Entre este martes y el sábado, Cinemateca se pone rara. Esas fechas serán el marco de la primera edición oriental del Bazofi, el festival de rarezas en fílmico creado por Fabio Manes y Fernando Martín Peña en 2012, que se concentra en un cine que por su audacia temática o formal “ya no existe más”.
“Nos habían llamado de una sala muy cerca del Abasto, que en ese entonces era sede del Bafici, para programar ciclos todos los fines de semana”, recuerda Peña en conversación con la diaria. “Empezamos en febrero de 2012 y nos fue muy bien, y cuando se fue acercando la fecha del Bafici, en abril, dijimos: ‘Ahora no va a venir nadie’, porque estábamos muy cerca geográficamente”.
La decisión fue tirarse al abismo y “hacer un poco de escándalo”, al entender que no importaba lo que programaran, ya que calculaban que el público no se acercaría. Entonces decidieron programar lo más raro de su filmoteca. “No películas malas, sino raras. Películas inusuales, que queríamos dar y no podíamos porque, como no las conoce nadie, si las anunciás nadie vendría”, agrega Peña.
“Fue toda una movida elegir el material. Y alrededor de eso armamos una cáscara que fuese la parodia de un festival, podía ser el Bafici o el de Mar del Plata. Copiábamos la retórica del catálogo, las comunicaciones de prensa, todo eso. Y el nombre lo había inventado un periodista para referirse al Bafici indirectamente, me gustó y quedó. Nunca nos imaginamos que se iba a llenar de gente: lo promocionamos por las redes y fue un bombazo. Desde la primera hasta la última función se llenó de gente, fue una fiesta”, explica el programador.
Durante la charla hace especial énfasis en que no se trata de películas “bizarras”. “Cuando se habla despectivamente de las películas baratas me parece un poco injusto, porque el presupuesto nunca tuvo que ver con la calidad de un film. Por otro lado, las películas malas es sólo un chiste: que es mala. No aguantás una hora y media de una película mala si es mala. Por algo es mala. Lo que tratamos de hacer es elegir muy bien el material, y en el caso de la selección de Uruguay, que no tenga nada que ver con el cine del presente. No se hace más un cine como el que vamos a ver esta semana; no hay más películas así”.
Puso un par de ejemplos de este ciclo. “Imparable es una película comercial de Tony Scott, el hermano de Ridley Scott, que lo empezaron a valorar un poco desde que Tarantino dijo que era bueno. Siempre fue un tipo que se manejó con mucha solidez en las películas de acción analógica, en la época en la que para filmar un tren tenías que poner un tren de verdad. A él le gustaba filmar así”, explica. “Con lo digital muchas veces se emprolijan las películas hechas en animación con stop motion, hay una mezcla que ya no tiene una frontera precisa. Eso me lleva a querer ver de vuelta las películas de Jirí Trnka, que fue un maestro del cine de stop motion en los 40, en los 50, en los 60 en Checoslovaquia”.
“Desarrolló un arte extraordinario, totalmente apoyado en la pericia física del animador, con diseños de muñecos muy poco naturalistas; él quería que vos fueses consciente de que él estaba animando juguetes que cualquiera podría tener en su casa. Hoy lo digital te permite hacer eso de manera mucho más económica y sin ese talento. Acá es talento puro, una forma de arte que se ha perdido. Por eso está El príncipe Bajaja”.
No es la primera vez que el Bazofi sale de su ciudad de origen, pero sí la primera que llega a nuestro país. “Siempre que lo hacemos fuera de Buenos Aires es por propuesta del local. Salió la idea de hacer el Bazofi en Cinemateca con material de Cinemateca. Yo llevo alguna cosa, pero el grueso son cosas que Cinemateca pasa muy poco o nada desde hace muchísimos años. Por eso se aplica también lo de rarezas: son cosas que están allí y medio que pasaban desapercibidas, y las rescatamos para que se puedan volver a ver en el marco del Bazofi”.
Peña define como “fantástica” la relación con Cinemateca. “Estoy muy contento con ir con cierta frecuencia y hacer ciclos, que es recuperar algo que yo hago desde los 90. En época de Manuel Martínez Carril hicimos muchas cosas juntos: él me llevaba y yo armaba un ciclo, por ejemplo, de Samuel Fuller, John Ford, Buster Keaton, combinando materiales que él conseguía en Uruguay con los que llevaba yo de Buenos Aires”, recuerda. “Cinemateca se reinventó tras la partida y la muerte de Manuel, y me encanta poder retomar este vínculo”.
En cuanto al presente de la exhibición de cine en Argentina, Peña opina: “Tenemos una crisis económica brutal y la asistencia a las salas bajó un 40 y pico por ciento con relación al año pasado”, se lamenta. “El cine alternativo se mantiene, ahí no sólo perdimos, sino que hemos aumentado el público. Entonces, ha bajado el cine comercial, pero el cine del que estamos hablando no bajó, creo que hay mucho deseo de encontrarse y presentar una suerte de batalla pasiva frente a lo que está ocurriendo”.
Bazofi Oriental, del martes 22 al sábado 26 de octubre. Más información y cartelera completa en cinemateca.org.uy.