La huelga doble de actores y guionistas de Hollywood continúa, y de ambos lados del piquete se sienten las consecuencias. Organizaciones sin fines de lucro que luchan contra la crisis de inseguridad alimentaria afirmaron a The Hollywood Reporter que cada vez más trabajadores de la industria del entretenimiento están teniendo problemas para tener una alimentación digna.

El conflicto que sostienen contra la poderosa Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP, por sus iniciales en inglés) provocó una “emergencia humanitaria” que no solamente afecta a los miembros sindicales en huelga sino a toda la comunidad. El Banco de Alimentos de Los Ángeles, que busca cubrir las necesidades en todo el condado, registró un aumento del 9% en la distribución, atribuido en gran parte al impacto de la huelga.

“Esto está pasando justo después de la pandemia, que había terminado con los ahorros de muchas personas. Así que la carga financiera cayó sobre personas que ya estaban agotadas”, dijo Keith McNutt, director ejecutivo del Fondo para la Comunidad del Entretenimiento, organización benéfica que hasta el fin de julio había distribuido tres millones de dólares a más de 1.500 trabajadores. Pasaron de 50 subvenciones semanales a 50 solicitudes diarias.

En este marco, fueron fundamentales las donaciones de referentes de la industria como Seth McFarlane, quien aportó un millón de dólares al fondo, elevando a 6,3 millones el monto total reunido por unas 7.500 personas desde mayo. Esto se suma a colectas de alimentos que otros gremios organizaron para sus colegas de la actuación.

El panorama de los estudios es diferente. Tanto, que los ejecutivos de Warner Bros Discovery afirmaron que la paralización de las actividades reportó ganancias de alrededor de 100 millones de dólares, contó Variety. En las redes sociales esta noticia fue comparada con la de una persona que festeja lo que está ahorrando en combustible debido a que chocó su automóvil.

Durante el reporte de actividades, el CEO del estudio, David Zaslav, fue más conciliador. “Estamos en el negocio de contar historias”, dijo. “No podemos hacerlo sin la totalidad de la gran industria creativa. Sin los guionistas, directores, editores, productores, actores, todo el equipo. Nuestro trabajo es permitir que ellos hagan su mejor trabajo, y tenemos la esperanza de que todas las partes regresen a la mesa de negociaciones para que estas huelgas se resuelvan de modo que guionistas y actores sientan que son compensados en forma justa, y que sus esfuerzos y contribuciones son completamente valorados”.

En los últimos días hubo un primer intento de retomar las negociaciones por parte de la AMPTP con el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA, por sus iniciales en inglés). Desde la WGA consideraron las charlas, que se dieron sobre el final de la semana pasada, como “un único y muy preliminar paso”. Un integrante del sindicato que no quiso identificarse hizo una comparación muy personal: “Es como si mi ex, de la que me separé hace un año, llamara a las 4.00 a preguntarme si ya la extraño. Pasaron más de 90 días, parece ser el momento adecuado de asomar la cabeza y ver si estamos dispuestos a ceder ante alguna propuesta”. Pero anticipó que no lo harán. “Así que espero que estén listos para eso”.

¡Extra! ¡Extra!

Los actores y actrices que intercambian parlamentos bien cerca de la cámara se roban las miradas, pero ¿alguien puede pensar en los extras? Los figurantes, que cobran un arancel determinado por SAG-AFTRA de 187 dólares por jornada de trabajo están viendo en carne propia cómo son sustituidos por figuras digitales. Si bien es cierto que las multitudes generadas por computadora existen desde hace tiempo, ahora los estudios intentan reemplazarlos con el máximo cinismo posible.

Alexandria Rubalcaba contó a NPR que luego de cuatro semanas como extra en la serie WandaVision, la llevaron a un tráiler junto a docenas de otros figurantes, y uno por uno les pidieron que se colocaran frente a una serie de cámaras de video, con instrucciones como: “Mirá para este lado. Mirá para el otro lado. Dejanos ver tu cara de susto. Dejanos ver tu cara de sorpresa”.

Después de 15 minutos de escaneo facial y corporal, los empleados de Disney crearon réplicas digitales de cada uno de ellos. Les dijeron que serían usadas en futuras producciones, aunque no aclararon cuáles y no recibirán un solo dólar por ellas. “Temo que la inteligencia artificial elimine a todos los extras. Ya no vamos a servirles de nada”, reflexionó la actriz de 47 años.

Los estudios afirmaron que las réplicas digitales solamente se usarán en proyectos donde los extras hubieran sido contratados, mientras que un negociador del sindicato afirmó que esas réplicas podrían ser usadas “por el resto de la eternidad”. Mientras tanto, aquellos que apenas logran papeles de relleno temen que oponerse a esta práctica signifique el fin de sus oportunidades laborales.