El 26 de setiembre se inauguró la muestra 95 años de innovación cultural en el Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra del Sodre y fue unos de los paseos que se estrenaron durante el fin de semana de Día del Patrimonio. Se trata de una actividad que, más allá de los que ofrecen sus salas y elencos, busca insertar a la institución con la comunidad.
“La muestra surge de un impulso del Consejo Directivo que nos convocó hace meses. No había mucho presupuesto, pero sí había ganas de reconocer la fecha y festejar. Y se armó un equipito de trabajo junto a René López de Producción Técnica, Rosalía García, la coordinadora ejecutiva del Auditorio y María Emil Saldaña, directora de Comunicación. Empezamos a trabajar nosotras y en algún momento nos dimos cuenta de que necesitábamos sumar a alguien que hiciera la investigación histórica. Estuvimos pensando en nombres y fue Adela Dubra que propuso al periodista Rodrigo Guerra, que fue como la frutilla de la torta. Fue muy lindo trabajar con él, se sumó con muchísima pasión desde el principio y fue el equilibrio entre el adentro y el afuera”, dice Mayra Serra, directora técnica del Auditorio Nacional Adela Reta, además de diseñadora teatral y poeta.
La exhibición permite apreciar cómo, durante buena parte del siglo XX, el Sodre cumplía muchas funciones, en algunos casos, de forma exclusiva. “El Sodre es y ha sido enorme y tiene un valor cultural pero también patrimonial muy potente. Esta muestra se trata de la innovación, porque el Sodre fue muy innovador en sus orígenes. O, más bien, el Estado uruguayo lo fue, al instalar una radio y darse cuenta de que si tenía la tecnología para transmitir, tenía que generar el contenido y llegar a todo el país. Es increíble pensar que eso pasó en 1929 y que estamos en 2024 y seguimos haciéndolo”, afirma Serra.
La combinación de infraestructura y recursos humanos volvió al Sodre un “círculo perfecto”, según Serra: “Tiene sus elencos, sus salas, sus escenarios, sus talleres de producción, su escuela de formación artística, su equipo técnico estable, que es fundamental”.
Además, esos elencos salen por distintos puntos del país. “Es divino. Antes de cada gira, con el equipo de gestión territorial se da la misma discusión, porque tenemos que llegar a todos los departamentos. ¿Y cómo hacemos para llegar?”, cuenta la gestora, y destaca el trabajo conjunto con las autoridades departamentales: “Las intendencias hacen un esfuerzo muy grande también para que nosotros vayamos, y nos reciben superbien. Nosotros viajamos con un equipamiento técnico enorme, llegamos a los teatros y los ponemos a punto para dar la mejor presentación”.
En esas recorridas, los escenarios deben adaptarse a las posibilidades locales: “Me acuerdo de hacer gira en la época de Julio Bocca y bailar en gimnasios. En Bella Unión, en el cine. Los bailarines se movían en un espacio de cuatro metros por cinco. Intentamos reproducir el espectáculo original en cada lugar a donde vamos”, dice la directora.
Hasta mediados del siglo XX, el Sodre era, entre otras cosas, un centro de exhibición de cine de circulación no comercial, y cumplía una función similar a la que hoy desempeña su Sala B o instituciones como Cinemateca. “Me impactó mucho encontrarme con los programas de un ciclo de 1940 de cine experimental sueco. ¡Había un público para eso!”, cuenta Serra.
La sala de escucha de conciertos y la de radioteatro son puntos especiales de la muestra. Hay programas de actuaciones de Caruso, Stravinsky, Piazzola, entre otros. Además, se exhiben vestuarios en perchas que tal vez hayamos visto el cuerpo de una bailarina, y listas escritas a mano, con lapicera fuente, en las que constan la cantidad de entradas vendidas y devueltas, en tinta lila, con eximia caligrafía. “Ese documento es muy lindo de ver. La tecnología cambia pero la información que registramos, nosotros que somos un teatro, sigue siendo la misma”, comenta Serra.
Muchas de las actividades del Sodre, como esta muestra, son gratuitas, especialmente las dirigidas a escolares. “Lo hacemos una vez al año. Es increíble... aplauden donde no es y es genial. En setiembre abrimos el escenario grande, nunca lo habíamos hecho, para que las personas pudieran subirse a vivenciar lo que siente un artista durante la función y un fotógrafo les sacaba una foto que se llevaban para la casa. Unos padres con una niña subieron fascinados y la niña nos dijo: ‘se me ocurrió una idea para los festejos de los 100 años. Pueden hacer un concurso de obras de teatro, ustedes eligen una y la hace el Sodre con sus elencos’. Hermoso”.
Dentro de cinco años, el Sodre cumplirá ese siglo. Serra se imagina una mayor interacción entre la institución y el afuera, cerrar la calle y hacer un espectáculo al aire libre.
95 años de innovación cultural. De lunes a viernes de 11.00 a 17.00 en el Archivo Nacional de la Imagen y la Palabra (Sarandí 450). Entrada gratuita.