El jueves el Ballet Nacional del Sodre (BNS), bajo la dirección de María Riccetto, estrenará La bella durmiente. Con música de Piotr Ilich Tchaikovsky, esta versión es una reposición de Mario Galizzi, basada en la coreografía original de Marius Petipa. El vestuario fue creado por la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada y la escenografía es de Hugo Millán. En las funciones en el Auditorio Nacional Adela Reta el BNS estará acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional del Sodre.

La bella durmiente es una de las historias clásicas más antiguas: la primera versión conocida se encuentra en el romance en prosa Perceforest, escrito entre 1330 y 1344. Fue Charles Perrault quien adaptó la última versión, de 1634, y en 1667 la publicó con el título con el que la conocemos hoy. En 1812 los hermanos Grimm publicaron una nueva versión, y el ballet cobró vida en la Rusia imperial. La primera representación tuvo lugar el 15 de enero de 1890 en el teatro Mariinski de San Petersburgo, con coreografía de Petipa y música de Tchaikovsky.

Clasificable como “cuento de hadas”, el relato está estructurado en prólogo y tres actos y aborda la historia de la princesa Aurora, hija del rey Florestán y su esposa. Para la celebración del bautismo de su hija, los reyes invitan a todas las hadas, olvidando a la malvada Carabosse, quien, disgustada, concurre a la celebración y lanza una maldición a la princesa: al cumplir 16 años se pinchará con una aguja y morirá. Se desata entonces el conflicto eterno entre las fuerzas del bien y del mal. El hada Lila interviene y, aunque no puede deshacer la maldición, la modifica permitiendo un apacible sueño de 100 años a la princesa en lugar de la muerte: ella sólo se despertará con el beso de un apuesto príncipe.

En la versión del BNS el público podrá disfrutar en el papel de Carabosse a la primera bailarina Rosina Gil, quien en diálogo con la diaria dijo sobre su personaje: “Para mí ella está resentida. No es tan mala, está con rabia, se burla de las otras hadas. Me animo a hacer caras, a imitarlas de forma burlona. Me gusta esto de ser bruja. Mi Carabosse se divierte mucho, la pasa bien, se ríe de todos viendo ese miedo que despiertan sus predicciones: la bruja, ese estigma de una mujer que sabe más. Yo soy muy cuestionadora, muy temperamental, entonces siento que cuando me dan un papel que puede jugar y salir de la norma me encanta, tengo libertad de indagar, de buscar y proponer cosas. Este personaje puede ser una bruja más mala, más poderosa, más irónica, más satírica; en cambio, Aurora te restringe más en el personaje”.

Rosina Gil

Egresada de la Escuela Nacional de Danza en el año 2000, con 16 años, Gil entró al Sodre bajo la dirección del maestro Eduardo Ramírez. Viajó a Paraguay como primera bailarina junior y dos años después se fue a España. En 2010 volvió bajo la dirección de Julio Bocca, quien la promovió a primera bailarina. En 2015 se integró a la compañía de Déborah Colker. En 2018 ingresó al Cirque du Soleil, siendo la primera uruguaya en formar parte de su elenco. En 2021 volvió a integrarse al BNS como primera bailarina.

En cuanto al desafío técnico, Gil comentó: “Es muy clásico, muy exigido, muy aeróbico. Primero, abre el espectáculo y eso me encanta; se abre el telón y está Carabosse en un porté y eso me fascina. Cuando lo ensayé por primera vez en el escenario, explotaba de euforia. Tiene muchos saltos, es muy rápido, la música es muy rápida y hay mucha coreografía; nunca podés bajar el motor, estás todo el tiempo arriba. Todo el ballet es difícil, estamos muy exigidos, es muy desafiante para toda la compañía, pero al mismo tiempo estamos contentos de poder hacerlo. Después de la pandemia, cada ballet clásico ha sido tremendo logro, porque volver a estar en forma fue difícil para el físico. Ahora sentimos que pasó y estamos fuertes de vuelta”.

Esta versión de La bella durmiente tiene una estética muy particular, tanto en el vestuario como en la escenografía. Al respecto, Gil opinó: “Para mí es un acto rebelde; en un ballet con todas esas líneas clásicas muy difíciles, traer algo nuevo es una propuesta valiente, encantadora. Colores flúo, pelotas... el ballet siempre es muy estilizado, entonces ver una figura redonda genera sorpresa o confusión. La combinación con la escenografía es una obra de arte de vanguardia. Es un elemento rupturista en un ballet muy clásico, que no cambia ni su historia ni la coreografía. Incluso para los bailarines fue una revolución: abrir cabezas, conceptos. Creo que esa es una característica de lo que quiere Ágatha Ruiz de la Prada siempre, en sus colecciones, en sus perfumes. No la conocí, pero me hubiera gustado. Esa gente que tiene el valor de ser diferente, de arriesgarse a la crítica, me encanta”.

La bella durmiente, por el BNS. Sala Fabini del Auditorio Nacional Adela Reta del 8 al 21 de junio. Entradas desde $ 100 por Tickantel y en la boletería de la sala. Roles principales: Aurora: Nadia Mara, Mel Oliveira, Gabriella Delgado, Yasmin Lomondo. Desireé: Ciro Tamayo, Sergio Muzzio, Maynard Miranda. Carabosse: Rosina Gil, Gabriela Flecha, Vanessa Fleita, Malena Samperez, Rocío Bazerque. Hada Lila: Gabriela Flecha, Lucía Giménez, Alfonsina González.