materiales naturales dan una idea de la aproximación del artista al planteo propuesto sobre el monte nativo.

Con imágenes que recuerdan a los más extendidos cianotipos, el fotógrafo Federico Ruiz Santesteban completa una buena porción de la sala con fotos de hojas, reveladas utilizando tierra negra y agua de lluvia recogidas en el monte. Se pueden distinguir los detalles en cada una de ellas: hay hojas delgadas, otras que toman forma hacia los costados, algunas que se estiran a lo largo como vértebras en una columna. Se suman otras mínimas, redondeadas, gordas o espigadas. Hay decenas. Lo que muestra una variedad que lleva a pensar en esa biodiversidad que se pierde cuando desaparece el monte.

En un video se ve el proceso de revelado que utiliza el fotógrafo. Hace tiempo que Ruiz Santesteban emplea métodos alternativos para crear sus imágenes. En otras oportunidades utilizó agua de mar para revelar fotografías de playa o plasmó la cara de su hijo en las hojas de plantas de su jardín. Siempre con una propuesta donde la materialidad de la foto está directamente vinculada con lo que ella refleja y apelando a la naturaleza, evitando los químicos nocivos, lo que va en sintonía con una propuesta curatorial que apunta por la preservación.

El planteo de Rosana Greciet tiene una cualidad inmersiva. Sobre una serie de telas se proyectan imágenes de un monte. Allí vemos hojas y sombras de árboles, con fragmentos de luz que se cuelan entre las ramas. Por la distancia que hay entre las telas, el monte parece rodearnos. Frente a ellas, otra serie de telas, esta vez con caras de rasgos indígenas. Detrás, un amplio espejo refleja la instalación y a su visitante. Se acompaña con palabras que hablan de un pasado y un presente que conviven. La idea de los pueblos originarios desplazados junto con los paisajes en los que habitan resuena fuerte, mientras se traza una continuidad, una conexión con las raíces que también forman parte de nuestra identidad.

En la instalación de Lourdes Silva las imágenes están entramadas con frases poéticas. Hay libros de geología, recortes de diarios, fotografías donde las caras se esconden detrás de la piedra. En el medio, cerca del suelo, un pedazo de roca sostenido por cuerdas que bajan desde el techo; el punto al que van todas las miradas, dentro de su instalación y de toda la sala. Lleva a detenerse en sus marcas y textura rugosa. La roca y su materialidad es abordada de distintas formas: la vemos en la sala, pero también en fotos, videos, reflejada en espejos o pintada. De esta manera, permite pensar el espacio amenazado, habitar ese lugar y sus formas de representarlo, mientras se pregunta “¿De qué se trataba lo nativo?”.

Paisajes Culturales: Monte Nativo, en el Museo Histórico Cabildo (Juan Carlos Gómez 1362).De lunes a viernes de 12.00 a 17.45 h. Los sábados y feriados laborables de 11.00 a 17.00. Entrada gratuita.