La ceremonia de los Premios Grammy 2024 tuvo la peculiaridad de contar con una abrumadora mayoría de nominadas en las principales categorías. En medio de discusiones por cuotas femeninas en festivales y eventos a nivel mundial, figuras reconocidas como Miley Cyrus, Taylor Swift y Billie Eilish se fueron a casa con estatuillas, mientras que en la escena musical alternativa suenan fuerte otros nombres como referentes de una nueva ola experimental independiente.
Aquí, un repaso de los trabajos más resistentes de algunas de esas artistas en ascenso.
The Record, de boygenius
El trío alternativo conformado por Phoebe Bridgers, Lucy Dacus y Julien Baker lanzó su primer material de larga duración en marzo de 2023. Lo precedía una amistad forjada sobre las comparaciones que sufrían como “mujeres del rock” y un EP homónimo de 2018 que no había recibido la repercusión esperada. Dos años después, en pleno auge de su disco Punisher, Bridgers envió un demo a sus compañeras, pidiendo el regreso del supergrupo. De ese acercamiento, una carpeta de archivos compartidos y un mes de intensas grabaciones en conjunto, nació The Record, la colección de canciones que expone una coincidencia entre las artistas mucho más fuerte que la experiencia femenina: el arte de contar historias.
El disco abre con “Without You Without Them”, compuesta por el trío e interpretada a capela, seguida por tres tracks de autoría individual. “$20” introduce la estética rockera de Baker, “Emily I’m Sorry” continúa la línea marcada por Punisher, con una Bridgers de cruda honestidad y voz distante que habla en primera persona para toda una generación con frases como “tengo 27 años y no sé quién soy”. “True Blue” es toda Dacus: una carta al amor en su característica cadencia. De esta forma, los primeros minutos de The Record evidencian la fórmula del éxito de boygenius: tres estilos diferentes que confluyen con excepcional armonía bajo el gran paraguas conocido como indie rock, potenciados en aquellas letras inspiradas en experiencias compartidas por sus integrantes.
El resto del álbum transcurre entre trabajo de equipo y escritura en solitario, construyendo un relato coral de amor, amistad y dudas. Dacus toma la pluma en “We’re in Love”, una balada fragmentada sobre la importancia de la amistad, y “Leonard Cohen”, disparada por un viaje en carretera de las boygenius y dedicada al mítico cantante folk, incluye una cita a su clásico “Anthem”.
Bridgers deja su impronta en “Revolution 0”, inspirada por el amor en tiempos de cuarentena, y “Letter to an Old Poet”, último track del disco, que cierra esta nueva obra referenciando a la anterior, con la interpolación de los aplausos del público en la presentación de “Me & My Dog”, del EP boygenius (2018). Al igual que en Punisher, Bridgers busca un contraste entre instrumentales pesados y narrativas cargadas de ansiedad.
Si bien la autoría es compartida entre las tres artistas, la influencia de Bridgers se destaca en cada acorde y frase de “Not Strong Enough”, la canción más aclamada del álbum, ganadora del Grammy a Mejor actuación y Mejor canción rock. De carácter folk, comienza siguiendo los pasos de Joni Mitchell para romper en un ritmo bailable que esconde versos de autodesprecio y soledad. El tema fue elegido por Barack Obama como parte de su playlist del verano 2023, mención que Dacus respondió llamándolo “criminal de guerra” en la red social X; un ejemplo claro de la postura contracultural y política de boygenius que ha servido de bocanada de aire fresco a la nueva generación del rock.
“Anti-Curse” tiene una mayor presencia de guitarras e introduce una batería más cercana al rock tradicional, indicadores de las raíces punk rock de Baker; línea musical que se mantiene en “Satanist”, que coquetea con influencias de los tempranos 2000 como Simple Plan o Sum 41. “Cool About It”, en tanto, utiliza el banjo y una interpolación de Simon & Garfunkel como recursos para relatar el desgaste de una relación en una balada atravesada por la lírica de Baker.
Poco después del lanzamiento de The Record, boygenius publicó The Rest, un EP de cuatro canciones que quedaron fuera del disco y sirven, de cierta manera, como un desenlace para esta etapa del grupo. Coincidentemente y a la par de obtener tres de los siete galardones a los que se encontraban nominadas en los Grammy, Bridgers, Baker y Dacus anunciaron una pausa en el proyecto para dedicarse a sus carreras solistas, poniendo freno a una meteórica carrera que incluyó una gira internacional, la portada de la revista Rolling Stone y la conducción del célebre programa de comedia Saturday Night Live, todo en poco más de un año.
