Si en pleno invierno, o en cualquier otro momento del año que no sea febrero, un grupo de cantores puede vender entradas con la promesa de unas cuantas canciones de murga y algunos tangos, es por culpa de Los Mareados.
Después de que terminó el concurso de carnaval de 1992, varios murguistas hicieron lo de siempre: aguantarse hasta el año siguiente y juntarse, una vez cada tanto, para despuntar el vicio. Alguno de ellos hizo saber del descontento, del aburrimiento que supone tener que esperar una fecha en el calendario por tradición, nada más y nada menos.
Lejos de los ensayos, se empezaron a juntar para cantar con un amplio repertorio de recuerdos y muchas ganas. Primero, en la que denominan como una etapa “amateur”, se presentaron en cumpleaños y casamientos, en cantinas y clubes de bochas. Luego, Jaime Roos, otro gran culpable del fenómeno, se llevó a unos cuantos de ellos de gira y hasta los puso en sus discos y videoclips –como el de “Amor profundo”–, y ya no fue tan raro que también sonaran junto a una banda de rock –mucho menos después de grabar el coro de “Clara”, de No Te Va Gustar–.
De aquellos comienzos Los Mareados recuerdan otros dos mojones: una actuación en el Festival Internacional del Tango en La Falda, Córdoba, y otra en la Cumbre Iberoamericana del Tango en Montevideo.
A su primer disco le pusieron Por una cabeza. Ahí están buena parte de su repertorio de madrugadas y los cimientos de su estilo: “Yira yira”, “Chorra”, “Bandoneón arrabalero” y varias retiradas, entre ellas, la de La Nueva Milonga del 54; todas las canciones, sin excepción, con bombo, platillo y redoblante, y un coro contundente que con los años encontró lugar y confianza para los boleros y las composiciones propias.
“Para formar parte de este grupo hay que conocer el género de la murga y el tango, que son los que le dieron origen a Los Mareados”, dice Pablo Riquero, cantante y arreglador del grupo. “Para cantar en este coro tenés que entender cómo funcionan la armonía y los timbres de las voces, cuáles versiones pueden funcionar y cuáles no, pero lo más importante de todo son las ganas de seguir cantando y encontrándose con esta barra. Eso nunca se pierde”, asegura.
Hoy, 30 años después de aquel inicio improvisado y sin pretensiones, estos cantores y músicos se visten de traje y corbata, afinan mucho más de lo que podría necesitar una murga con intenciones de primeros premios y cantan “Eleanor Rigby”, de The Beatles, que se puede escuchar en la grabación de su cuarto álbum, Los Mareados en vivo en el Solís (2016).
Su último LP se llama Seguimos continuando (2021) y es el más cargado de composiciones originales. El grupo mantiene sus raíces sonoras de murga y tango, suma el folclore de tierra adentro y se extiende en el relato de sus propias historias de barrio y nostalgia. Ahí están, entre otras, “La globa pinchada”, “Montevideo fugaz” y “Lo que nos queda”, una lúcida reflexión sobre la vida, la muerte y “el misterio de la música”, compuesta por Emiliano Muñoz y Guillermo Lamolle.
“Cuando empezás a percibir más tiempo atrás que por venir, / cuando la vida te pregunta si en verdad vas a seguir / quemándote con tantas cosas que se juntan / y te preocupa lo que queda por decir”, se escucha al comienzo de la canción que este año se volvió a estrenar en una versión junto a Ruben Rada y Larbanois & Carrero.
Los Mareados preparan su próximo show en el Sodre como un gran festejo de cumpleaños con muchos invitados. “La formación del grupo ha cambiado un poco en relación con los últimos años, aunque seguimos siendo seis cantantes y tres en la batería”, cuenta Riquero, que anuncia un plantel con Emiliano Muñoz, Federico Glison, Rafael Bruzzone, Pedro Takorian y Darío Prieto en el coro, más Feffy Bessio, Andrés Lijtmaer y Adrián Salina en batería.
Además, participarán en el espectáculo otros mareados, como Ney Peraza, Freddy Zurdo Bessio, Daniel Rosas, Leo Carbajal, Ricardo Villalba, Pablo Fontes y los invitados especiales Ruben Rada, Larbanois & Carrero y Hugo Fattoruso.
“El repertorio va a tener gratas sorpresas que venimos preparando desde hace tiempo”, adelanta el músico. “Se escucharán las canciones de siempre, las más conocidas y algunas nuevas”. Para Riquero, arreglar un coro de profesionales “hace las cosas más fáciles”. “Estamos hablando de cantores de alto nivel que llevan mucho tiempo juntos y que además tienen muy buen gusto. El conocimiento que tenemos entre nosotros permite que todo se haga con mayor disfrute”, asegura.
“Somos parte de este adiós, / unos viejos locos aguantando el mostrador. / Siempre habrá una excusa pa' poder estar, / tantos motivos para cantar; / llevo en mi equipaje, la razón y mi anecdotario en el corazón. / Siempre habrá una excusa pa' poder estar / contra el destino, mano a mano, en el final”, cantan en el final de “Lo que nos queda”.
Los Mareados en vivo, domingo 13 a las 21.00 en el Auditorio Nacional Adela Reta (Mercedes 823). Entradas desde $ 600 a $ 1.200 en Tickantel.