The Land is Inhospitable and So Are We, de Mitski
La matriarca del slowcore sorprendió con un álbum íntimo, en el que expande los horizontes de su sonoridad entre coqueteos con la música country y la grandilocuencia orquestal. The Land... es el séptimo material de la cantautora nipoamericana, quien saltó a la fama la pasada década con títulos como Bury Me At Makeout Creek (2014), Puberty 2 (2016) y en particular Be the Cowboy (2018), fuertemente aclamado por la crítica, que multiplicó sus escuchas y la empujó al lado más brillante del foco público, un lugar que no se sentía lista para ocupar. Abrumada por la atención y tras una breve gira promocional, la artista decidió que Be the Cowboy sería su último disco por tiempo indefinido, y se apartó de los escenarios y las redes sociales.
Durante sus años de ausencia, la obra de Mitski continuó siendo reproducida y compartida, especialmente durante la pandemia, que la posicionó como una sensación de culto. Esto preparó el terreno para su regreso en 2022 con Laurel Hell, un álbum de synth-pop ochentero. Un año más tarde volvió a transformar la manera en que su arte es percibido, dejando atrás la experimentación electrónica para adentrarse en un sonido análogo y natural.
The Land... es el primer material que graba con banda completa y está fuertemente marcado por el sonido de Nashville, donde reside desde su retiro en 2019. Con la producción de Patrick Hyland, su histórico colaborador, la artista lleva el folk y el country a su propio cariz alternativo, dejando entrever influencias como la de Patti Smith, notoria en “Buffalo Replaced”.
En “The Deal”, Mitski vende su alma al diablo sin esperar nada a cambio, sólo para dejar atrás su vida. Inmediatamente después, los arreglos orquestales capitalizan “When Memories Snow”, mientras la cantautora reflexiona sobre su necesidad de apartarse del ojo público y hacer música en soledad. También hay canciones de amor, aunque siempre a través de una óptica nostálgica y agridulce. En “The Star”, Mitski relata la estela que dejó una relación, en tanto “I’m Your Man” expone el arrepentimiento de una mujer que no supo valorar a su pareja.
“My Love Mine All Mine” es el track principal del álbum, popularizado en redes como Tik Tok. En él, Mitski emparcha la crudeza de las demás letras del disco, ofreciendo dos minutos de pura dulzura para contrarrestar la decepción, crueldad y desolación que la caracterizan.
The Land... mantiene la infalible fórmula de canciones y álbumes breves, que Mitski atribuye a la poca atención que el público masivo dedica a las mujeres racializadas. Sin embargo, poco más de 30 minutos es suficiente para generar picos y mesetas de intensidad, en una épica sonora que la afianza como una de las artistas del momento.
The Good Witch, de Maisie Peters
También conocida como “la protegida de Ed Sheeran”, Maisie Peters es una de las voces femeninas europeas con mayor alcance en los últimos años. The Good Witch, su segundo disco, es una obra de coming of age que juega con el esoterismo para relatar la experiencia de una chica llegada a sus 20 en la era de la pandemia y las redes sociales, con las contradicciones que supuso la hiperconectividad en el aislamiento.
Con influencias que oscilan entre el pop punk y el soft rock, Peters confesó que quería generar con este álbum un impacto similar al logrado por Lorde con su disco Melodrama. Sin embargo, la neozelandesa apelaba al sentimiento de fin de fiesta y desolación, mientras que The Good Witch es más luminoso: una invitación en el instante previo a un gran momento. El resultado final está en sintonía con otros lanzamientos contemporáneos como Guts, de Olivia Rodrigo, o Emails I Can’t Send, de Sabrina Carpenter: ritmo bailable que deja lugar a las baladas y letras introspectivas con su toque justo de picardía. Estéticamente, el álbum es también actual, construyéndose sobre la temática esotérica de astros y tarot.
Con 15 canciones –seis más en la versión deluxe– Peters busca usar sus poderes para el bien, entregando un disco de ruptura fresco con el que es sencillo identificarse. Letras como “Body Better” abordan inseguridades comunes a chicas en su temprana juventud y abundan guiños a la cultura pop centennial, como las menciones a Michael Cera y el regreso de las cámaras analógicas.
“The Band And I” se aleja brevemente del desamor como temática para entregar una canción de carretera: la vida de gira junto a la banda a través de los ojos de una Peters de 21 años, vivencias que recolectó justo después del lanzamiento de You Signed Up For This, su primer álbum.
La despedida llega con “History of Man”, una pieza oscura en la que la artista traza un paralelismo entre sucesos históricos y su propia realidad. Con referencias a la Biblia y la antigua Troya, Peters construye una pieza in crescendo, resignificando el álbum como una fotografía de este momento en su carrera y una declaración de lo que siente al ser una mujer joven en la industria musical. “Se siente como algo más grande que mí”, dijo la artista acerca del track, refiriéndose quizás también al peso de ser mundialmente reconocida por las reflexiones que escribe sola, en su cuarto, antes de siquiera cumplir 25 años.